Unos días habían pasado desde el "incidente" donde Akaashi creía merecer castigo por estar en la misma habitación que Bokuto sin que se encontrara su esposo, ahora todo estaba un tanto más tranquilo. Kuroo se encontraba dentro de la cama mientras esperaba que el Beta regresara del baño para hacer lo mismo. Desde que regresó ambos hablaban antes de dormir, ya sea haciéndose preguntas o charlando de su día.
— ¿Realmente puedo preguntar lo que sea? – Dijo Akaashi mientras se metía bajo las sabanas y se recargaba en la cabecera de madera de la cama como lo hacía el Alfa.
— Por supuesto, te dije que no te contuvieras, ¿No es así? – El otro dudó por un momento antes de animarse a preguntar.
— ¿Por qué me elegiste? Quiero decir, solo soy un Beta y hombre, no puedo darte herederos al trono.
— Mmm te contaré un secreto. – Le sonrió levemente al notar como el otro asentía con la cabeza. — No estoy de acuerdo con esto de que el hijo de alguien sea rey solo por serlo. Creo que sería mejor que mi reino pudiese elegir quien los dirige y protege, una vez que yo abandone este mundo ellos tendrán que elegir a alguien más, porque nunca estuvo en mis planos tener descendencia. Este reinado termina conmigo.
Aquellas palabras habían sorprendido a Akaashi, tanto que no supo que agregar. Para él era inconcebible lo que acababa de decirle, que cualquier persona pasara a controlar el reino no parecía correcto. Siempre se le enseñó que donde naces es donde perteneces hasta el día de tu muerte, pero al mismo tiempo le parecía fascinante la manera de pensar del otro.
No hubo más preguntas esa noche, solo un beso de buenas noches antes de que ambos se dejasen abrazar por los brazos de Morfeo. En la mañana el Beta ya se encontraba solo en la gran habitación, suspiró un tanto decepcionado de ser evitado de aquella manera, al menos hasta que pudo ver la nota que se encontraba a un lado de su cama. La tomó para leer la razón de la desaparición de Kuroo; había tenido que salir a una aldea cercana por un problema con personas que no estaban de acuerdo con que Kuroo fuese el rey. Pidió por la seguridad del Alfa y fue a tomar un baño antes de vestirse con unos pantalones color nuez, una camisa blanca, botas café oscuro y un gran abrigo blanco con gris.
Al abrir la puerta se encontró con Bokuto que parecía estar molesto. Estaba cruzado de brazos sin mirar siquiera al Beta antes de comenzar a andar, instintivamente Akaashi lo siguió sin cuestionar nada y ambos llegaron hasta la biblioteca de nuevo. Iban a ese lugar casi diario, excepto cuando Kuroo quería hacer otras cosas como mostrarle otras partes del castillo.
— ¿Estás bien? – Preguntó con curiosidad mientras se sentaba en el gran sillón cubierto con piel de oveja frente a la chimenea que el otro estaba encendiendo. Al estar listo el fuego el Beta solo recibió una rápida mirada de Bokuto que no respondió nada mientras se acercaba a la ventana donde siempre se sentaba a ver hacía afuera para evitar mirar a la pareja de su mejor amigo.
— ¿Es debido a mi que estás molesto? – Se aventuró a hablar de nuevo ahora recibiendo una mirada interrogante del otro.

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Izmena
Fiksi PenggemarAkaashi siempre disfrutó de la comodidad de ser un Beta, de encontrarse libre de ciclos de celo y posibles ataduras. Al ser el menor creyó que solo tenía que ser obediente, no imaginando lo que pronto llegaría para cambiar su estilo de vida, como ll...