Los siguientes días fueron un tanto duros para el orgullo de Kuroo, era consiente que Akaashi no quería ser tocado por el secuestro, pero podía notar como no se mostraba reacio a su mejor amigo. Bokuto podía tocarle y el otro no parecía asustado.
— No lo entiendo. – Negó levemente con la cabeza mientras se sentaba en una silla de madera tras un escritorio donde descansaba un gran mapa. — ¿Por qué tú si puedes tocarlo?
— Eso es obvio, yo lo salvé. – Alzó los hombros restándole importancia. — No sabemos lo que le hayan dicho cuando lo tenían cautivo, quizás le dijeron cosas malas de ti. – Bromeó intentando calmar al contrario.
— No hay nada malo que puedan contarle de mí. – Le siguió la broma, aún si quería ser serio era algo muy difícil cuando se encontraba junto a Bokuto.
— Seguro le contaron que le temías a los caballos cuando eras niño o que mojabas la cama. – Murmuró divertido riendo al ver como el otro golpeaba la mesa avergonzado.
— ¡Eso no es verdad! Eras tú el que mojaba la cama. – Masculló antes de centrar su atención en el mapa. — Creo que podríamos invadir el pueblo de Pech, así tendríamos control del rio Desten para atravesar el país en barco.
— No parece que tengan demasiada fuerza militar, pero no deberíamos confiarnos, dudo que seamos los únicos que queramos ese lugar.
— ¿Qué propones entonces?
— Ir diplomáticamente, así nos daría tiempo de investigar sobre su armada o ver si podemos crear una alianza. – Se cruzó de brazos mientras pensaba un poco. — Tenemos que saber si están aliados con alguien más y acorde a eso atacar o negociar.
— Me parece bien, entonces iré a "hablar" con su gobernante para averiguar todo.
— Deberías llevarlo contigo.
— ¿A quién? – Preguntó mientras hacía unas anotaciones en el mapa.
— A Akaashi, quizás pierda el miedo de salir de nuevo y yo podré acompañarte. – Ya no sería una niñera atrapado en el aburrido castillo. – Había planeado todo eso, si lograba que llevara al Beta, entonces él podría acompañarlo a sus travesías.
Bokuto en ocasiones se sorprendía de su propio ingenio, había logrado su cometido, aspiró el frio aire y suspiró con felicidad, al fin podía salir del castillo, disfrutar de la momentánea libertad que aquel viaje ofrecía. Ni siquiera le molestaba seguir siendo el encargado de la seguridad del Beta que miraba con curiosidad el paisaje que comenzaba a cambiar; viajaban hacía el sur y aunque aún fuera bastante frío, ya no estaba todo cubierto por nieve, el color verde inundaba el suelo, así como los altos pinos cerca de la orilla del enorme rio Desten que atravesaba el país completo.
— Ya casi llegamos, prepárense. – Ordenó Kuro, si bien había enviado una carta al gobernante de Pech no tenía garantía de que no intentarían aprovecharse de que únicamente llevaba un par de hombres para que dirigieran el barco, a su amigo de confianza y a su esposo, esto con el fin de "demostrar" que su visita no tenía dobles intenciones.
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Izmena
FanfictionAkaashi siempre disfrutó de la comodidad de ser un Beta, de encontrarse libre de ciclos de celo y posibles ataduras. Al ser el menor creyó que solo tenía que ser obediente, no imaginando lo que pronto llegaría para cambiar su estilo de vida, como ll...