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Después de que llegarán al hotel tras dar algunas declaraciones, los niños se sentaron a comer y luego de un rato se durmieron, después de todo él día se les había ido en los últimos acontecimientos.

Después de unos días más donde la pasaron con tranquilidad y lidiando con las pesadillas de Sirius decidieron regresar a casa, no sin antes hacer una fiesta pequeña para celebrar a Orión por su maravilloso trabajo en el hotel.

Orión se sintió verdaderamente pleno, jamás pensó que su esposa se sentiria orgullosa de su trabajo. Y ahí estaba haciéndolo sentir orgulloso de sus logros cuando ella misma se jactaba de ellos como si fueran suyos, la adoraba.

— Bueno, me parece justo que ahora conozcas un poco sobre mi trabajo — Remus le dijo unos días después de que hubieran regresado a Londres.

Hermione estaba leyendo en la biblioteca los libros para ayudar a sus pequeños con sus tareas, los cuatro niños estaban sentados en las cómodas sillas de la larga mesa en la biblioteca, sus libretas estaban abiertas con los deberes del día, Reggie en cambio estaba dibujando con felicidad.

— Estas seguro, amor — Hermione le preguntó mirándolo por un momento — eres el jefe de los inefables, el departamento más celosamente guardado en seguridad de todo el ministerio — le recordó.

Remus sonrió, amaba que ella fuera consciente de cosas como esas, le daba la seguridad de que ella sería razonable — Bueno, estuve hablando con el ministro y me dijo que después de un juramento inquebrantable sería posible — se encogió de hombros.

No diciéndole que era algo que había solicitado hace más de tres años pero, qué, de todos modos su anterior esposa no había querido darse el tiempo de conocerlo, porque lo considero patético.

— Bueno, de ser así me encantará — Mione se inclinó y beso los labios de Remus que se sonrojo hasta las orejas pero correspondió el beso espontaneo.

— ¡¡¡Guacala!!! — los niños corearon, Reggie se bajo de su sillita y se encaminó hasta donde Mione y Remus se estaban riendo por sus expresiones.

Remus miró al niño pequeño que lo miraba con el ceño fruncido, Reggie empujó entonces a Remus con todas sus fuerzas pero este a penas se movió.

— Vete papi, mami mía — Reggie declaró de manera posesiva.

Remus se comenzó a reír al igual que mione pero obedeció a su hijo no sin antes besarla nuevamente, asegurandole que la vería más tarde para que hablaran sobre los inefables.

— Mamá, yo quiero ser un inefable como papá — Sirius murmuró dejando a todos sorprendidos.

Hermione hubiera pensado que el sueño de Sirius seria ser un auror como antes, pero ahora quería ser como Remus.