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Lily Garnier
La menor

You smell just like vanilla, you taste like buttercream
You're filling up my senses with empty calories
I feel like I'm just missing something whenever you leave
You've got all the ingredients except you needing me

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La pelirroja llevaba casi una semana sin ir al café, pues su vergüenza era tal que no quería cruzarse con Courfeyrac. No sabía muy bien por que le había besado, le había gustado, claro que si, y sentía algo extraño cuando estaba con él, creía que esa era una de las razones por las que no quería verlo, aquellas mariposas en su estomago y sus nervios a punta de piel. Llevaba toda la mañana tocando el piano mientras su padre leía en el sofá. Su padre siempre decia que cuando tocaba el piano para pensar la melodía se amoldaba a cada pensamiento, pero cada obra que ella tocaba para él sonaba como lo mejor del mundo. Como siempre Muller había salido de casa y Bonnet escribía en su despacho. El timbre se escucho por la casa, Lily iba a levantarse, pero su hermano avisó de que abriría él, por lo que siguió con el piano. Su hermano entró a la sala avisando que habían ido a ver a su padre, quien dijo que pasara. Al ver entrar a Courfeyrac la chica dio en un acorde accidentalmente que sono mal, haciendo reir ligeramente a su padre, que invitó al muchacho a sentarse. Lily se retiró con suma rapidez con la excusa de ir a hacer té, la cual no sirvió pues en cuanto Guillermina la escuchó insistió en que ella lo haría. Bonnet se sentó junto a su hermana con una pequeña sonrisa, pues ya hacia un tiempo que ambos hombres Garnier sospechaban algo.

 ―Mis más sinceras disculpas por presentarme sin aviso previo, mi nombre es Courfeyrac, monseur Garnier―Se presentó al hombre haciendo una reverencia más seria que cuando solían entrar las amigas al café o cuando iba a buscar a Lily.

―Te conozco, más de una vez viniste a buscar a mi pequeña―El invitado asintió sin perder su sonrisa.

―En efecto, monseur, debo admitirle que para mi es un placer pasar tiempo con su hija, pues es la mejor muchacha que he podido conocer nunca, por ello mismo vine a pedirle permiso para convertirla en mi esposa, claro que si ella lo desea igual―Tras escuchar aquellas palabras la boca de la chica se abrio sorprendida, que con diversión su hermano cerró.

―No te conozco mucho, siendo sinceros, y no me gustaría aceptar sin conocerte un poco más, aún que se que eres buen chico, ¿Que te parece si pasas el día con nosotros, muchacho?―El hombre sonreía amable, tal y como era, a Courfeyrac, que asintió con alegría.

―Estaría encantado, monseur―El mayor de los hermanos dio un leve codazo amistoso a su hermana riendo.

―¿Por que no le enseñas a Courfeyrac como tocas el piano?―Preguntó mientras revolvía su pelo con diversión, parando en cuanto escucho como su padre le nombraba.

La pelirroja asintió aún nerviosa, comenzando a tocar una improvisación, pues ninguna melodía sentía que pegara con el momento. Mas poco a poco, a traves de los toques de sus dedos al piano, fueron fluyendo los nervios, como si a cada toque los dejara ir. Al considerar que su improvisación había acabado se giró con una leve sonrisa, viendo a los tres hombres mirarla con una sonrisa y una copa cada uno en sus manos. Se volvió a escuchar el timbre, esta vez la chica se levantó caminando hacia la puerta. Mientras tanto el más mayor de la sala ofreció tanto a su hijo como a su invitado unos puros. En cuanto pudieron escuchar risas infantiles el hombre sonrió, pues sabía que eran aquellos niños que iban a cenar y comer de vez en cuando y adoraba a los tres niños. La pelirroja llegó cargando a Bailey en sus brazos y tomando de la mano a Anouk mientras Gavroche corría delante de ella.

―¡Courf!―Gritó el niño con emoción corriendo con el chico, que en cuanto lo vio abrió sus brazos para darle un fuerte abrazo.

El pequeño Bailey saltaba ligeramente en los brazos de la pelirroja, pues si Gavroche tenía la confianza de ir corriendo a abrazar al chico él también la tenía, pues en los tres años que tenía siempre había imitado a Gavroche cuanto podía, sin embargo el pequeño Anouk de apenas seis años se escondió tras la falda de la muchacha que se encontraba dejando en el suelo al menor. Al ver al niño ir a abrazarlo, el de pelo negro siguió el abrazo del niño igual con una sonrisa en su rostro. Al ver aquella escena, todas las dudas se disiparon de la cabeza del patriarca de los Garnier. Se acercó hacia el chico, que había acabado sentado en el sofa con el niño más pequeño en su regazo jugando con su pelo y el rubio contandole su dia mientras él le escuchaba.

―Courfeyrac―El joven alzó su cabeza mientras Bailey se quejaba por ello―Adelante, tiene todo mi permiso

En el rostro del pelinegro se dibujó una sonrisa, mientras el niño de 11 años le miraba confuso. Con cuidado cargó al niño de su regazo dejandolo en el sillón en el que antes se encontraba sentado, que se bajó rapidamente para seguir al chico con Gavroche, y se acercó a Lily. Lily se encontraba enseñado a Anouk algunos acordes, mientras él comía unas galletas observando lo que la mayor le mostraba. 

―Lily―La menor terminó suavemente la melodía girandose a mirar a Courfeyrac.―¿Me harías el honor de ser mi esposa?―Preguntó hincandose y tomando las manos de las muchachas.

―Por supuesto―Su tono era suave con su dulce sonrisa en sus labios.

El de pelo negro se levantó con cuidado besando los labios de la contraria, notando como el más pequeño tiraba de su camisa para que fuera a jugar con él causando una risa en él cargandolo con cuidado.

―¿Y sabeis que? Os vamos a adoptar―El menor no entendía aquella palabra, pero ver como como sus hermanos celebraban llenos de alegría le hizo imitarles y chillar alegre tomando una de las galletas que habían llevado para Anouk. 

Sempiterno [Les Miserables Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora