Capitulo 2

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Nota: Me avisan si ven algún error de ortografía o un nombre que no concuerda. Las fechas de cumpleaños de los personajes serán diferentes para que coincida con la historia :3

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La mañana después de la fiesta fue la primera mañana en la que Yuuri había despertado con un gran problema en sus pantalones, se sentía extraño, porque literalmente tenía una tienda de campaña en la pijama.

Yuuri saco el edredón de algodón, una vez fuera de su cuerpo lucho por desenredarse de los brazos de Yuko, ella estaba roncando suavemente y Yuuri encontró que era un poco molesto, sabia ciencia cierta que nunca roncaba y no estaba seguro si quería aguantar sus ronquidos el resto de su vida.

Se dirigió al cuarto de baño que estaba justo al lado de la cama (ni si quiera pensaba en compartir el baño) y se miró en el espejo, completamente asombrado por la vista que se encontró.

Tenía el cabello tan despeinado que parecía que no se lo había cepillado en años; su camiseta de algodón se pegaba a su barriga y su...oh dios, literalmente podía ver su pene a través de sus pantalones, metido en el material, el cual necesitaba desesperadamente liberarse.

Yuuri suspiro y cerró la puerta antes de sentarse en el inodoro y cerrar los ojos, pensando en su abuela, su abuela en el inodoro, su abuela en el baño desnuda sin su dentadura, los pensamientos no solo hicieron que su erección desapareciera, sino que también le dieran ganas de vomitar.

Después de que se cepillo los dientes y lavo la cara volvió a la habitación para encontrase con Yuko despierta, apoyada contra la cabecera, revisando su teléfono.

—Buenos días, amor —dijo Yuuri, la palabras salieron como si hubiesen sido repasadas ciento de veces.

—Buenos días —ella respondió acercando su mejilla para que Yuuri la besara.

—¿Qué estás haciendo?

Ella le mostro la pantalla de su teléfono, que estaba abierta en Instagram, se sentó junto a ella y pasaron unos minutos viendo las fotos que le aparecían.

Yuko se detuvo en una foto recientemente publicada por Yurio, era Otabek, Chris y Viktor claramente borrachos, con los vasos rojos en sus manos y sonrisas perezosas en sus rostros.

—Él es una especie de escoria —dijo Yuko y Yuuri asintió, no podía estar más de acuerdo, dormir con alguien que no gasta más de 10 dólares en una camisa, antes del matrimonio, era malo a toda vista, él pensó que tenía normas pero al parecer había estado equivocado.

Pasaron el resto del día viendo sus películas favoritas, para la cena decidieron salir a comer a su restaurante favorito, ellos no necesitaban reserva, su padre conocía al dueño, él siempre podía hacer una excepción para Yuuri.

Ni si quiera tuvieron que darle a la anfitriona sus nombres, los reconoció al instante e inmediatamente los dirigió a la mejor mesa del restaurante, la que tiene vista al centro de la ciudad.

Yuuri ordeno el ravioli de langosta y Yuko ordeno coliflor al horno con mantequilla, también decidieron pedir el mejor vino blanco.

Yuko comenzó a hablar sobre el próximo invierno mientras Yuuri fingía que la escuchaba, estaba mirando por la ventana y no pudo evitar que sus pensamientos viajaran de nuevo a la noche anterior, más específicamente al momento en que había entrado al cuarto y Viktor besaba al maldito de Chris.

No pudo olvidar la imagen de los bíceps abultados de Viktor, su desnuda espalda sudorosa, sus gruñidos bajos y la expresión de Chris cuando su pelo se aferró a su frente.

Bebé, el cielo está en tus ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora