Reflexiones

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Ninguang miró fijamente a Beidou, quien trataba de mantener la compostura a pesar de sus jadeos. La joven pirata sonreía para sus interiores pensando en que aquella mujer que tenía enfrente viéndose tan humana era una de las personas más importantes de Liyue, conocida como "Equilibrio celestial", por lo que no podía evitar sentirse poderosa incluso en ese momento.

— ¿Qué es esa sonrisa que se está escapando de tu boca? — preguntó la estrella de Liyue.
— Lo siento, estaba pensando en lo bella que te ves y que parece que me extrañaste durante mí estadía en Mondstat.
— Espero que no hayas causado ningún alboroto... ¿Cómo resultó la visita? ¿Pudiste hablar con la Maestra Intendente? — dijo Ninguang tomando del rostro a Beidou.
— Es un poco extraño que me estés preguntando cosas de trabajo de ésta manera, ¿Sabes?
— Puede que lleves razón pero...

Beidou sintió como la pierna de Ninguna comenzaba a presionarse contra ella nuevamente, en ese instante sintieron un ruido y ambas quedaron calladas. Se escuchó de lejos el sonido de alguien llamando a la puerta, Ninguang suspiró y se alejó sin decir una palabra, mientras Beidou se estiraba y comenzaba a caminar de un lado a otro molesta.

— ¿Quien es? — preguntó a secas.
— Lamento la molestia, soy Ganyu, la sec--

Ninguang abrió rápidamente al escucharla, la joven Ganyu se encontraba frente a ella en silencio un poco avergonzada de molestar repentinamente.

— Es extraño verte por aquí. — dijo Ninguang.
— Oh, lo sé, normalmente me encargo del trabajo yo sola, pero estaba preguntándome si acaso ya estaba disponible el informe de la visita a Mondstat... Si no es mucha molestia por supuesto...
— No, no lo es. Pero lamentablemente aún no está disponible, la capitana Beidou acaba de llegar y nos encontrábamos discutiendo sobre ese asunto.
— Oh, ya veo... ¿Entonces la capitana se encuentra ahora mismo con usted? ¿Podría consultarle algunos detalles? Para así adelantar trabajo hasta que esté completo el informe.
— Pasa, enseguida llamaré a la capitana.

Ninguang le abrió la puerta y le cedió el paso, Ganyu caminó lentamente con la mirada en el suelo sintiendo por alguna razón que había llegado en mal momento.

— Aquí está, espero que su información sea de utilidad. Las dejo a solas unos minutos mientras me encargo de otros asuntos. — Ninguang comenzó a marcharse sin quitar sus ojos de Beidou.
— Beid--... Capitana Beidou, tanto tiempo. Me alegra ver qué goza de salud como de costumbre. — Ganyu hizo una reverencia.
— Oye, no me gustan esas formalidades... Dime, ¿En qué puedo ayudarte?
— Oh, necesitaría saber algunos detalles sobre su visita... Espero no... Importunar nada... — Ganyu apartó la mirada.
— ¿Importunar? ¿A qué te refieres? — Beidou se cruzó de brazos
— Oh, perdón, no pretendo ser irrespetuosa. Solo que... Me pareció que la señorita Ninguang se veía molesta cuando abrió la puerta, y es raro verla así, por eso cuando supe que la señorita Beidou se encontraba aquí...
— ¿Que estás sugiriendo? — Beidou clavó su mirada en los ojos de Ganyu.
— Oh, no... Solo pensaba que me alegraba ver qué la señorita Ninguang tenía a alguien de tanta confianza. Y que la señorita Beidou también se llevaba bien con una de las estrellas de Liyue.
— Ah, ya veo. — la joven pirata suspiró y se llevó las manos a la cintura sonriendo.— en fin, ven conmigo que te daré los detalles.

Ambas caminaron hasta un sector cómodo y comenzaron a charlar, Ganyu tomó nota de los detalles mientras la capitana contaba con alegría el resultado de aquel viaje.

Al caer la noche Ganyu se retiró de ayer agradeciendo toda la información y dejándole saludos a Ninguang, Beidou acompañó a la joven secretaria mientras respiraba el aire fresco de la noche, no pudo evitar quedarse unos minutos mirando el cielo estrellado en silencio, relatar aquel viaje le había hecho recordar vivamente los hechos, que aunque eran recientes la hacían sentir un poco melancólica.
"La gran maestra Intendente es una mujer increíble realmente" pensó mientras sonreía. En ese momento oyó una voz acercarse por detrás.

— ¿Que sucede? Me preocupé al notar que tardaba en volver. — dijo Ninguang cruzada de brazos.
— Lo lamento. — respondió sonriendole cálidamente.

Ninguang se quedó en silencio sorprendida por aquella sonrisa melancólica.

— ¿Y bien? ¿Que ocurrió en Mondstat? Salta a la vista que estás pensando en eso.
— Ohh... ¿Me conoces tan bien? Señorita Ninguang, me siento halagada. — Beidou rió.
— Cielos, ¿Que estás diciendo? Eres un incordio... — dijo Ninguang apartando la mirada.
— Lo lamento, no fue mí intención ofuscarte. Pero estaba pensando en Mondstat... es la ciudad de la libertad, ¿Cierto?
— Así se la conoce, ¿Por qué la pregunta?
— Bueno, allí conocí a alguien que a pesar de ser un símbolo de eso para su gente... Parecía bastante atada, ¿Sabes?
— Mmm... Suena un poco irónico. — Ninguang se cruzó de brazos.
— Eso mismo pensé yo, y no pude evitar...
— No me digas que te metiste en los asuntos de gente que no es de Liyue. — Ninguang suspiró cansada.
— Oye, si lo dices tan fríamente parece que hubiese hecho algo malo. — refunfuñó la joven pirata.
— ¿Y bien? ¿Que es lo que querías decir? — Ninguang se acercó a Beidou mientras también miraba las estrellas.
— Esa persona realmente me pareció muy fuerte, a pesar de tener la posibilidad de ser egoísta y que todos le perdonen sus actos, decide ser generosa y leal a su gente, aunque la gente de esa ciudad respira a cada momento libertad, esta persona sacrificaba la suya propia día tras día por el ideal que había creado en su mente... Una imagen de quién debía ser, o más bien quien debería ser para su gente. ¿No es eso algo que atenta contra la libertad? ¿Que pensaría el dios Barbatos de eso? Tengo entendido que representa la libertad para la gente de Mondstat. Esa persona estaba evitando entregarse al amor, pensando que éste no sería aceptado y bienvenido a los ojos de los demás, y con tan solo un poco de ánimo fue capaz de dejar salir todo aquello con una gran sonrisa, como si su alma finalmente fuera libre...

Ninguang se quedó callada escuchando cada palabra, cuando Beidou terminó de hablar se quedó meditando unos momentos en silencio. Beidou comprendió sin mediar palabra que la muchacha estaba pensando seriamente lo que acababa de escuchar.

— Ciertamente el patrón de Mondstat, el dios Barbatos, simboliza la libertad, pero la libertad no es algo que todos puedan manejar y disfrutar a consciencia. A diferencia nuestra, ellos tienen algo mucho más abstracto que seguir, nosotros obedecemos al patrono de los Contratos, Rex Lapiz, y no creo que haya mucha discusión sobre como honrar la palabra. En cambio la libertad puede ser algo más complicado y complejo. ¿No crees?
— Puede que tengas razón, ¿Y si te preguntara si somos libres? — Beidou se giró hacía Ninguang sonriendole.
— ¿Que clase de pregunta es esa? Hay trabajo que hacer, si tienes tiempo para estar pensando debería usarlo para hacer ese informe. — Ninguang se giró y comenzó a marcharse.
— ¡Oye! Ninguang... — la llamó Beidou en el silencio de la noche.
— ¿Ahora que quieres? Ya te dije que dejes de perder el--
— Te amo.

En ese momento Beidou le sonrió mientras así una brisa movía las hojas a su alrededor creando un sonido apacible, Ninguang se quedó en silencio con sus ojos abiertos de par en par, y siguió caminando como si nada.

— Vamos adentro, la noche se está poniendo fría y sería problemático que te enfermes.

Ninguang caminó extendiendo su mano hacia atrás sin decir una palabra más, al ver ésto Beidou se apresuró a alcanzarla para tomarla de la mano y caminar a la par.

Ninguang caminó extendiendo su mano hacia atrás sin decir una palabra más, al ver ésto Beidou se apresuró a alcanzarla para tomarla de la mano y caminar a la par

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