Somebody To Love | ChrisErick |

CAPÍTULO 24

Era una tarde sombría cuando la puerta de la casa de Christopher se abrió de par en par. Erick se veía pálido, con los ojos llorosos y las manos temblorosas a los lados. Era evidente que necesitaba algo, o a alguien.

Excepto que no fue Christopher quien abrió la puerta, fue Camila.

La respiración de Erick se cortó y Camila lo miró. Erick dejó caer los hombros y respiró hondo. "Yo-yo no sabía a dónde más ir."

Camila abrió más la puerta, dejándolo entrar porque ya estaba lloviznando y la lluvia parecía empeorar. Erick entró, sintiéndose como un intruso en su casa.

Pero antes de que pudiera hablar, Camila lo hizo. "Madison se enteró, ¿Cierto?" Dijo Camila, y Erick la miró.

Él asintió con la cabeza, sintiendo que una lágrima rodaba por su mejilla. "Me siento culpable... Por supuesto que sí. Fui obligado a casarme, pero ella nunca hizo nada horrible. No, Madison siempre fue tan amable, tan indulgente" Erick dijo, tragando saliva. "No esperaba que reaccionara de esa manera tan violenta".

"La has estado engañando durante meses, ¿esperabas que se riera?" Camila dijo con incredulidad.

Erick se alejó poco a poco de ella. "No. Esperaba que estuviera bastante enojada conmigo. Pero-pero ella no estaba enojada por Christopher. Estaba más enojada porque soy gay, y-"

"Vaya, qué estúpido de su parte. Su marido viendo al marido de su mejor amiga y queriendo su polla. ¿Cómo se atreve a reaccionar así?" Camila jadeó sarcásticamente.

Erick la miró, vacilando. "Veo que no estás del todo contenta conmigo, ¿verdad?"

Camila desvió la mirada. "¿Qué más te dijo?"

"Me dijo que debería ser internado en un centro psiquiátrico, que- que debería haberme-" Erick dijo, jugando con sus dedos. "Haberme matado... Que eso hubiera sido menos inmoral."

Camila se quedó inmóvil ante eso. "¿Madison dijo eso? No suena como ella en absoluto,"

"Lo sé." Erick exhaló. "Ella me abofeteó y-" se detuvo por un segundo, recordando la reacción previa de Camila. "-y dijo que debería internarme en un hospital. Que estaba enfermo de la cabeza. Y-y-" Erick sintió una lágrima rodando por su mejilla. "No lo estoy" Chilló.

"Siéntate" dijo Camila después de un poco de silencio, en voz baja. "Te haré un poco de té."

Erick se sentó en el sofá de su sala de estar, sus dedos aún temblando. Se sentía incapaz de pensar correctamente, las palabras de Madison se repetían una y otra vez en su mente. Enfermo de la cabeza. Erick no lo estaba. Estaba tan consciente de cómo se sentía, lo que quería su corazón, lo que quería su mente. Estaba tan consciente de quién era. De hecho, la realización de su sexualidad lo hizo sentir lo más normal y pleno que se había sentido en toda su vida.

Camila regresó con una taza de té y se sentó a su lado. "Hablaré con Madison."

"Gracias" susurró Erick, tomando el té con leche en la taza blanca con mango dorado. "Honestamente, estoy un poco sorprendido de lo comprensivo que estás siendo".

Camila se rió entre dientes. "Me siento como" comenzó a decir Camila, respirando hondo. "Cómo si después de años, finalmente fui capaz de encontrar algún tipo de estabilidad. Me escapé de todo lo que conocía a una edad muy joven y me casé con Christopher. No sabíamos nada, mucho menos cómo amarnos correctamente. sabía que estábamos enamorados, y... y eso parecía suficiente". "¿No lo fue?" Preguntó Erick y Camila se rió. "No. No lo fue. Fuimos unos tontos, pensamos que podíamos superar al mundo que nos rodeaba. Pensamos que nuestro matrimonio era un acto de rebelión contra la autoridad arbitraria, cuando en realidad, era solo imprudencia".