𝐇𝐀𝐑𝐑𝐘 𝐏𝐎𝐓𝐓𝐄𝐑 ☀︎︎ 𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 [+18]

JAMES SIRIUS POTTER

Dedicado a eL_caLzoN_dE_eDmund

James se despedía de su familia por primera vez para entrar al colegio Hogwarts.
Su padre siempre le ha Ia contado historias sobre la escuela, algo que desde siempre le había emocionado, pero ahora que llegaba el momento, le aterraba la idea de separarse de su familia tanto tiempo.

Por otro lado, la hija de Cormac Mclaggen, Mackenzie se enfrentaba también a su primer año en la escuela.

Ella no estaba tan nerviosa como James, pero tenía miedo de no encajar.

Ambos, después de despedirse de sus respectivas familias subieron al tren.

James, al ser el mayor de los hijos de Harry y mayor que sus primos, no tenía a nadie con quién sentarse.

Mackenzie caminaba lentamente con su maleta de mano mientras buscaba un vagón vacío en el que poder descargar.

Para su mala suerte, no encontró ninguno.

Justo cuando ella seguía caminando, la bruja del carrito se le cruzó por delante, sin detener su camino, gritando que se apartara, por lo que Mackenzie tuvo que entrar en un vagón.

La puerta se cerró en sus narices cuando quiso salir, pero la risa de alguien a sus espaldas la hizo asustar.

Hola -saludó James

Hola -dijo un avergonzada Mackenzie.

Soy James Sirius Potter, este es mi primer año en Hogwarts. -dijo amable.

Soy Mackenzie Mclaggen. También es mi primer año .

Durante lo que quedaba de viaje, manos se conocieron e hicieron amigos.

6 año en Hogwarts.

¡Hey James! -llamó alguien.

James se giró y vió a su hermano pequeño,

¿Que quieres Albus? - preguntó.

Me preguntaba si podía pedirle una cita a Mackenzie, ya sabes, te lo pregunto, porque como eres su mejor amigo. -dijo esperanzado.

¡No! ¿Crees que una chica como Mackenzie se fijaría en ti?

Papa dijo que seguro que ella se fijaría en mi, al igual que dijo que soy mejor que tú en todo, y que me parezco a el en su época de estudiante. -dijo molesto.

No me importa lo que diga papá -dijo un enfadado James.

Tú nunca serás como papá seré yo el más parecido a él, por eso no te confía nada. Porque sabe que no lo conseguirás. -dijo gritando.

Albus se fue enfadado mientras dejaba a su hermano destrozado, y es que en el fondo, James sabía que eso era cierto.

La compañía de Mackenzie consiguió animarlo una vez mas, nunca conseguiría una mejor amiga igual, y tampoco permitiría que su hermana me quitaste a la mujer que ama

Escúchame James, el nunca será mejor que tú, se que sonara tonto, pero eres el mejor buscador de todo Hogwarts. No te vengas abajo por tu hermano. -dije acariciando su mejilla.

Por eso te quiero tanto Mackenzie, tú me apoyas y me entiendes. -dijo abrazándola.

Tú nunca me has dejado sola. -dije devolviéndole el abrazo.

Chicos es hora de salir -dijo el capitán de Quidditch de nuestra casa.

¿Preparado? -pregunté.

Si, ¿Y tu? -preguntó.

Siempre y cuando sea contigo. -dijo antes de entrelazar sus manos.

Manos salieron al campo y ganaron.

Dos semanas después.

Mackenzie había visto como James salía corriendo del  gran comedor, por lo que lo siguió hasta la habitación que tenía en la sala común de Gryffindor.

Tocó varias veces la puerta, sin recibir respuesta alguna.

Pero después de cansarse de ser paciente, abrió la puerta con un hechizo y entró, dejando ver a James sentado en el suelo mientras sostenía una carta en su mano.

Rápidamente, Mackenzie se sentó a su lado y lo abrazó, mientras el lloraba.

Después de un largo rato de lamentos por parte de James, Mackenzie pudo animarle.

Su padre de nuevo había mandado una carta pidiéndole ser mejor en todo, comparándolo de nuevo con Albus.

¿Porque siempre te quedas conmigo Mackenzie? ¿Porque no prefieres a mi hermano? -preguntó con lágrimas rodando por sus mejillas.

Tu eres mucho mejor que Albus, además tú siempre estuviste conmigo, te alegrabas conmigo y llorabas conmigo, ¿Porque yo debería dejarte? -pregunté atónita.

Me gustas Mackenzie, y nunca tuve el valor de decírtelo, quizá ahora que lo sabes quieras mantener distancias conmigo.-dijo cabizbajo.

Tu también me gustas James. -dije avergonzada.

James acercó su rostro hasta el mío, y me besó dulcemente.

Al momento de corresponderle deslizó sus manos por mi cintura brindándole caricias.

Mis manos acariciaban sus mejillas mientras sus manos despojaban mi blusa escolar.

Hice lo mismo mientras me cogía y me tumbaba en la cama, debajo suya.

Mis manos dibujaban líneas imaginarias en su espalda y hombros, mientras el arrancaba con deseo mi falda.

Sonrió coquetamente cuando retiró por completo mi vestimenta y quedaba en ropa interior.

Su mano bajo de mi vientre a mis pliegues, los cuales abrió para después masajear con su pulgar mi clítoris.

Metió un dedo en mi pequeña y virgen hendidura, provocándome un grandioso espasmo de placer.

Jugó con mis pliegues y hendidura hasta que llegué a mi primer orgasmo.

Ambos unimos nuestros labios en un beso necesitado.

James quitó su pantalón y retiró su boxer mientras masajeaba su miembro palpitante, para después acercarse a mi, y restregar su erección entre mis pliegues.

Besó mis labios antes de meter su miembro hasta la amistad, para poder acostumbrarme.

Después de removerme en mi sitio para tener más contacto, comenzó un vaivén de movimientos lentos pero placenteros sobre mi.

Metía y sacaba su pene cada vez más rápido, mientras mis uñas arañaban su trabajada espalda.

Levantó mis piernas y las puso encima de mis hombros brindándonos más placer, y es que sus embestidas eran más profundas, haciéndonos llegar al éxtasis.

Nuestras respiraciones chocaban, al haber tanta cercanía. James se bajó de encima mía, y se tumbó a mi lado, mientras recuperabamos la respiración.

Esto a sido... -dije con una mano en mi pecho.

Fantástico -terminó añadiendo.

Tienes razón -dije soltando una risilla.

Mackenzie, ¿Serías mi novia? -preguntó mientras se giraba y acariciaba mi mano.

Claro que sí James. -contesté feliz.