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Lisa sabía que el sistema era una simple excusa, también sabía que Soobin podía ser un idiota en muchos sentidos, pero estaba en lo correcto. Si seguía la lógica de cómo era manejado el sistema, Jennie no podía ser su alma gemela. Ella le habló antes y luego de una corta conversación, Jennie dijo las dos palabras que tenía marcadas en la muñeca. Ella odiaba eso, no entendía las razones de crear un sistema tan estúpido que alejaba a personas que parecían amarse. Algunas salían suertudas, terminaban bien y se amaban para siempre, pero ¿Y si esa persona destinada no era la correcta? Lisa se detuvo a pensarlo, bajo la sombra del árbol plantado en una pequeña esquina del enorme parque.

Su mochila se encontraba a aún lado, el cuaderno sobre su regazo y el lápiz girando entre sus dedos antes de acabar mordido. Los audífonos puestos y con la música a un volumen moderado para no escuchar a su alrededor, pero si a sus pensamientos. Lisa trago saliva, escuchando la chillona voz dentro de su cabeza y tratando de concentrarse mejor en la tranquila voz de Conan Gray cantando "Heather". Miro la pantalla de su teléfono, la canción había sido colocada en su playlist de dibujo por Jennie bajo la excusa de que la ayudaría. Lo acercó a su rostro para que se desbloqueara y revisó sus mensajes. Jongho estaba en línea al igual que Yunho, ambos estarían hablándose aún cuando estaban en la misma clase de música. Sus ojos se detuvieron en el chat de Jennie, estaba escribiéndole y ella no quería contestarle. Lisa necesitaba pensar todo.

Dejo a un lado el aparato y de decidido en comenzar a dibujar algo. No sabía que, solo haría trazos hasta tener una idea clara. Sombras, un poco de color y pequeños detalles que le agregó al dibujo de dos personas bailando bajo la luz de la enorme luna. Lisa miró el dibujo, luego hacia adelante y vio una pareja de ancianitos sentados en una banca a unos metros de donde ella estaba. Sonrió de lado, guardando el lápiz y arrancando la hoja del cuaderno. Metió todo en su mochila y se levantó tratando de no verse nerviosa cuando le estuviera entregando a dos extraños un dibujo que ella había hecho.

Lisa se aclaró la voz cuando estuvo delante de ambos. La mujer, de cabello gris y anteojos de media luna, levantó la mirada para fijarse en ella, a diferencia del hombre que usaba un sombrero color café y tenía unas patillas grises. Él no dejaba de mirar el reloj en su muñeca derecha, sosteniendo el bastón en su otra mano.

– Se que no nos conocemos – comenzó apresuradamente Lisa, apretando el dibujo en sus manos –, pero hice este dibujo y creí que podría entregárselos.

– Por supuesto linda – sonrió la anciana luego de unos segundos en silencio. Extendió su arrugada mano y Lisa dejó el dibujo en sus manos. Pudo apreciar las expresiones de ella y su marido cuando lo vieron, y luego la observaron con orgullo –. Tienes mucho talento, linda. ¿No lo crees, Runeard?

– Por supuesto – susurró él, levantando por primera vez la cabeza para verla –. Me recuerdas a mi hijo, él amaba mucho dibujar.

– Siempre estaba dibujando en pequeños pedazos de papel o en alguna servilleta cuando estaba hablando por teléfono – le siguió la mujer, apoyando su mano libre sobre el regazo de su esposo –. Lastima que ahora dejo de hacerlo, trabaja en una empresa y ya no tiene tiempo para dibujar.

– ¿Estudiaste en algún lado? – preguntó de repente Runeard.

– No, siempre me gustó dibujar y lo que se lo aprendió por mi propia cuenta – explicó Lisa –... También fui mejorando mi técnica con el tiempo y aprendiendo nuevas. Ojalá tuviera tiempo de enseñarle todos los dibujos, pero debo irme. Me agrado conocerlos.

– A nosotros también, querida – sonrió la mujer, cuyo nombre nunca dijo.

