Ivette Guillaume
La medianaIn another life
I would be your girl
We'd keep all our promises
Be us against the world
In another life
I would make you stay
So I don't have to say you were
The one that got away
The one that got away══════════════════════════
La boda de Anne y Enjolras la había dejado destrozada. Era de noche cuando escapó de su casa y caminó hacia aquel café, no sabía por que pero allí se encontraba. La mujer le sonrió amable y le dijo que arriba había vino. Al subir se encontró a Grantaire, justo donde días antes Enjolras bebía por Anne, con la cabeza hundida entre sus brazos y en su mano una botella que goteaba vino.
―No deberías malgastar el vino―La voz de la rubia era bastante fría.
―Tampoco mi vida, pero ya no tiene sentido al fin y al cabo―La rubia tomó la botella de su mano bebiendo.
―Que deprimente, luego eras tú quien reía de los poemas de Jehan―Se sentó junto al pelinegro sin poder evitar no mirarlo, estaba igual de roto que ella.
―¿A ti no te deprime que el amor de tu vida se haya casado?―En ese momento la rubia paró de beber, notando un nudo en su garganta.
―Me deprimiría más que no fuera feliz...¿No viste sus sonrisas? Estaban felices juntos―Por unos segundos el de pelo azabache alzó su mirada, dejando ver sus ojos rojos e hinchados, y volvió a hundir su cabeza.
―No quiero ser egoista, pero desearía que él fuera tan feliz a mi lado―No supo de donde salió el impulso, pero comenzó a acariciar la espalda del hombre que esa tarde había abrazado.
―Desearlo no es egoista―su tono había cambiado, se había relajado bastante.
Pasaron varias horas, todas ellas bebiendo casi hasta el agua de los floreros. Ya casi iba a amanecer y estaban tirados bajo la ventana del café, riendo de dos moscas que habían pasado. Seguían bebiendo a pesar de aquella hora, el moño de Ivette se había deshecho y el chaleco de Grantaire había quedado en una de las sillas del lugar. Al escuchar pasos se miraron y soltaron una carcajada. En eso a Grantaire se le ocurrio que el ritmo de los pasos era como una melodía, por lo que empezó a cantar, sorprendiendo a Joly y Bossuet que entraban. En seguida corrieron con ellos tratando de levantarles, pero ellos se negaban, por lo que decidieron esperar a los demás. La siguiente en llegar fue Lily que, no era muy extraño, había llegado en la compañia de Courfeyrac. Ambos se acercaron igual a los borrachos, pero ellos si lograron hacer efecto en ellos, nombrando que a Anne y Enjolras no les gustaría verles así el día siguiente a su boda. Aceptaron acompañarles al piso del pelinegro para poder arreglarlos, pues como los padres de la rubia la vieran en tal estado igual morían de un ataque.
―Ivette, ¿te encuentras bien?―Preguntó prepocupada la pelirroja sentandola en el sofa, a lo que la rubia solo asintió.
―Tan solo no quiero que Anne deje de ser nuestra amiga y...Me dio un bajón...No es nada más―La pelirroja la abrazó delicadamente.
―Claro que no dejara de serlo―Un pequeño grito de Courfeyrac se escuchó en el baño, pues se encontraba tratando de que a Grantaire se le bajara el alcohol.
―¿Recuerdas cuando de pequeñas jugabamos a casarnos?―Una risa escapó de los labios de Lily.
―De pequeñas no os conocía...―Besó la frente de Ivette y se levantó con cuidado buscando un cepillo para su cabello.
―¡Oh no! Tengo que decirle a Apolo que Anne ya se casó conmigo...Teníamos tres años―La menor se acercó a ella comenzando a peinar su pelo con cuidado escuchandola.
―Me parece bien, tan solo hazlo después de haberlo pensado otra vez sobria―Ivette soltó un gruñido al notar un tirón en su pelo.
La puerta se abrió y salió Grantaire mojado con ceño fruncido y detrás de él Courfeyrac tratando de tomarlo.
―¡Me ha mordido!―Al escuchar al chico sobrio ambas rieron, Ivette a carcajadas y Lily levemente.
―¿Y te ha pasado pulgas?―El ebrio pelinegro miró con el ceño fruncido a la rubia.
―¡Yo no tengo pulgas!―Exclamó parandose.
―Eso dice la gente que no tiene pulgas―Un libro voló en dirección al sofá.―¡Oye!
Courfeyrac logró que Grantaire volviera al baño e Ivette abrió aquel libro dispuesta a cotillearlo, pero en seguida comenzó a reir a carcajadas.
―¡Mira este libro que tiene tu amado Lily!―La pelirroja le dio un muy ligero golpe por haberse referido al chico de ese modo, pero se asomó a ver el contenido del libro.
Su rostro se volvió rojo y cerró con rapidez el libro, pues contenía relatos bastante subidos de tono.
―No deberías cotillear eso, son cosas privadas―Ivette ignoraba que Lily le regañara, pues seguía riendo de ello.
―¿Que es privado?―Courfeyrac salió con una toalla envolviendo la mano que el borracho le había mordido, pero al ver el libro que la rubia tenía en sus manos abrió sus ojos como platos―¡Oh! Habeis encontrado el libro de- Marius, es mi compañero de piso, siempre deja sus libros por todos lados, mejor lo guardo
―¿Ves? No es suyo―Al escuchar el susurro de la menor una carcajada escapó de los labios de Ivette, pues evidentemente aquello no había colado para ella.
―¿Podemos ir ya al café?―Preguntó Ivette con tono cansado―Si seguimos más aquí me voy a dormir...
―Tal vez no sea mala idea que duermas, Ive―Lily comenzó a acariciar sus cabellos con delicadeza.
―¡No me mandas! Me duermo por que yo quiero―La pelirroja alzo sus manos con inocencia, mientras Ivette se acomodaba en aquel comodo sofa dispuesta a dormir.
Unas horas después despertó, dandose cuenta de que Grantaire descansaba en el suelo. Miró en dirección a la cocina buscando a Lily, justo viendo como Courfeyrac tenía su mano en la mejilla de esta mientras ambos disfrutaban de un dulce beso.
―Si tanto les gusta el libro, se empieza por la habitación―No habló muy alto, pues como lo hiciera su cabeza explotaría.
Ambos se giraron sobresaltados mientras el rostro de Lily tomaba un tono rojizo. Se acercó a la rubia con rapidez guardando sus cosas y susurrando que ya era hora de irse o los señores Guillaume se preocuparían mucho por su hija. Esta solo se puso en pie acomodando su pelo ligeramente y siguió a la chica fuera del piso, lanzando una ultima mirada al hombre dormido.
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Sempiterno [Les Miserables Fanfic]
Fiksi PenggemarSempiterno: adjetivo 1. FORMAL Que durará siempre, que no tendrá fin. "vida sempiterna" 2. FORMAL Que se prolonga muchísimo, que parece no tener principio ni fin. "una sempiterna sonrisa"