Lisa aún recuperaba el aliento y Jean no tenía fuerzas para levantarse de momento, había hecho un gran esfuerzo corporal y su cadera y cintura se encontraban al borde de acalambrarse. Lisa jadeando un poco aún se sentó a los pies de la cama y deslizó sus dedos por los pies de Jean y fue subiendo por sus piernas, sin decir una palabra fue lentamente acariciando llena de ternura, Jean se sentía relajada como si flotara.
— Jean... Debo admitir que hoy me haz sorprendido gratamente. ¿Debería premiarte cierto? — preguntó burlona.
— Ah... Bueno, es lo menos que podía hacer luego de portarme como una idiota. — Jean apartó la mirada.Lisa no respondió nada y siguió recorriendo su cuerpo con delicadeza, llevó sus dedos hacia el vientre blanco de Jean mientras ella respiraba profundamente, la joven bibliotecaria apoyó tan cuidadosamente su dedo en el clítoris de la rubia que ella apenas lo sintió, lo dejó allí apoyado sin hacer nada, y aunque el calor del tacto de su dedo hacia estremecer a la caballero, aún se encontraba bastante relajada.
— ¿Te gusta, querida? Te veo muy relajada.
— Bueno... Es agradable, como si jugaras con un pequeño botón, ¿No crees? — Jean sonrió sonrojada."Ah... No puedo contenerme cuando hace esa cara tan adorable" pensó Lisa, y en ese momento lanzó un pequeñísimo shock eléctrico a través del dedo que se encontraba tocando a Jean, quien lanzó un débil grito por la sorpresa.
— ¡¿Q-que haces?! — Exclamó Jean.
— Lo lamento, no pude evitarlo, la emoción me hizo escapar un poco de... Oh... — Lisa abrió los ojos y sonrió.
— ¿Que estás pensando..? N-no me digas que...Jean sintió que su corazón daba un salto pero estaba en lo correcto, porque Lisa se subió más encima de ella, que aún se encontraba acostada, y siguió dándole pequeños shocks controlados en su zona íntima, y llevó su otra mano a sus pechos en los cuales comenzó a hacer lo mismo. Jean comenzó a gemir fuertemente sin control mientras le pedía por favor que baje la intensidad ya que no podía contenerse más.
— Vamos querida, deja salir todo eso. Quiero ver tu rostro al dejar salir todo ese éxtasis, déjame ver cómo tu cuerpo se retuerce para después quedar completamente relajado... Déjame verte bien, Jean...
Lisa dijo eso acercándose al oído de Jean y mordiendo su oreja mientras seguía dándole esos pequeños shocks en sus zonas más sensibles, Jean estaba al borde del colapso.
— Buena chica... Lo estás haciendo bien, déjame darte un regalito nuevo. — dijo Lisa llevando ambas manos a la entrepierna de Jean.
— ¿Que vas a hacer? Ésto es demasiado, no puedo más... — sollozó con lágrimas en los ojos.
— Jean, querida... Eres realmente cruel, ¿Sabías? Pedírmelo poniendo esa cara...Lisa se acomodó un poco más a los pies de Jean y subió las piernas de ésta sobre sus hombros, volvió a acomodar su dedo sobre el clítoris de la joven rubia y el otro lo posó apenas más abajo, comenzó a masajearla lentamente y darle otra vez esos pequeños shocks, masajeó con delicadeza ambos lugares y al cabo de unos minutos usó el jugo de Jean para dejar embebidos sus dedos en aquella humedad y comenzó a tocar con cuidado su zona anal.
— ¿Q---? N-no, no lo hagas ahí... Eso es... es sucio... — Jean tapó su rostro con ambos brazos.
— Lo sé, justamente por eso quiero aún más hacerlo... — Lisa sonrió. — Ver a una noble caballero como tú inmersa en la suciedad, que espectáculo único.Lisa empezó a darle pequeños golpecitos embistiendo un poco aquel lugar que Jean jamás había usado. A pesar de estar nerviosa y asustada en el fondo estaba ansiosa por saber cómo era aquello y confiaba ciegamente en Lisa.
La joven bibliotecaria continuó jugando con paciencia apretando de a poco allí a medida que llevaba un poco de su humedad de un agujero al otro, y dándole pequeños shocks en el clítoris aprovechó para adentrar uno de sus dedos apenas unos milímetros, sintió como se dilataba muy sutilmente y el cuerpo de Jean se encontraba temblando un poco sin mostrar su rostro aún. En ese momento comenzó a masturbarla un poco más intensamente con su otra mano y darle aquellos shocks apenas más frecuentemente, mientras iba entrando milímetro a milímetro en su cavidad trasera, prestaba atención a su lenguaje corporal y sus reacciones con cada centímetro que avanzaba.— ¿Estás bien? ¿Te duele? — preguntó Lisa un poco nerviosa también.
— Es... — Jean se detuvo un instante. — Está bien... Si eres tu... Entonces...Jean no terminó la frase pero Lisa entendió y continuó así, comenzó a mover su dedo un poco más fuertemente dentro de ella tratando de dilatar más aún aquel lugar tan estrecho. Así continuó pacientemente unos minutos hasta que sintió que Jean se iba acostumbrando un poco, en ese momento sacó con sumo cuidado y paciencia su dedo y le ordenó a Jean darse vuelta y ponerse boca abajo. La joven rubia un poco sorprendida y nerviosa hizo caso enseguida y completamente roja de vergüenza se puso en cuatro patas y bajó su pecho hacía la cama dejando totalmente expuesta su parte de atrás...
— Ara... Cielos querida, no he dicho nada y ya te pones en esa posición tú sola, realmente eres una caballero sucia e indecente. — dijo Lisa relamiendose.
— B-basta... Yo solo... — Jean no podía más de vergüenza.
— ¿"Solo" que? Mírate nada más, que caballero pervertida y sucia resultaste. Entregándome así tu cuerpo como una perra en celo. — Lisa dijo esto y Jean tuvo qué morder sus labios."Maldición, todo eso que está diciendo... está mal pero... Siento que pierdo la consciencia con esas palabras, me gusta demasiado, maldición..." Jean sentía como si cada una de esas palabras nublara su cabeza.
Lisa acercó su rostro a las nalgas de Jean y tomándolas con sus uñas las apretó y las comenzó a rasguñar mientras lamía las pequeñas heridas que producía, Jean había comenzado a jadear un poco y ese momento Lisa se sintió fuertemente atraída hacia ella y casi sin darse cuenta llevó su boca y su lengua hacia el agujero de Jean y comenzó a lamerla apasionadamente, tanto que hasta ella misma comenzó a sentirse extasiada y genia un poco mientras la lamía.— N-no, ¿Que estás haciendo? Justo...ahí... — Jean se sintió llena de vergüenza pero no pudo resistirse y comenzó a contorsionarse más dejando aún más expuesto su agujero. Lisa continuó lamiendolo descontroladamente y al cabo de unos minutos se alejó un poco volviendo a acomodar sus dedos para tocar sus dos zonas íntimas a la vez.
— Respira hondo querida... — dijo Lisa jadeando fuertemente.
— Ah... ¿Q-que vas a hacer? — preguntó nerviosa Jean a la vez que hacía caso a la orden.En ese momento Lisa llevó rápidamente una gran cantidad del fluido de Jean y dejó caer un poco también de su saliva dos veces hacia ella.
"Ah... Su saliva, está muy caliente, puedo sentir como si entrara dentro mío... Por dios... Es imposible pero, parte de mí siente como si esta mujer... Me fuera a embarazar... ¿Por dios que estoy pensando ahora mismo? Estoy..." Jean se sintió extremadamente nerviosa y avergonzada mientras Lisa seguía humedeciendola. En ese instante la penetró con dos dedos lentamente y para su sorpresa Jean se dilató rápidamente, tanto que ella misma llevó ambas manos hacía sus nalgas y comenzó a abrirlas más aún, Lisa no pudo soportar más aquello y comenzó a mover sus dedos en todas direcciones, hacía adentro y afuera, en círculos y haciéndolos vibrar dentro de ella, dió algunos pequeños shocks también y al llegar al tope con sus largos y delicados Jean comenzó a gemir cada vez más fuertemente, con suma concentración movió sus dedos sobre su clítoris y dentro del recto de Jean, quién acabó intensamente dejando salir su voz. En ese momento un llamado sonó de la entrada, alguien llamaba a la puerta, y parecía ser Bárbara, de la iglesia.
— ¿Señorita Lisa? ¿Se encuentra bien? Algunas personas del pueblo manifestaron estar escuchando sonidos de sollozo y vinieron a la iglesia a pedir ayuda, con permiso...
Jean y Lisa en aquel cuarto quedaron inmóviles mientras la puerta se abría.
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Fruto prohibido 🍎
FanfictionTeyvat está pasando por una crisis diplomática y las protagonistas deben encargarse de la situación. ¿Que pasará entre ellas cuando se convierta en una lucha de poderes? ¿Será el amor o el odio lo que gane?