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El vehículo se encontraba en total silencio gran parte del viaje, los adultos habían mantenido una corta conversación con respecto a lo que estaban a punto de hacer, dejando a los tres jóvenes en completo silencio en la parte trasera de la camioneta.

Rinah se encontraba sentada entre Jisoo y Jaemin, claro que ni siquiera era necesario que ella se encontrara ahí en ese momento, no obstante había sido prácticamente obligada por medio de ruegos por parte de estos dos. Era casi como el ancla a tierra de ambos, no era posible dejarlos ir solos.

— ¿Están bien? —Soltó la castaña en voz baja notando las expresiones decaídas de los otros dos, haciendo que estos asintieran— No hay necesidad de mentir, está bien si están nerviosos.

—Tengo miedo —confiesa el chico teniendo entonces las miradas sobre él—. Quisiera imaginarme a todo saliendo tal y como lo hemos planeado, pero no puedo dejar de pensar que esto terminará mucho peor.

—Yo igual —secundó ahora la fémina haciendo que Rinah mordiera su labio preparándose para hablar.

—Es normal que pienses en las peores situaciones, pero tenemos que ser positivos frente a esto, yo tengo la confianza objetiva de que saldrá todo bien —aseguró, girando para ambos lados para dedicarles unas miradas a ambos jóvenes—. Les prometo que los llevaré a comer helado a los dos cuando esto termine, así que quiten esas caras largas.

El chico soltó una risita, impulsándose para dejar un beso sobre su mejilla agradeciendo en voz baja a la vez que tomaba su mano, haciendo sonreír a su novio mientras sentía el peso de la cabeza de Jisoo apoyándose contra su hombro, susurrando un "gracias, unnie".

Esta paz tan solo duró lo que tardaron en llegar a aquel edificio, dándole escalofríos a la chica que había entrenado por tantos años para terminar de aquella forma. Nunca pensó que le tendría miedo a un lugar el cual consideró su hogar, temerle a la gente a la cual consideraba su familia.

—Vamos, ¿están listos? —Pregunta la mujer, una de las abogadas destinadas por SM para llevar a cabo la "mediación".

De inmediato Jaemin bajó del vehículo, extendiendo su mano hacia Rinah casi pidiéndole que estuviera a su lado. Para cuando las dos chicas estuvieron de pie fuera de la camioneta uno de los hombres indicó que lo siguieran para empezar a caminar dentro del edificio.

Cada paso que daba era como un golpe dentro de sus oídos. Si ella se encontraba tan nerviosa tan solo entrando al edificio, no quería ni imaginarse cómo debían sentirse los otros dos, llevándola a sujetar una de las manos de cada uno, apretando estas para transmitirles algo de fuerza en el momento en que se pusieron de pie frente a la puerta.

—Hagamos esto —dijo el hombre, abriendo la puerta para mostrar la sala dentro.

Esta tenía una gran mesa de conferencias mostrando a varias personas en un extremo de esta mesa, haciendo que Rinah sintiera la presión de la mano de Jisoo apretando la suya. Esta se encontraba incluso temblando.

—Jisoonie, ¿cómo te va fuera de los dormitorios? —Inquiere una mujer con una expresión de burla.

—Jisoo se encuentra de maravilla, no deben preocuparse más por ella —habla Jaemin alzando la voz para callarle la boca—. Y tampoco pueden meterse más con ella, ni conmigo ni con nadie.

Ignorando lo que cualquier dijera, la mujer puso su maletín sobre la mesa bajo la intensa mirada de los demás.

—No queremos alargar para nada esta reunión ya que no nos apetece hablarles mucho, así que seremos breves en esto —indicó sacando un pequeño USB deslizándolo por la mesa—. Dentro, entre otras cosas, encontrarán la grabación completa de las cámaras de CCTV del edificio de esa noche, no solo las imágenes que hicieron públicas. Tenemos todas las conversaciones que mantenían con Na Jaemin por medio de las redes sociales además de coartadas de firmes y comprobables para demostrar dónde se encontraba nuestro cliente cuando ustedes decían que se reunía con Jung Jisoo.

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