Jimin siempre fue curioso.
Recuerda que de niño le parecía divertido y hasta entretenido encontrar la razón de las cosas.
Aunque si ahora lo pensaba un poco mejor, talvez su curiosidad era el producto la vida que tuvo en su niñez.
Al ser hijo único y con una familia disfuncional, siempre permaneció solo de alguna manera, no tenía un hermano, primo, amigo o siquiera vecino, con el cual jugar o hablar.
Por ello al Jimin de 4 años le parecía más divertido desarmar y armar un lapicero o cualquier objeto tuviera varias piezas.
Entre más se demorará en encontrar la forma de que todo quede como antes, era mucho más entretenido.
Y entre más se demoraba en encontrar la razón del porque esa pieza tenía que ir de cierta forma para que el resto funcionara, era mejor para él.
Y al darse cuenta que mientras el analizara algo que le fuera permitido ver o tocar, nadie lo regañaba, y es más a halagaban su tranquilidad.
Decidió seguir con ello, porque para analizar, solo tenía que permanecer quito y callado, cosa que le gustaba a su mamá, así que ambos ganaban.
Con el tiempo entre más extraño era a algo, más lo cautivaba, entre más conocía de las cosas que habían afuera de su pequeño mundo formada por su casa, más curioso se volvía.
Pronto paso de analizar cada detalle, color, sonido, textura, tamaño y el tacto de los pétalos de una flor a los animales, para por último cautivarse por algo más ambiguo; los seres humanos.
Porque no hay nada más entretenido, curiosos y extraño que el comportamiento de un ser humano.
Una mente, un mundo y millones de porqués.
Y todos estaba a disposición para ser analizados, por Jimin, así que porque no entretenerse con ello.
Para Jimin las personas siempre tenían algo nuevo que mostrarle, algo que el antes no había visto o algo que él no tenía metido hacer.
Y por eso la curiosidad siempre le pareció graciosa, porque entre más oculten o prohíban algo, es más seguro que querrán de ello, dado que lo van a necesitar para saciar su extraña necesidad de saber.
Por todas esas razones es que ahora estaba ahí, a las 6:40 am, dentro de su aula, con los brazos doblados perezosamente sobre la mesa de su asiento, apunto de recostar su cabeza en ellos, para así seguir divagando en las dudas que traía consigo la molesta curiosidad.
Quería ignorarlas pues sabía que, si todas las cosas que decían de Yoongi eran ciertas, él se metería en varios problemas.
Y él prefería evitarlos, prefería vivir en su mundo aburrido y tranquilo.
- "Nam entra antes que te dé un golpe y a ti también Hoseok"- expreso en un tono serio Yoongi.
-"Entren para que se callen de una buena vez"- posando sus manos en la espalda de cada uno los empujo hacia el interior del aula, provocando que estos entraran bruscamente, chocando entre ellos y casi tropezando.
Y justo escenas así eran la atención de Jimin.
No podía dejar pasar desapercibido el hecho Kim Namjoon el mejor estudiante de todo el colegio, con mejor comportamiento y participación estudiantil era uno de los amigos inseparables de Yoongi.
Al igual que Kim Seokjin, quien era tan como buen estudiante y alguna vez lo vio actuado en una obra de teatro y como todos los docentes lo alababan, por ello.
Era extraño porque de ellos no se decían cosas completamente diferentes.
Trato de no ser muy evidente y observó como cada uno caminaba hacia sus lugares, los analizo uno por uno, se veían como adolescentes tranquilos, no unos que consuman sustancias extrañas.
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Dosis 《Yoonmin》
FanfictionToma mi dosis y ninguna otra más, tómala toda sin quererla combinar, solo toma la mía y te aseguro que nada malo pasara. ¿Solo a ella la vas a tomar?, te pregunto ahora porque no se que vas a contestar. Por mi esta bien ,voy a esperar... Solo recuer...