🍒Extra: Soborno.

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[ Si tienen algún inconveniente con la forma de redacción en este extra, sean tan gentiles mis bellas personas en decírmelo. He leído y editado, pero no queda por de mas que alguien me corrija. 💗]



✨✨✨







» ¡Es un adolescente! ¿Cómo gestionará una secta a esa edad?

« No es un adolescente. Está por cumplir la mayoría de edad. Y si no te olvidas, alguien mucho más joven reconstruyó su secta sin ayuda de los demás.

» ¿Desde cuándo el gran anciano está a su favor?

« Desde que me tome el tiempo para conocerlo sin máscaras. ¿Por qué dividirnos? Hemos pasado por un Líder que le interesaba más la compañía de una mujer que la multitud en la ciudad y su secta. Con hijos por doquier, en su totalidad, posibles sucesores. Y ahora, que tenemos un nieto que puede darnos favor. ¡Lo estamos arrojando de lado!

» ¿Tiempo para conocerlo? ¿Sucesores? ¿Soportar a un mocoso con carácter orgulloso, sólo porque tiene al Líder de Yunmeng como su tío?

« Y también nos amenazó...

» ¡Cállate! ¿¡Cómo es posible que estemos debajo de la nariz de un niñito!?

« Mejor muérdete la lengua. No vaya a ser que tu puesto pase a una mejor persona. Y que sea mejor eficiente que tú.


Las voces en el pabellón Anjing se oían incluso detrás de dos patios en donde se ubicaba una fuente de Lotos. Sentado al borde de esta se encontraba un Jin Ling admirando los capullos de las flores que comenzaban su ciclo. Atento a lo que se decía, sumergió su mano en el aparente marjal de Loto, que erigió su padre para su madre. Era una fuente muy especial y a la que se tomaba el tiempo para visitar y limpiar adecuadamente.


» ¿Qué dijiste?

» Tks. Ustedes saben que todo lo que se dice lo escucha ese "niñito", ¿verdad?

» Este es el pabellón Anjing. Cualquier cosa que se conferencie, no sale de aquí.

Jin Ling curvó una sonrisa de lado.

No necesitaba que su tío retornara para amenazar a los infructuosos ancianos que vestían, comían y bebían del caudal de la secta. Había dejado muy en claro a la maraña de víboras que se apiñaban en el pabellón Anjing que hicieran lo que hicieran: no iban a lograr su cometido.

Poco a poco comenzó a dar vueltas por la ciudad, tomándose la libertad de caminar, conocer y sentarse junto a los ciudadanos sorprendidos por la visita. Trabajando primero con los cultivadores y futuros discípulos, socios y personas que rodeaban cerca y lejano a Lanling.

Con los años, la ciudad prácticamente conocía al nuevo Líder de la secta Lanling.

Así que cuando atrapó con los dos dedos la orilla de una hoja de Loto, su sonrisa se extendió suavemente en sus labios. Inclusive viejos antagonistas que luchaban con palabras y puños comenzaron a aceptar que su estatus en la secta no era cualquier solaz. Que el deber y el respeto se hacían notar día con día.

«—Si estás conmigo, quédate. De lo contrario, ¿Qué haces en la secta? »

Se lo dijo una vez a Jin Chan que se hallaba en el suelo del patio de entrenamiento, con una mano tocándose el mentón.

«—Estoy contigo. ¿Por qué crees que estaría al lado de estos vejetes? »

Respondió Jin Chan, temeroso.

Una secta que permaneció por los suelos, señalada por el pasado de antecesores Líderes, retornaba de los cimientos. Las reglas en Lanling Jin se cambiaron y se interpusieron nuevas. Hubo quejas en rincones de la Torre Koi, pero nada de levantamientos por querer objetar contra el joven Líder Jin. Al final, consiguió lo que se propuso: entrenar todos los días para mejorar su cultivo, sentir la energía recorrer sus meridianos, reposar y leer libros, pergaminos e historia pasada por las tardes. Perfeccionar su tiro con el arco y entrenar sus estocadas con la espada. Deshacerse de la vieja decoración en los salones, pabellones y una que otra habitación por nueva. Arreglando a su gusto. Enviar derechito a cualquiera que quisiese levantarse contra él; disfrutar de sus momentos a solas, y ver cómo entre semanas nuevos miembros deseaban ingresar y volverse discípulos de la secta Lanling.

Kilig ☪ ZiLing & ZhuiYi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora