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Su felicidad había vuelto, la contagiosa sonrisa estaba nuevamente en su rostro y todo el mundo estaba en paz. Jennie Kim se sentía bien, luego de lo sucedido con Lisa y como todo parecía volver a encarar. Era cierto lo que decían: después de la tormenta, siempre sale el sol.

Ahora Lalisa Manoban estaba con ella, no en una relación, sino que pasaban tiempo juntas y se reían por las ocurrencias de la pelirroja. Era feliz, demasiado feliz de tener a Lisa con ella y ya no tener que estar insistiéndole de salir o pasar tiempo con ella con la promesa de no molestarla. Incluso la pelirroja dijo que ya había hablado con Sana al respecto y acordaron ser mejor amigas.

– Es que, en ningún lado se especifica que tú alma gemela debe volverse tu pareja obligatoriamente – expresó Lisa llevándose una mini zanahoria a su boca –. Eso dice Sana y creo que tiene razón, después de todo... Ella está interesada en una de su club, no me dijo su nombre porque no quiere que la moleste y- Hey, ¿me estas escuchando, Jen?

Jennie reaccionó sacudiendo la cabeza, se había quedado mirando a Lisa que se terminó perdiendo en sus propios pensamientos.

– Lo siento, me distraje – confesó.

– ¿Ah si? – Lisa rió, extendiéndole una papa frita –. ¿Con qué?

Kim le sonrió de lado, inclinando su torso para dejar un casto beso en los labios de la pelirroja. Esos pequeños momentos los atesoraba en lo más profundo de su cabeza, adoraba ver el rojo en las mejillas de Lisa y como balbuceaba para decirle algo. Siempre iba a repetir que estaba feliz, sus padres también estaban feliz de verla sonriente cada vez que se la cruzaban. Krystal y Kai siempre se quedaban hablando con ella sobre Lisa y como era. Incluso le enseñó los dibujos que, en secreto, tomó del cuaderno de la pelirroja cuando esta se encontraba distraída. Pero no había arrancado las páginas, solo tomo algunas fotos y las mando a imprimir para tenerlas.

Roseanne y Jisoo se acercaron a las dos chicas. La castaña se sentó al lado de Lisa mientras que la ojimarrón se quedó al lado de Jennie, saludándola con una sonrisa y volviendo a leer el libro que tenía entre manos. Pero ninguna la molesto, comenzaron a discutir acerca de algún tema cualquiera y dirigiéndolo hacia las nuevas películas. Lisa y Jisoo siguieron discutiendo, Jennie se distrajo con la página del libro que tenía a la vista.

– ¿Que tanto lees? – preguntó Jennie –. Es raro que prefieras un libro a discutir con Lisa y Jisoo sobre películas.

– Es un nuevo libro que mis padres me regalaron – contestó cerrándolo y mostrando la tapa –. Es un libro muy vendido en Alemania. Habla sobre un mundo mágico con criaturas, las brujas tiene orejas puntiagudas que-

– ¿Orejas puntiagudas? – interrumpió Jennie con una corta risa. El resto la miró y ella debió aclarar su garganta –. Lo siento.

– Bueno – Lisa miró a la pelinegra y luego a la ojimarrón –. Y, ¿De qué trata?

– Tengo entendido que son varios tomos y este es el primero – comenzó Roseanne leyendo la parte trasera del libro –. Pero habla sobre una chica ordinaria que llega a un mundo mágico y tienen que vencer a un ser maligno que cree que ella es la elegida por una profecía.

Jennie frunció el ceño, pidiéndole el libro a Roseanne para ojearlo un poco. Se encontró en la página donde se mostraba aquella profecía que era importante en la trama.

– "Cuando se cumplan diecisiete vueltas al sol y la puerta al otro mundo se abra, el rey caerá junto a su oscuridad. Ese era el fin de un reinado y el inicio de otro." – leyó en voz alta y clara –. Supuestamente esto lo dice Ryo a una tal Agnes Grimm.

– Agnes es l humana – dijo Roseanne–. Ryo es un brujo al igual que Elmyra – explicó marcando la pagina en donde estaba –. Cuando lo acabe, puedo prestártelo Jennie.

– Me encantaría – sonrió la pelinegra.

– Harry Potter es mejor – expresó Jisoo llevándose unas papas a la boca, esperaba que Lisa le dijera que si o que solo asintiera con la cabeza, pero esta seguía en silencio y con la mirada perdida –. Oye, ¿No te gusta Harry-

– ¡Claro que si! – chillo –. Solo que estaba pensando en un dibujo para ese libro, la portada es aburrida y demasiado básica. Con unos arreglos, quedará mejor.

Lisa se levantó y tomó su mochila, despidiéndose del resto para salir de allí. Se había colocado sus auriculares apenas les dio la espalda. Jennie sabía a donde pensaba dirigirse y prefirió no molestarla en lo absoluto, después de todo, no quería arruinar las cosas con ella. Miró a Roseanne y luego a Jisoo.

– ¿Qué?

– Pues Lisa sigue siendo rara – confesó la ojimarrón, arrepintiéndose de haberse expresado de aquella forma en cuanto vio el ceño fruncido en Jennie y la expresión de terror en su novia –. ¡No en el mal sentido! Todas somos raras en algún punto y-

– Entiendo, Roseanne – la interrumpió Jennie levantándose –. Para la próxima, piensa bien tus palabras, ¿si?

Sin mucho más que decir, Jennie se marchó también.

Sana la empujó dentro de una antigua tienda mientras se quejaba de su madre. Lisa no entendía porque estaban allí, aunque no se quejaba. Le gustaba ese lugar, tenía varios artículos que llamaban su atención y la tentaban a comprarlo. Incluso pensó en comprarle algo a Jennie.

– Y luego comenzó con su sermón de que debía salir con mi alma gemela porque estamos destinadas y bla, bla, bla – hizo un gesto con la mano restándole importancia al asunto –. ¿Por que todos creen que las almas gemelas deben casarse y ser felices? ¡Es absurdo!

– Como este sistema – susurró Lisa, revisando un viejo reloj –. ¿Sabes? Al diablo el sistema, le dire a Jennie que salgamos y-

– Pero ella no es tu alma gemela.

Ambas pelirrojas se giraron, observando a una chica castaña que sostenía una pequeña canasta con varios productos. Yerim le sonrió falsamente. Lisa entorno los ojos, dándole nuevamente la espalda.

– ¿Y cuál es el problema de que ellas dos no sean almas gemelas? – preguntó Sana.

– Pues Jennie no encontrará a su verdadera alma gemela – habló Yerim, haciendo hincapié en una palabra –, y no creo que Lisa permita eso, ¿O si, roja?

Manoban chasqueó la lengua, metiendo las manos en los bolsillos de su chamarra y alejándose de ambas. Sana miró de arriba a abajo a la castaña, juzgándola.

– O quizás – comenzó la rizada, dando un paso hacia adelante, sin dejar de mirarla –... tú no quieras que ellas dos salgan porque te molesta que Jennie haya elegido a Lisa en lugar de a ti, ¿me equivoco?

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⏰ Última actualización: Jul 31, 2021 ⏰

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