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-Spoke Evergraden-

Nos formaron a todos en una fila y al poco tiempo entró un señor, una ayudante entró detrás de el y colocó una silla.
El tomó asiento en la silla y colocó una pequeña caldera a un costado de sus piernas , si, esas que parecen como las que las brujas suelen usar, aquellas que son de metal, redonditas y con un pequeño orificio en la parte de arriba, esas mismas que las brujas ponen encima del fuego para hacer sus pociones mágicas.

Dentro de esa pequeña caldera sacó unos pequeños palillos de metal, tenían un pequeño parecido a los fierros que se usaban para marcar el ganado de los granjeros y que quien los viera supiera de quienes eran los animales.

-Pasaré primero yo- Dijo la Señora -Así verán que harán con ustedes-

Ella tomó asiento en la silla que estaba frente al señor.

El eligió uno de los palitos más delgados que tenía y lo metió a la caldera, al sacarlo de ahí tenía un color rojo quemado.

<<oh no>>

 Mierda, la caldera, estaba caliente, calentaba el fierro, oh no no, así hacían la marca, quemaban la piel para que se marcara, no no no.

La piel se me enchinó de solo pensar en que el fierro caliente tocaría mi piel

-¿Está lista? - Le preguntó a la Señora, a lo cual ella solo asintió

Entonces, el se acercó a su clavícula y puso el fierro a la piel de la Señora.

Ella se tensó pero no dio muestra de dolor aparente, solo se sujeto fuertemente a la silla marcando las venas en sus manos.

 Cuando el señor le dijo que había terminado, ella se levantó de la silla y su ayudante se encargó de cerrarle la gabardina.

-Estarán bien- Sentenció -Que comiencen a pasar tal y como están formados-

Primero pasó una chica que no conocía, ella lloro, a cantaros, desde que el primer fierro tocó su pálida piel comenzó a llorar, haciendo que la Señora mandara a traer unas pequeñas cuerdas para que nos amarraran las manos a las sillas y no pudiéramos movernos ni dificultarle el trabajo al señor.

Faltaban unas nueve personas para el turno de Amy, y luego de ella seguía yo.
Amy temblaba, y no dudo que yo también lo hacía, mis manos congeladas por el miedo, imaginando el dolor que se sentiría estar ahí.

Volteé a ver a Easter quien estaba a mi otro lado, su vista estaba perdida en la pared de en frente, no tenía ni una sola expresión en su rostro.

Igual que la señora 

La tensión de contar compañero por compañero hasta que me tocara recorrió mi cuerpo dejándome totalmente tenso, mi mente comenzó a imaginar el dolor que se sentiría tener el fierro caliente sobre mi piel.
La única vez que tuve algo caliente cerca fue cuando metí un pedazo de bistec recién horneado a la boca, estuve sin comer como tres días por la quemadura, y siendo sincero... no estaba tan caliente.
El punto es que mi piel es muy sensible, y yo muy marica.

La ansiedad comenzó a apoderarse de mi ser, las puntas de mis dedos comenzaron a volverse pequeños cubitos de hielo, mi pierna comenzó a moverse involuntariamente y mis manos temblaban.
Sostuve una de mis manos con la otra de ellas para que no se viera el evidente temblor.

Inhalé y exhalé con fuerza en un intento fallido de calmar los nervios

-Tranquilo- Susurró 

Sentí que algo recorrió mi brazo haciéndome voltear mi vista hacia "eso",  y aquello era su mano, si, la delicada mano de Easter (quien estaba a mi otro lado) se escabulló por todo mi brazo hasta tener contacto con la palma de mi mano, entrelazó nuestros dedos y acaricio mi mano con uno de ellos, dándome a sentir su calidez, su compañía.

Mi estomago estaba completamente echo una revolución, había un desastre ahí dentro como si todos mis "mini yo" estuvieran peleando por si apretar su mano, o soltarla y salir corriendo por la pena que sentía.
Bueno, por el mismo echo de que sentía tanta pena no pude reaccionar si no fue hasta que fue el turno de Amy.

Ella pasó, la marcaron, y cuando el señor le dijo que había terminado, corrió a los brazos de Easter causando que la pelinegra me soltara la mano para abrasarla.

Justo cuando me soltó, fue cuando fue mi turno de pasar, tomé asiento en la silla, amarraron mis manos a los costados de ella, y vi la caldera, el hombre bajó mi playera hasta mi hombro dejando expuesta parte de mi clavícula, pasó por mi piel un trapo mojado y sin consulta alguna estampó los fierros en mi piel, primero se sintió muy frío y luego el calor emanó por todo mi cuerpo, haciendo involuntariamente que mis brazos se removieran tratando de liberarse para que dejara de doler.

El señor se inmutó de mis quejidos y por un tiempo continuo dejando los fierras en mi piel, sentía el ardor de mis muñecas al ludir con la cuerda.

Al momento que separó el metal, sentí como si toda mi piel se desprendiera al mismo tiempo que el.

Cuando me soltaron e intenté mover el brazo me di cuenta que sería mal idea puesto que cada rose que la piel tenía con la tela de mi playera ardía demasiado, volteé a ver mis muñecas y estaban rojas por la fricción de la cuerda, y mis ojos ardían por tratar de no llorar del dolor.

Intenté bajar la vista para ver que habían echo con mi clavícula y unas lineas se asomaron, eran muchas seguidas, y a bajo de ellas se posaban pequeños números, una secuencia de números que posiblemente formarían un código.

Regresé a mi lugar y Easter pasó por mi lado, sentándose en la misma silla para que repitieran el proceso ahora con ella.

El señor abrió su sudadera y ella no traía nada abajo, lista para ser marcada.

Los ojos perversos del hombre se detuvieron en sus pechos delineando el sostén que usaba, ella desvió la mirada a otro lado debido a la incomodidad y yo apreté mis puños a un costado de mi cuerpo, intentando no estallar del coraje que me causaba verlo viendo con tal descaro y morbo el cuerpo de Easter.

El hombre se acercó a ella más de lo necesario y se agachó hasta estar a la altura de sus pechos, acercó el fierro caliente a su piel y la marcó al igual que a todos.

Easter apretó los ojos y los costados de la silla, este mismo retiró el fierro de su piel y tomó el cierre de su sudadera, lo deslizó hacia arriba haciendo una breve pausa en frente de donde comenzaba el sostén, pegó su mano a la piel de ella y subió el cierre completamente.
Easter se levantó de golpe dándose la vuelta para irse, mientras el bajaba la vista para seguir acosándola.

Se poso nuevamente a mi lado y le pregunté lo primero que me pasó por la mente.

-¿Estás bien?-

-Claro- Respondió con una inocente sonrisa -Bueno, me quedó un poco adolorida la piel per...-

-Sabes que no me refiero a eso- La corté

Ella bajó la vista -Estoy bien, no te preocupes-

-¿Cómo estás tu?- Se apresuró a preguntar

-Algo adolorido- Le regresé la sonrisa ignorando que había cambiando de tema


----Editado----


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yujuuuuuuuuu hola hola

M di cuenta que los últimos capítulos no le puse "editado" 😪 pero JAJAJJAJAJA siestaneditadosgente

Dejando eso de lado, un poco del capítulo...

"Acoso"

<<El acoso no tiene que ser exclusivamente de naturaleza sexual, sino que también puede incluir comentarios ofensivos sobre el sexo de una persona.>> , o eso dice google

Para muchos el acoso será nada mas que una palabra, para otros un miedo, quizá una pesadilla.

El acoso no solo viene con piropos en la calle, o chistes perversos, también trae con el miradas obscenas y "roces accidentales" con el cuerpo de la persona.

Quizá acoso es un juego para algunos, y una realidad para otros.

Y aquí vemos un pequeño ejemplo de lo anterior, cabe aclarar que esto no pasa solo con mujeres, pero quise aprovechar la escena para hacerlo visible.

cuídate, cuídame, y cuídanos <3















Cuando el cielo se pinte de azul¡En físico!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora