Capitulo 13

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La próxima semana pasó en un abrir y cerrar de ojos, Yuuri tuvo dos pruebas y sus padres lo llevaron a una gala, por lo que no hacía falta decir, que la segunda semana de clases en el año había sido totalmente caótico para Yuuri.

Era miércoles y se había arreglado para ir a casa de Yurio para iniciar su proyecto de economía. Tenían que elegir una empresa de éxito y básicamente escribir toda su historia en una presentación de PowerPoint, era fácil, y a Yuuri realmente le gustaba ir con Yurio porque sus padres estaban raramente en casa y no había nadie fastidiándolos, ni siquiera su hermano pequeño.

Caminó con él a la escuela de Otabek, para que pudiera hablar con él y darle un beso de despedida, era lindo y también desagradable al mismo tiempo, Yuuri se ofreció a esperar en la estación de autobuses por él, así no tendría que molestarse en verlos chupándose la cara uno al otro.

Él estaba mirando a Viktor, que estaba apoyado en la pared fumando con Otabek, cuando alguien tiró de su chaqueta, era un niño pequeño con la ropa sucia que parecía como si no tuviera hogar.

—¿Puedes darme algo de dinero?

—No, vete —Yuuri murmuró y se alejó de él, odiaba a los mendigos.

Vio cómo el niño caminaba a través del patio de la escuela, hacia Viktor, Otabek y Yurio. Esto debe ser bueno.

Su boca se abrió cuando vio al niño pequeño sosteniendo la mano de Viktor, y este realmente buscando a través de sus bolsillos antes de darle dinero en su mano. El niño le sonrió y le dio las gracias, antes de salir corriendo con una gran sonrisa en su rostro.

Yuuri se quedó mirando el suelo hasta que Yurio llegó a buscarlo, ligeramente avergonzado porque había sido grosero con el pequeño.

El andaba con su nuevo Porsche Spyder que había recibido para Navidad, todo el mundo en su clase había conseguido coches para Navidad, Pichit y JJ ambos llegaron con un Bugatti Veyron e Isabella consiguió un Maserati. A Yuuri todavía le gustaba su Lamborghini si era honesto, y sabía a ciencia cierta que era el más caro de todos ellos.

Cuando llegaron a la casa de Yurio, este agarró una botella de agua y dos vasos, antes de que fueran arriba. Estaban haciendo su proyecto hace ya treinta minutos cuando sonó el timbre de la puerta, asustando un poco a Yuuri

—¿Esperas a alguien?

—Otabek dijo que seguramente vendría, por lo que probablemente sea él, tenía algunas cosas que hacer antes, por eso no se vino con nosotros.

Yuuri asintió y esperó a Yurio para ir abajo y abrirle a Otabek, a él realmente le gustaba Otabek porque era ruidoso, alegre y muy divertido (aunque no lo aparentara).

—¿Entonces, me has estado engañando con Yuuri-kun? —pregunto Otabek tan pronto como entró en su habitación y vio a Yuuri en el mostrador.

—Sí —dijo Yurio y Yuuri se hubiera defendido si no hubiera visto la sonrisa de Otabek, lo que significaba que estaban bromeando.

—¿Puedo pedir una pizza? —preguntó el mayor cinco minutos más tarde después de que se arrojara sobre la cama y Yurio asintió. —¿Cuál quieren?

Yuuri volvió la cabeza para mirar a Otabek, que ahora estaba acostado boca abajo con el teléfono en la oreja.

—Pepperoni por favor.

Otabek asintió y repitió la orden en el teléfono.

—¿Viene muy a menudo? —Yuuri preguntó a Yurio mientras tecleaba en su computadora portátil.

—Sí.

Él sonrió y Yuuri podía decir que él estaba completamente hasta los talones con Otabek, se preguntó si alguna vez iba a encontrar a alguien que, con solo decir su nombre, sonreiría de esa manera.

Bebé, el cielo está en tus ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora