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Lily Granier
Dulzura

Seems like a part of me will always have to lose
Every single time I have to choose
Swore that it felt right, but was I wrong?
Is this where I'm supposed to be at all?
I don't have the answers, not today
It's like nothing makes the questions go away
What I'd give to see
If the grass was greener

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Hacía poco más de un mes que no veían a aquellos caballeros, realmente no los volvieron a ver desde esa noche en la que las acompañaron a sus casas, pero de todos modos no los habían olvidado, al menos cierta castaña que suspiraba por el de pelo rizado.

Lily despertó más temprano de lo habitual, pero de todos modos comenzó su día como siempre. Se puso un vestido azul y peinó su pelo en un recogido sencillo, lo justo para que su pelo no molestase. Bajó y comenzó a preparar el desayuno para su familia. Recordaba que cuando era pequeña su madre se encargaba de ello, sus hermanos corrían a besar su mejilla y se llevaban sus platos a la mesa y ella esperaba en su cuarto sentada a su padre, quien la cargaba y bajaba riendo a por los platos de ambos, dejando un beso en los labios de su mujer. Soltó una ligera risa recordando esos momentos, pero entonces otro recuerdo llegó a su mente. Ella tenía seis años y se encontraba arrodillada junto a la cama. Tenía sus manos unidas y rezaba, pero mientras tanto estaba llorando. Una mano se posó en su hombro, ella se levantó con cuidado girandose, allí estaba Bonnet con los ojos llorando, de ellos salían lagrimas descontroladamente. En seguida supo lo sucedido sin necesidad de que se lo dijeran, lanzandose a los brazos de su hermano más mayor. Ambos lloraron en silencio, esa fue la única vez que vio a Bonnet llorar. Su madre había pasado todo un año enferma, pero esa semana había empeorada y la mañana había sido la peor de todas.

Cuando salió de sus recuerdós notó que había comenzado a llorar, por lo que secó con rapidez las lagrimas siguiendo con la cocina. Pronto bajó Bonnet, ofreciendole una sonrisa y tomando el plato mientras dejaba un beso en su frente. Unos minutos después bajó Muller, que solo tomó una manzana del bowl y salió de casa. Por último bajó su padre, que tomo su plato besando su mejilla y sentandose frente a Bonnet. Lily tan solo se hizo unas tostadas, pues no tenía mucha hambre y se sentó en su sitio habitual comenzando un desayuno silencioso. Al acabar limpió todos los platos y tazas y tomó su cesta de mimbre. Salió camino al mercado para comprar algunas verduras y carne para comer. Normalmente tenían una mujer que se encargaba de la casa, pero su hija habia enfermado, por lo que durante unos días se estaba ocupando Lily. En el mercado comenzó a pasear entre los puestos, comprando lo que necesitaba. Al acabar caminó de vuelta a su casa, pero reparó en un niño que intentaba conseguir algo para comer. Se acercó con cautela, no quería que el niño pensara algo malo de ella, y le sonrió una vez el niño reparó en ella agachandose.

―¡Buenos días madame! ¿Requiere algun servicio que yo pueda hacer y ser recompensado?―El niño le sonrió, mostrando unos sucios dientes a la joven.

―La verdad es que la cesta pesa demasiado para mi ¿La podría llevar usted, monsieur?―El niño asintió entusiasmado tomando la cesta de la contraria y comenzando a caminar junto a ella.

―¿Me permite preguntarle su nombre, madame?―La pelirroja estaba muriendo de amor con el menor, pues iba dando saltitos llevando con el maximo cuidado que tenia la cesta.

―Me llamo Lily, ¿Y usted monseur?―Su tono era divertido, adoraba estar con niños, pues creía que ellos no le judgarían pasara lo que pasara.

―Mi nombre es Gavroche, para servirle madame Lily

―Llamame solo Lily―Ambos se sonrieron y Lily abrió la puerta dejando pasar al menor.

―¿Dejo esto en la cocina? Si lo deseas te puedo ayudar a cocinar―La muchacha asintió ligeramente.

Tras preparar un estofado de carne con verduras el menor se disponia a irse con su saquito de monedas cuando la mayor le invitó a quedarse a comer, cosa que sin dudarlo aceptó. Su familia solía comer fuera, debido a sus respectivos trabajos, así que rellenó el plato de Gavroche tantas veces como él se lo pidió, luego le dijo que si lo deseaba podía lavarse en el baño de la casa y rebuscó en las ropas viejas de Bonnet, sabiendo que estrían en buen estado, como nuevas y le dio las que le valían.

―Siempre que tengas hambre o necesites algo, ven a esta casa pequeño, yo te brindaré lo que necesites―La pelirroja besó la frente del menor con una sonrisa y él la abrazó fuertemente.

―¡Les diré a mis amigos lo que hiciste por mi! Así si lo necesitas ellos te pueden ayudar, pues yo no suelo ser de mucha ayuda―La muchacha acarició el pelo del menor negando con la cabeza.

―En absoluto, tú eres de mucha ayuda, pequeño, sin ti se habría quemado el estofado y no podría haber traido la comida― Ambos sonrieron una última vez y, tras besar la mejilla de Lily, el rubio infante se fue corriendo por las calles de Paris.

La chica regresó al interior sentandose en el piano, comenzando a tocar algunas melodías. Un par de horas después llegó su hermano Bonnet, a quien explicó lo sucedido, ya que la ropa le había pertenecido a él, y él solo sonrió nostalgico y la abrazó.

―Me recuerdas tanto a mamá...Ella siempre me decía que ellos merecían más ayuda―Al escucharlo la joven le abrazó comenzando a llorar.

Para ella aquello era lomejor que cualquier persona le podia decir, que se parecía a su madre, pues ella había sido su inspiración desde siempre, su madre, Marie Garnier, había sido la persona más buena que había pisado la tierra y ella quería ayudar al mundo tanto como su madre lo había intentado, si su madre hubiera podido vivir más tiempo habría hecho cosas más grandes. Y aún que ella no lo creyera, su madre estaba orgullosa de ella.

Sempiterno [Les Miserables Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora