Anne Muchetti
La mayorYou're so hypnotizing
Could you be the devil?
Could you be an angel?
Your touch magnetizing
Feels like I am floating
Leaves my body glowing══════════════════════════
Un mes, llevaba saliendo todas las tardes a pasear con Enjolras desde hacía un mes, excepto los fines de semana, pues los sábados las tres chicas iban a tomar un café con su nuevo grupo de amigos y los domingos los pasaba con su familia. Esa mañana su madre le había vuelto a recordar el trato, un mes menos, le quedaban once.
En cuanto terminó de comer subió para vestirse lo antes posible y salió despidiendose de todos. Como todos los días Enjolras le esperaba pacientemente y sonrió al verla, ofreciendole en seguida su brazo. Caminaban en una agradable conversación, pero en cuanto la había visto el rubio sabía que algo pasaba.
―Anne, ¿Que sucede?―La castaña le miró y negó sonriendo ligeramente―Sabes que puedes decirme
―Yo tan solo ando algo agobiada...Mis padres me dieron un año para casarme y cada día me recuerdan que queda menos―El rubio frenó suavemente mirandola.
―¿De verdad? ¿Que pasa si no te casas?―La castaña se encogió ligeramente de hombros.
―Ellos me casaran con uno de los hermanos de Lily―Ambos se miraron y el rubio tomó sus manos.
―Casate conmigo―Los ojos de la castaña se abrieron como platos, pero su sonrisa tan solo se amplió.
―¡Sí!―Ambos sonrieron emocionados y entonces la chica tomó su mano comenzando a correr a su casa riendo, siendo seguida por un feliz Enjolras.―Te presentaré a mi familia, seguro que te adorarán.
La chica entró a su hogar y caminó al salón, donde su madre tejía.
―¡Mamá!―La mujer se sorprendió ante tal alegría prestandole atención―Debo presentarte a alguien
Con tan solo esa frase la madre supo de que se trataba. Dejó con emoción la tela en el sofa levantandose y caminando fuera de la sala siguiendo a su hija.
―Mamá, este es Enjolras, mi prometido―A pesar de que la palabra prometido sonara extraña para ambos, acababan de descubrir que la amaban.
―¡Enjolras! Encantada, jóven―La mujer sonreía viendo tal chico con el que su hija se había prometido, ¡Era incluso mejor que el chico Garnier!―Espero que te quedes a cenar, Vito y Giuseppe te querrán conocer.
El de rizos asintió y ambos caminaron tras la mujer a la cocina, que seguía hablando con emoción. Un par de horas después llegaron los hombres que vivían en aquel lugar, ambos extrañandose por el invitado, pero en cuanto la mujer les contó la noticia le sonrieron. Por su parte Enjolras se encontraba incomodo, no era por conocer a la familia de su prometida, más bien era por quienes eran su padre y hermano, y en cuanto le preguntaron sobre sus ideales fue sacado de la casa. Dos de los guardias nacionales más famosos de Paris no iban a dejar que su hija y hermana se casara con un revolucionario.
―¿Te han prohibido verla?―Combeferre era el único que se encontraba en el Musain, pero era una persona idonea para desahogarse.
―En efecto, eran guardias nacionales...¡Guardias nacionales! Los Muchetti...―Enjolras volvió a beber de su vaso de vino tratando de ahogar sus penas en él
―Es increíble como el hombre puede anteponer unas simples ideologías ante el amor―El futuro medico negó ligeramente con la cabeza.
Pero aquello no pudo detener su amor. Tener una relación a escondidas era peor de lo que Anne imaginaba cuando leía Romeo y Julieta, tan solo llevaban una semana así cuando el de rizos se cansó.
―Vamos a la capilla a casarnos, el padre nos casará y así tus padres no podrán evitarlo―Besó a la castaña con delicadeza, se encontraban en casa de Combeferre, ya que él mismo les dejaba el lugar para que se vieran y nadie sospechara más que una reunion de amigos, pues cuando se veían el resto de Les Amis, que ya incluía a las tres chicas, tambien acudían al lugar.
―Pero no tengo vestido de novia y ¿como nos casaremos sin que lo sepa la gente?―Preguntó asustada pero emocionada.
Ivette los escuchaba desde fuera de la habitación con los ojos cristalizados, Anne era la persona a la que más amaba en el mundo, así que necesitaba su felicidad. Entró tratando de que no se notara y se arrodilló frente a ella.
―Yo tengo un vestido blanco, te vendrá bien pues a mi me viene grande y tengo un velo en casa, ¿recuerdas cuando jugabamos a las bodas? Ese es, es uno que le regalaron a mi madre para su boda pero no uso...Por favor, casate con él―Notó como sus lagrimas comenzaban a caer, acompañadas de las de la castaña que tan solo la abrazó fuertemente.
Así las chicas con total discrecion fueron a la casa de la rubia tomando su vestido blanco y aquel velo. La pelirroja insistió en pasar por su casa, fabricando allí mismo con gran rapidez un gran hermoso ramo con algunas flores que ella había plantado.
Al llegar a la capilla Lily entró la primera, sentandose junto a Courfeyrac. Ivette ofreció su brazo a la novia, que lo tomó sonriendole. Ambas avanzaron por el lugar, ya que el padre había aceptado sin dudar en unirles en santo matrimonio. Al llegar al altar Ivette tomó su mano con una sonrisa amarga.
―Ha sido un placer ser tu complice en esta vida―Y le pasó su mano a Enjolras.
Le había entregado a la muchacha, pues sabía que no sería tan feliz con nadie ni nadie le cuidaría más que él. El padre comenzó el discurso, con todos emocionados. Lily e Ivette lloraban, y aún que no se pudiese apreciar desde el fondo de la iglesia Grantaire igual lo hacía, Lily lloraba de emoción, pues aquello era algo hermoso, mientra Grantaire se acercó a Ivette, posó su mano en su hombro y cuando la rubia se giró le susurró un "Sobreviviremos" a lo que ella no pudo más que abrazarlo. Cuando el cura los nombró marido y mujer todo terminó, ya no iban a esconderse. Nada más salieron de la iglesia todos acudieron a la casa de unos enfadados Muchetti, donde Anne tomó todas sus cosas y salió de allí, para ir a vivir con su esposo, tal y como Romeo y Julieta pudo haber acabado.
ESTÁS LEYENDO
Sempiterno [Les Miserables Fanfic]
FanfictionSempiterno: adjetivo 1. FORMAL Que durará siempre, que no tendrá fin. "vida sempiterna" 2. FORMAL Que se prolonga muchísimo, que parece no tener principio ni fin. "una sempiterna sonrisa"