IV. Lágrimas de Cristo.

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La navidad es una hermosa época del año, amada tanto por niños como adultos. Villancicos, luces y risas animaban el ambiante, mientras la nieve caía del cielo, los regalos eran comprados el día anterior a noche buena, el espíritu navideño se sentía en todo su esplendor por las calles de Arkham ahora pintadas de blanco, se notaba a kilometros la enorme emoción de los pequeños por los regalos que venían, mientras que los padres eran azotados por las grandes expectativas de sus niños, que bonito.

El vigésimo tercer dia del duodécimo mes del año recién empezaba lo cual se demostraba gracias a un reloj que marcaba las 8:30 AM, o almenos esa era la hora en la frontera de Asgard con el frío país de Jötumheim. Una hoja de servicio social con diez horas escritas se encontraba en el escritorio de un puesto de control fronterizo, mientras que el inspector tomaba un pequeño respiro luego de negarle la entrada al pais a una mujer, solo se dedicaba a beber su café de una taza con 3 cucharadas de azucar en su interior, eso era lo único que lo mantenía despierto después de todo, esa cafetera que estaba en su especie de oficina era toda una bendición para él.

Una identificación colgaba de su pecho, la cuál poseía el nombre de "Jack Lionheart", su dedo en ese momento se puso sobre un botón el cual generó un timbre dando a saber que era turno de la siguiente persona. Una mujer de unos treinta y cinco años entró cuando le fue permitido, puso sus documentos sobre la mesa para acto seguido deslizarlos por un pequeño agujero que se encontraba en el cristal que separaba a la señora del inspector.

–Privet.– Dijo Lionheart.
–Privet.– Respondió el saludo la mujer.

Todos los documentos la llamaban por el nombre de "Talya Ivanova" y no tenia error alguno en sus identificaciones, permiso de migración ni ninguno de sus documentos, pero, Jack desde su posición podía notar los nervios de la mujer frente suyo, por ende decidió revisar más a fondo sus documentos mientras hablaba con ella.

–¿Cual es su razon para migrar a Asgard?
–Mi familia vive acá y voy a mudarme en esta época como regalo para mi hijo que vive con mi padre en Asgard.– Respondió Talya.

El testimonio actual de ella coincidía perfectamente con la razón que dio en su permiso de migración, aparte de ello no había nada irregular asi que el varón puso su sello para permitir su entrada al país, luego los documentos de Ivanova le fueron devueltos, pero un par de billetes que sumaban 200 Daltz entraron por el agujero por donde salieron los documentos.

–Dios lo bendiga, espero tengan una prospera navidad usted y su familia.– Fueron las palabras de Talya luego de darle el dinero y salir del control fronterizo para tocar territorio Asgardiano.

Aunque la moneda rusa entregada a él decayera a 60 Daoz sería suficiente para un regalo, en especial para su hermano Benjamín que cumplía sus veinte y un años el treinta de diciembre, despues de todo se sentia en deuda con él.

Su café ya había acabado pero sirvió más de la cafetera y la endulzó con tres cucharadas de azucar para luego empezar a beberlo mientras presionaba el botón para darle paso al siguiente para entrar al control fronterizo. Un hombre entra, acto seguido deslizó su identificación que tenía el nombre de "Arthur Warhammer" y no habia entregado ningún otro documento, por lo cual cuando Jack Iba avisar de lo faltante solo escupió su café para empezar a quejarse.

–¡Este café sabe a mierda! –Dijo Jack para tirar el café al suelo y servirse de nuevo ahora sin nada de azúcar.

Warhammer se mantenía en silencio esperando su permiso para entrar al país, despues de todo no eran personas que recien se conocían, ambos sabían que el debía entrar al país por eso fue justamente donde se encontraba Jack.
Asgard mantenía una relación complicada con los países vecinos así que era obvia la razón de hacer el viaje seguro e ir a Jötumheim para con la ayuda de Jack poder entrar a Asgard, pero para el hombre que sujetaba aquél amargo café no era para nada bueno, en su mente no paraba de insultar al sujeto que se encontraba en frente ya que si lo dejaba pasar como si nada se ganaría un gran problema, en especial por el hecho de tener una cámara de seguridad vigilandolo constantemente a sus espaldas.

Black Symphonia: Scary Monsters.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora