Cada día le costaba más a Akaashi seguir molesto o ignorar al de cabello gris, las flores que le regalaba realmente ablandaba su convicción de seguir ignorándolo o no perdonarlo. Guardaba las flores entre las paginas de algunos libros que tenía en la habitación para que se conservaran por mucho tiempo. Los que servían en el castillo le informaron que Bokuto lo estaba esperando en la entrada del castillo, por un momento pensó en no ir y dejarle esperando, pero tras tener el permiso de Kuro que incluso lo animaba para que terminaran de hacer las pases le dio valor para ir.
No entendía porque traía un corcel y si pensaba regalarle eso, definitivamente no lo aceptaría.
— Ven conmigo.
— ¿Disculpa? – Creyó haber escuchado mal. — ¿A dónde?
— Confía en mí. – Fue la única respuesta que obtuvo de quien le miraba fijamente mientras le extendía su mano. Dudó e incluso retrocedió un paso, pero al final terminó por tomar la mano de quien suspiró aliviado al no ser rechazado.
Le ayudó a subir al caballo y él tras suya mientras sujetaba firmemente la riendas, hizo que el equino comenzara a andar. Fue casi media hora sin detenerse, el trote no era demasiado rápido, pero tampoco tan lento. Bokuto tiró de las riendas para indicarle al animal que se detuviera, bajó y ayudó al otro a que hiciera lo mismo.
— ¿No es peligroso estar aquí? – Después de todo él no traía ningún tipo de arma por si algún animal salvaje quisiera atacarlos, tampoco tenía la confianza de poder huir correctamente con las botas y el pesado abrigo que le cubría.
— Yo te protegeré. – Respondió ante la preocupación del otro. Caminaron un poco, Akaashi a tropezones por la nieve que por momentos era más profunda hasta que fue ayudado por el alfa que le sostuvo de la mano para guiarlo.
No dejaba de mirar alrededor, realmente todo se veía igual para él, cada árbol era del mismo color, de la misma altura, de la misma forma para él. El solo imaginar que podría perderse en ese lugar le hizo apretar un poco la mano de Bokuto que no parecía molestarse. Comenzaba a cansarse cuando al fin se detuvieron.
— ¿Porque vinimos aquí? – Preguntó curioso antes de mirar hacía donde señalaba quien le había llevado hasta ese lugar.
No pudo evitar su sorpresa al ver como el blanco de la nieve era cruelmente opacado por el color carmesí de un tumulto de flores, miró al alfa antes de ver de nuevo las flores. No creía que hubieran flores que soportaran el frío de la nieve o que en algún lugar pudiera encontrar algo que no fuera blanco. Maravillado se paseó por el pequeño sendero de nieve que había entre los arbustos repletos de flores rojas algo cubiertas por la nieve. Andaba de un lado al otro tocando, oliendo y admirando cada una de las flores hasta que su mano fue tomada de nuevo por Bokuto al haber sido soltado para andar entre las flores.
— Lo siento. – Tragó saliva al tener aquel par de lagunas dirigidas a él, se regañó mentalmente por casi acobardarse en ese momento. — De verdad, me disculpo por ofenderte al llamarte débil. – Se arrodillo frente a un sorprendido beta y posó el dorso de aquella fría y suave mano sobre su frente. — Espero que puedas perdonarme, Akaashi.

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Izmena
FanficAkaashi siempre disfrutó de la comodidad de ser un Beta, de encontrarse libre de ciclos de celo y posibles ataduras. Al ser el menor creyó que solo tenía que ser obediente, no imaginando lo que pronto llegaría para cambiar su estilo de vida, como ll...