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Poco a poco fui abriendo los ojos, encontrándome en una habitación blanca, observé a mi alrededor y no había nadie, intenté sentarme pero sentí una fuerte punzada en mi costado, en eso alguien más apareció en el cuarto.
— Masami despertaste.
Se acercó Aizawa, estaba solo o eso creí, ya que logré ver a Toshinori ingresar.
— ¿Q-Qué ocurrió? — Pregunté, quedándome quieta.
— ¿Recuerdas que te dispararon? — Preguntó Aizawa, sentándose en una de las sillas a mi lado.
— Le hicieron cirugía para sacar las balas. — Finalizó Toshinori, sentándose al lado del azabache.
Ambos tenían una mirada de alivio.
— ¿Cómo está Kyo? — Pregunté preocupada.
— Esta bien, se encuentra junto a Eri en la academia.
Suspiré de alivio, me alegraba que estuviese en buenas manos.
— ¿Cuántos días me dieron? — Pregunté.
— Te harán un chequeo pronto y te dirán. — Respondió Toshinori.
— ¿Qué pasó con...?
— Están en prisión. — Sonrió Aizawa. — Tu plan salió a la perfección.
— Me alegra. — Sonreí levemente.
— Disculpen, le haremos un chequeo a la señorita, les pido que esperen afuera. — Anunció una enfermera.
— Masami, nos iremos por ahora ya que tenemos algunos pendientes pero volveremos mañana. — Dijo Toshinori.
— no se preocupen.
Ellos se marcharon y observé lo que hacían las enfermeras, permití que me hicieran el chequeo mientras respondía alguna que otra pregunta de la enfermera. Esto tardó más de media hora.
— Bien señorita, hemos acabado por ahora, la tendremos en observación por 3 días, si todo sale bien, podrá irse a casa aunque deberá seguir las indicaciones. Por otro lado, su quirk está de vuelta, procure no utilizarlo hasta que se recupere bien.
— Esta bien. — Asentí.
— Descanse.
La enfermera dejó el cuarto, estos serían tres días aburridos, me desagradaban los hospitales pero tampoco podía hacer algo, necesitaba recuperarme y así volver a dar las clases.
La tarde transcurrió normal hasta caer la noche, cené con tranquilidad aunque había quedado con hambre pero no podía excederme en esta situación, suspiré aburrida en eso apareció un portal y del portal salió Shigaraki, me había sorprendido, después de ello el portal desapareció y Tomura se acercó.
— Eres una tonta... — Murmuró, ubicándose a mi lado.
— Me desagrada que me veas en esta situación, es humillante... — Desvié la mirada.
— Has estado en situaciones peores, no te quejes, tonta. — Mencionó.
— Las hora de visitas acabó, dudo que alguien nos moleste, ¿Quieres quedarte? — Volví la mirada a él.
— No necesito el permiso de nadie para hacerlo. — Soltó.
— Lo sé. — sonreí levemente. — Ayúdame a sentarme mejor.
Me moví, recibiendo su ayuda hasta acomodarme mejor, antes que se alejara tomé su mano.
— Gracias.
Él desvió la mirada. Es tan lindo.
— Lamento posponer la cita. — Murmuré.
— ¿Por cuánto más estarás aquí? — Preguntó curioso.
— 3 días, luego tendré que cuidarme en casa aunque ya me conoces. — Respondí.
— A veces me dan ganas de desintegrarte.... — Murmuró.
— Pero no lo has hecho porque me quieres.
Un silencio se formó entre ambos, sentí mis mejillas sonrojarse.
— O-Oye Y-Yo...--
No pude terminar de hablar al sentir una presión en mis labios, eran los labios de Tomura, no estaban ásperos, al parecer se había colocado bálsamo en sus labios de nuevo, cerré los ojos correspondiendo el beso, nuestros labios danzaron sincronizados, encajaban tan bien, había esperado esto, mi mano libre la coloqué en su mejilla, acariciando suavemente.
— Agh...
Me quejé al sentir una mordida en mi labio, los separé por instinto sintiendo la viscosa lengua ajena, aunque hubo una batalla él terminó ganando, llevando el control en el apasionado beso, todo fue mágico hasta que el aire comenzó a faltar, ahí nos separamos, dejando un hilo que aún unía nuestros labios.
— T-Tomura...
— Me gustas... — Confesó, observándome.
Sus ojos rubí mostraban sinceridad y un brillo de emoción, no pude evitar sonreír ante ello.
— También me gustas, Tomura. — Confesé honesta.
Cuidadosamente Tomura ocultó su rostro en mi cuello, sintiendo su cálida respiración chocar contra mi piel, la mano que anteriormente yacía en su mejilla la moví hacia su cabello, acariciando suavemente.
