Capitulo 21

27 19 0
                                    

Cuando íbamos directamente hacia la cafetería, mi padre nos acompañó ya que después de lo que había sucedido la noche anterior en su casa, no se sentía seguro de dejar sola a Rosa, Mari tenía una muy buena conexión con Marcela que no quizo acompañ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuando íbamos directamente hacia la cafetería, mi padre nos acompañó ya que después de lo que había sucedido la noche anterior en su casa, no se sentía seguro de dejar sola a Rosa, Mari tenía una muy buena conexión con Marcela que no quizo acompañarnos, al menos Rosa dejaría de regañarla por cosas sin sentido.

- Ricardo quiero hablar contigo

- ¿Qué pasa? - mire a mi hermana para prestarle atención a eso tan importante que tenía que decirme

- Lamento haberme distanciado de ti, después de terminar mi carrera profesional, nunca tuve la oportunidad de agradecerte por estar conmigo - esa declaración había cambiado por completo el concepto superficial que tenía sobre ella

- No hay problema, supongo que tu ansiabas tu libertad y no solo vivir conmigo

- Si quería estar libre y disfrutar, pero no hice las cosas de una manera correcta, lamento ser una persona tan impulsiva pero es algo que no puedo controlar

Suspire y la mire a los ojos, por más extraño que parezca, con ella era muy comprensivo, quizá la seguía viviendo como mi hermana menor, la tome de la mano.

- No tienes por qué sentirte mal, todos somos humanos y cometemos errores, no te voy a juzgar por cosas malas que hayas hecho, quiero tener una buena imagen de ti, nuestras personalidades son muy distintas, tú atraes cosas buenas y tuviste la compañía de personas que tuvieron aprecio...

- Pero tú no, a veces sentía que yo era una carga muy pesada para ti, siempre estabas solo y me cuidabas porque era muy traviesa, recuerdo que a ti se te hacía difícil hacer amigos y yo no hice nada para ayudarte

- No era necesario que me ayudaras, creo que eso me hizo madurar

- Pero tú hiciste muchas cosas por mí, yo no te ayude en nada

- Aun así te quiero, no tienes por qué hacer nada

-Es una obligación moral que debo hacer, te demostrare todo lo que eres para mi

No podía hacer nada para ella cambiara de opinión, el día se tornó un poco oscuro, la lluvia hice acto de presencia, Cinthia estaba dentro de la cafetería, cuando nos acercamos corriendo hacia ella, para no mojarnos, mi celular sonaba con una llamada de Elena, decidí no contestar pero ella seguí insistiendo, la lluvia era más intensa, mire a Cinthia, su mirada era de preocupación, no podía entender lo que ella quería decirme, creo que me estaba gritando.

- ¡¡Ricardo!! - escuche la voz de alguien, al darme la vuelta; era Estrella que bajo de un auto, se acercó corriendo, tenía un gabardina muy grande que sus pies no podían verse.

- Ricardo cuidado aléjate de ella - mi hermana me tomo de mi hombro y me jalo hacia ella

- ¿Que te paso ella es amiga?

- No lo creo que clase de amiga trae un arma

- ¿De qué hablas?

- ¿De qué hablas?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La historia de dichos amaneceresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora