Había pasado una semana desde que Camila se fue. El clima se había vuelto más cálido y la fría y opaca niebla de Londres se estaba convirtiendo en una sonrojada primavera. Los árboles se volvían más verdes, sus retoños comenzaban a florecer con vívidos pétalos. Se quitaron los abrigos y la gente volvió a llenar las calles.
Erick tenía un pañuelo azul atado alrededor de los ojos y las muñecas envueltas con otro pañuelo escarlata que las sujetaba a la cama. Estaba desnudo, retorciéndose en la cama de Christopher, dejando escapar gemidos y gritos jadeantes.
“Mi hermoso ángel” Erick escuchó la voz ronca de Christopher decir. Christopher besó el pecho desnudo de Erick, haciendo pequeños círculos con una mano en la línea de su cintura mientras con la otra metía dos dedos dentro del chico. Erick movió sus caderas, un quejido decepcionado dejando sus delicados labios al no sentir fricción.
“C-Christopher-“ tartamudeó, moviendo la cabeza de un lado a otro, frenético.
“Nngh- bésame- b-bésame-“
“Por supuesto” susurró Christopher, y lo besó. Erick sintió los dedos de Christopher empujarse más hacia arriba y alcanzar su próstata, gimiendo en el beso, finalmente sintiendo el cuerpo vestido de Christopher contra su polla. Erick se empujó hacia arriba, vergonzosamente necesitado, queriendo nada más que a Christopher para tocarlo por todas partes.
Había estado con Christopher todos los días durante la semana pasada. En el momento en que terminaban sus clases, Christopher lo recogía y lo llevaba de regreso a su hogar. Erick volvía a lo suyo a veces, por periodos cortos, pero Christopher siempre lo convencía de pasar la noche juntos. Erick sentía culpa en el fondo de su estómago por ser tan negligente con Madison, pero ella había estado demasiado ocupada en el hospital y dormía en el momento en que regresaba del trabajo. Eso, sin embargo, hacía poco por reducir su remordimiento.
Hoy, el sol se había puesto horas antes. La luna se alzaba en lo alto del cielo, poderosa en su aproximación para parecer tan dócil pero vigilante. Christopher le había sonreído a Erick al verlo y rápidamente aumentó su excitación ante la idea de estar atado. Erick lo había hecho de buena gana, o mejor dicho, con entusiasmo.
“Bebé.” Christopher declaró, necesitado, comenzando a masajear la próstata del chico con sus largos dedos, quien sintió que su cabeza se fulminaba de placer como si le hubieran encendido fuego en la boca del estómago. Los gemidos de Erick se hicieron más fuertes y su respiración se hizo más entrecortada. Sus manos permanecieron en lo alto, tirando de sus ataduras, aunque era muy consciente de que las quería puestas. Ver solo oscuridad le hizo apreciar más el tacto, los dedos y la voz de Christopher.
“Ch-Christopher.” Erick gimió, mordiéndose el labio con tanta fuerza que se sintió mareado. “Dios- p-por favor-“ Erick soltó, desesperado.
Christopher lo calló suavemente. “Eres hermoso así” le dijo, inclinándose a besar su pecho, viendo como sus muslos se apretaban y sus piernas se levantaban involuntariamente ante los pequeños círculos que Christopher hacía en su próstata. “Que fascinante es verte tan complaciente en mis manos. Estás listo para darme todo” dijo Christopher, asombrado. “Me has dejado llevar al borde tus sentidos. ¿Confías en mí para hacerte el amor, mi amor?”
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Somebody To Love | ChrisErick |
FanficEnamorarse de un hombre durante los años 50 nunca fue algo que Christopher o Erick hubieran imaginado. Especialmente cuando ambos estaban casados con sus hermosas esposas. O, la historia de dos amantes que nunca fueron el uno para el otro, pero el d...