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Lisa estaba segura que Jennie no se presentaría, ni por más que la escuchó decir que era una cita. ¿Cuando dijo que era una cita? Solo le dijo de ir a un lugar, ni siquiera estaba segura porque lo había decidido hacer eso. Fue impulsivo y sin pensarlo dos veces, fue como si dejara que su cuerpo trabajara por su solo e invitara a la chica que jamás la había visto hasta hace pocos días. La misma chica que actuaba de forma tímida con ella cuando Lisa no era alguien para la escuela.

Además, ¿Cual fue la razón del que Kim Taeyeon le hablara? ¿Por que la invitó? ¿Por que la beso? Lisa pensaba demasiado, no disfrutaba de muchas cosas porque su mente siempre estaba trabajando, buscando la razón del porqué personas ajenas y que no pertenecían a su círculo cercano se acercaba a ella. Siempre pensó que las personas como Jennie o Taeyeon se acercaban a ella para sacarle provecho, reírse de ella y hacerle la vida imposible.

No estaba prestando mucha atención a la clase, luego conseguiría los apuntes. Yunho la ayudaría con eso al ser una persona que se llevaba bien con todo el mundo. Cuando termino la clase, Lisa se levantó con calma. Se tomaba su tiempo para guardar todo y conectar sus auriculares. Colocó una canción en aleatorio, disfrutando de la voz y ritmo de
Imagine Dragons en "Believer"

– Pain! You made me a, you made me a believer, believer.– cantó llevando las manos dentro de los bolsillos de su chaqueta vaquera con borrego.– Pain! You break me down and build me up, believer, believer – Esquivo a los estudiantes que pasaban a su lado, bajando la voz a cada paso.– Pain! Oh let the bullets fly, oh let them rain. My life, my love, my drive, it came from.– Manoban se acercó a su casillero, colocando su combinación para buscar su cuaderno de dibujos.– Pain! You made me a, you made me a believer, believer

Siguió cantando, saliendo de la escuela para ir a ese jardín oculto en el enorme parque que estaba a unas calles de la escuela. Aquel lugar que Lisa había encontrado y al que siempre había ido. Pocas personas sabían de su existencia, muy pocas y eso le gustaba a Lisa porque nadie iría.

Se sentó en el lugar de siempre, bajo la sombra de aquel enorme árbol que siempre estuvo ahí y que le traía cierta inspiración a la hora de dibujar. Sacó su cuaderno junto a un lápiz y una goma, dejando esta sobre su mochila que tenía a un lado suyo. Vio el nombre de la canción: Hall Of Fame.

Con eso, trazó el primer círculo, esperando a la pelinegra, que probablemente jamás se presentaría.

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Nadie de su grupo estaba entendiendo la razón de que Jennie Kim estaba tan impaciente por terminar las clases, veía las agujas del reloj moverse de una forma tan lenta que la agobiaba. Mordía la punta inferior del lápiz que tenía entre los dedos, movía su pie izquierdo en vaivén y se distraía. ¿Que podía tenerla así? Soobin se preguntaba eso, Jisoo se preguntaba eso, Roseanne se preguntaba eso y Yerim también, pero a diferencia del resto, ella prefería preguntar antes de sacar suposiciones erróneas.

Cuando el timbre, que daba por finalizada la clase, se escuchó y todo el mundo comenzó a guardar sus cosas, Jennie ya estaba saliendo del salón a toda prisa. Yerim también la imitó, colgándose la mochila y corriendo detrás de Kim para lograr sujetarla de la muñeca y acorralarla contra los casilleros.

– ¡Yeri! ¿Que pasa?

– Eso quiero saber, ¿Por que tanta prisa? No te he visto tan sonriente desde... Bueno antes de que cumplieras años.

– ¿Acaso no puedo sonreír porque se me plazca? – interrumpió la pelinegra alzando una ceja.

– Si, solo que es... raro como...

Jennie levantó la mano para detener a la castaña, empujándola de una forma suave para avanzar y ser perdida de vista por todos sus amigos que habían salido. Nadie parecía estar entendiendo la razón y querían saberlo. Aunque ninguno tuvo la idea de seguirla, no querían que Jennie les gritara luego.

Jennie trataba de esconder la emoción que la invadía, estaba por encontrarse con Lisa y algo dentro de ella le estaba diciendo que sería una buena e inolvidable primera cita. Tal vez no era visto de esa forma para Lisa, pero para ella si y lo pensó desde que la pelirroja le dio aquel pequeño pedazo de papel con una dirección. La había colocado en su teléfono, llevándola a un pequeño jardín oculto a unos metros del parque.

Lo único malo para Jennie era el simple hecho de no tener el número de Lisa, le sería mucho más sencillo para preguntarle dónde estaba. Pero... no fue difícil encontrarla, estaba sentada con su espalda apoyada en un tronco. Bajo la sombra de un árbol con sus auriculares puestos y sosteniendo un cuaderno. Estaba tan concentrada como para interrumpirla, por lo que decidido acercarse poco a poco y en silencio, tomando lugar a su lado. Vio como la pelirroja miraba a su lado, esbozando una pequeña sonrisa al tener la presencia de la pelinegra.

– Si viniste... – susurro Lisa.– Creí que no lo harías.

– Es una cita, no pensaba dejarte plantada en nuestra primera cita.– explicó Jennie.– Dibujas muy bien.

Manoban sonrió ante ese cumplido, cerrando el cuaderno y quitándose los auriculares para guardarlos en su mochila junto al resto de sus cosas para enfocarse en la chica de ojos cafés que estaba a su lado, observándola con entusiasmo y ella no entendía el porqué.

– ¿Tú que crees sobre las frases en las muñecas de las personas?

– Pienso que son manipulables.– confesó Lisa sin pensarlo.– Uno puede leer la frase que tienes y decírtela, hacerte creer que es tu alma gemela. Creo que pudieron ingeniárselas mejor, ¿Sabes?

– ¿Cómo?

– No lo sé. Cuando cumplas dieciséis años, en su muñeca aparecerá la distancia en la que se encuentra tu alma gemela y se irá cambiando hasta llegar al 0, sabrás que es esa persona o, incluso, que todo lo que tú alma gemela escriba en su cuerpo, aparezca en el tuyo. Millones de formas para predestinarle un alma gemela y el universo optó por la más manipulable.

Jennie soltó una corta risa al escucharla, recargando su cabeza sobre el hombro de la pelirroja. La risa de la pelinegra era contagiosa, siempre lo fue y Lisa no fue la excepción.

– Eres rara.

– Y tú eres hermosa.

El susurro de Manoban hizo que Kim se alejará, observando con sorpresa a la pelirroja que estaba igual que ella. Ambas observándose por segundos que para ambas fueron eterno

– ¿Qu-qué acabas de decir? – preguntó Jennie.

What did you say? | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora