Una simple mirada a ellos, y te atraen. Tienen belleza, habilidades, talento, hermosas sonrisas y ojos llamativos. No puedes comprender cómo existen, cómo pueden vivir sin tener defectos. Estás tan lejos de ellos que estás convencido de que no tienen problemas en su vida, pues su existencia está simplemente más allá de la tuya.
Erick se sentía así con Christopher.
La inferioridad era una cosa. Erick era simple: usaba el mismo abrigo los 7 días de la semana, ganaba apenas el salario mínimo en su trabajo. Su cabello estaba cepillado de manera simple, su actitud era simple, todo sobre él era... ordinario. Erick pasó 23 años de su vida sintiéndose ordinario.
Christopher no era ordinario en lo absoluto.
Él era grandioso. Rebosante de lujo, riqueza, exudaba una elegancia que te hacia querer convertirte en él, pero al mismo tiempo estar con alguien como él. Sus hombros eran anchos, su cabeza alta, alto en su estatura y confiado en su comportamiento. Sus palabras eran elegantes, suaves, salían de su boca sin pensar, sin dudar. Era como si no fuera humano en absoluto, tan lejos y por encima de cualquier otra persona, tan perfecto.
Asustaba a Erick. Pero ahora, mirando a través de las puertas de madera y viendo al hombre de cabello rubio acostado de espaldas, con los ojos cerrados, luciendo débil y más pequeño de lo que Erick lo había visto alguna vez, su percepción cambió.
Camila estaba dentro de la habitación con algunos médicos, discutiendo algo en voz baja. Parecía asustada, con los ojos un poco abiertos. Erick esperaba que Christopher estuviera bien. Madison se había ido hace media hora porque tenía que trabajar temprano al día siguiente y tenía que irse a dormir, pero Erick decidió quedarse, olvidarse de la necesidad de dormir de su cuerpo, pues ahora mismo, Christopher era mas importante.
"Gracias." Camila dijo suavemente, alcanzó la puerta y salió. Vio a Erick, luciendo un poco agitado. "¿Por qué sigues aquí?"
"Solo quiero saber si está bien, es todo" Erick dijo suavemente y vio a Camila sacar un cigarrillo, encenderlo con la otra mano y luego dejar salir el humo de sus labios descoloridos.
"No lo sé." Murmuró Camila, menos tensa de lo habitual, pareciendo nerviosa... Erick nunca la había visto nerviosa antes. Camila también parecía ser perfecta en cierto sentido. "No fue un ataque al corazón, gracias a Dios".
"¿Qué fue?" le preguntó, y Camila suspiró. "Un ataque de pánico. ¿Te imaginas? Es tan estúpido" se quejó, dándole otra calada al cigarro. "Tenía miedo de que se hubiera lastimado o algo peor, pero solo son sus estúpidos nervios siendo erráticos" Camila dijo, y Erick la vio alejarse.
"¿Ataque de pánico? ¿Pero, por qué? Christopher parece tan..." Camila se rió entre dientes, pasándose una mano por su cabello oscuro. "Si se despierta, llámame".
Erick la vio alejarse y luego se sentó en uno de los asientos de afuera. Una enfermera pasó junto a él y suspiró. "Realmente deberías irte a casa, cariño. ¡Éste no es lugar para que un joven como tú pase la noche!"
"M-mi amigo está ahí. Solo necesito asegurarme de que esté bien" Erick dijo suavemente. La mujer sonrío. "No te preocupes, cariño, se lo diré cuando esté despierto. Deberías irte a casa y descansar un poco".
"Estoy bien. Me sentiré un poco mas tranquilo si me quedo" dijo Erick, viendo salir a los médicos. "Oh- um- está- ¿está bien?" les preguntó, levantándose.
"Está bien, ésto le sucede a muchos hombres. Solo está trabajando demasiado. Desde la depresión le han dado a muchos hombres el trabajo de diez. No es de extrañar que se pongan un poco ansiosos. Pero no debes preocuparte, él estará bien mañana en la mañana" El doctor se rió entre dientes. "¿Su esposa sigue aquí?"
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Somebody To Love | ChrisErick |
FanfictionEnamorarse de un hombre durante los años 50 nunca fue algo que Christopher o Erick hubieran imaginado. Especialmente cuando ambos estaban casados con sus hermosas esposas. O, la historia de dos amantes que nunca fueron el uno para el otro, pero el d...