Lisa se despidió de ellos con un movimiento de mano, colgando la mochila sobre sus hombros y avanzando con el volumen de la música a un volumen moderado. Tarareaba la melodía, porque la letra jamás la aprendió y no lo haría por un largo tiempo. Salió del parque con la cabeza dándole mil vueltas, seguía pensando en su extraña conversación con Soobin y tratando de recordar lo primero que Jennie le dijo. Él estaba en lo correcto, no eran almas gemelas. Jennie ya le había hablado antes, cuando chocaron en aquel museo luego de que ella saliera corriendo porque Taeyeon la besó. Significaba que aún no encontró a su alma gemela y eso le molestaba tanto. Cuando había aceptado la idea de que aquella pelinegra sería la persona con la que compartiría el resto de su vida, llega alguien y la hace pensar, dudar de eso.

Siguió caminando, pensando en todo. Lisa sabia que su alma gemela debía estar por algún lado, quizás la estaba buscando y ella aceptando la idea de estar con alguien que no estaba destinada a ella. Jennie debía estar en su misma situación, quizás alguien la hizo pensar mejor en lo que sucedía entre ellas, hacerla ver que no podían ser almas gemelas.

Y Lisa no estaba tan equivocada con respecto a lo que sucedía en la cabeza de la chica pelinegra. Jennie estaba tan callada que asustaba a Krystal, quien dejó de lavar los platos y le prestó atención a la adolescente que estaba en silencio. Desde que llegó, Jennie no había emitido ni una sola palabra más allá de un "Hola" y "Gracias". La actitud de Jennie también había captado la atención de Kai, que bajo el periódico que sostenía y observo con curiosidad a la chica. Jennie movía el tenedor por todo el plato, separando las habichuelas del arroz. Jugaba con la comida en lugar de disfrutarla como usualmente lo hacía.

– ¿Sucede algo, Jennie? – se atrevió a preguntar Krystal, acercándose a la chica de negro cabello que solo negó con la cabeza. Krystal miró a Kai de reojo y espero que este hiciera o dijera algo para sacarle más información a Jennie, pero el hombre apenas le dirigió una segunda mirada a la chica y luego a su esposa que, con un gesto de su parte, comprendió que no debía seguir insistiendo.

Jennie estuvo un rato largo en silencio, metida dentro de sus propios pensamientos. Había hablado con Jisoo y Roseanne luego de sus clases y su explicación la dejó pensando. Ambas le explicación que no eran almas gemelas en un principio, las frases nunca encajaron hasta que cambiaron. Ninguna sabía la razón, pero dos semanas después (cuando le mostraron a sus amigos las frases) eran diferentes a las que ellas habían visto en los días de sus cumpleaños. Jennie no entendió entre todos los balbuceos de Roseanne tratando de hacer la explicación más sencilla y los gruñidos que soltaba Jisoo cuando se veía interrumpida. Ella no confiaba en la explicación de sus amigas como tampoco en las palabras de Taeyeon, pero si la dejaron pensando. Ella no quería aceptar la posibilidad que Lisa no fuera su alma gemela y que esa persona siguiera allí afuera, esperándola. Prefería a Lisa, la pelirroja extraña y adorable que veía todo de una manera diferente a la suya.

– Lisa no es mi alma gemela – soltó Jennie luego de unos minutos de estar en silencio. Captó la atención de ambos adultos, que se acercaron a un más a ella para escucharla mejor –. Pensé que si lo era, pero una chica me hizo pensar y ella tiene algo de razón al decir que-

– ¡Tonterías! – la interrumpió Krystal, golpeando la mesa con su puño –. Esa chica debe estar celosa que tú encontraras primero a tu alma gemela, ¿Quien es?

– Taeyeon – contestó Jennie de forma apresurada, viendo de reojo a Kai –. Pero Krystal, ella tiene algo de razón. Con Lisa habíamos hablado antes de decir las frases – le explicó, quedando en silencio unos segundos antes de volver a hablar –... En realidad tiene bastante razón si me guío por el sistema donde dice que la frase en la muñeca es la primera cosa que te dirá tú alma gemela. Pero si lo ponemos en situación, con Lisa dijimos lo que está en la muñeca de la otra, ¡Y coincidió! Aunque ya le había hablado antes... varias veces...

Jennie volvió a guardar silencio. Fue menos tiempo que el anterior, solo unos pocos segundos antes de exhalar y levantarse de golpe. Balbuceaba algo que ni Kai ni Krystal pudieron comprender y prefirieron no preguntar nada. Jennie se movió por la cocina, con su teléfono en mano y las llaves de la casa en la otra. Al final salió corriendo del lugar y los dos adultos alcanzaron a escuchar algo que la adolescente dijo:

"Tengo que hablar con Lisa ahora."

What did you say? | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora