Básicamente los 5 días que estuvimos dando la vuelta en la ciudad, le enseñaba a Arvin donde solíamos siempre comer mis papás y yo, cual era mi centro comercial favorito, el Walmart que más me gustaba y lugares que ya no existían
–Te juro que no salíamos de esas hamburguesas, aunque la verdad son las mejores que he probado– dije viendo el Whataburger desde la ventana del carro
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–La verdad no culpo a tus padres _____, esas hamburguesas están buenísimas– dijo Arvin viendo de vez en cuando por si la luz del semáforo cambiaba a verde
–Si– dije quitando mi vista del local de hamburguesas recordando los buenos momentos que pase con ellos
–¿Ya no te han contactado verdad?– dijo Arvin con un leve tono de voz
–No, aunque le dije a mi mejor amiga que si mi mamá preguntaba por mi, ella le dijera donde estaba– dije
–Tu mejor amiga es con la que te fuiste el otro día ¿Verdad?– me pregunto Arvin para luego arrancar el carro
–Sí, es ella la vez que fui a su casa fue todo un desastre– dije recordando el drama con su mamá y su hermanito pequeño llorando mares
–¿Como se apellida?– pregunto Arvin
Mierda, mierda, mierda. Soy tan tarada para no recordar que Cassandra, mi mejor amiga, es de familia adinerada que la mayoría de sus ganancias viene aprovechándose de la gente más necesitaba
–¿Para que quieres saber?– dije intentando parecer tranquila ante la pregunta
–Cassandra Lee, una de las familias más adineradas del pueblo donde viven, no me sorprende que tus papás se llevaran tan bien con ellos– dijo Arvin revisando el espejo retrovisor
Para no hacer tan largo el cuento, Arvin básicamente trabajaba estafando a ese tipo de personas, como mis papás y los de Cassandra, que sacaban su dinero de explotación laboral y no se digan de aquellas cosas peores. No era como que les arrebataran el dinero y el pan de las manos, pero no había trato ni pago justo, entendía el fin de extorsionarlos, en fin ¿Que era para ellos aquel dinero robado? Una miseria
–Buenos que mis papás y los de ella sean así no significa que nosotras a fuerzas también seamos así– dije defendiéndome
–Mira, tienes alta empatía con las personas y no eres fácil de manipular ya que siempre abrazas tus ideas y pensamientos que crees correctos– dijo llegando al estacionamiento del Hotel para luego estacionarse
–Pero he visto personas que no salen siendo las mismas, no dudo que tu buen corazón siga contigo pero créeme que este trabajo te volverá maldita– prosiguió
–Ósea seré alguien con un corazón bueno pero también una maldita– dije en tono burlón
–Con unas personas te harás su amiga e incluso su cómplice, con otras personas no los serás. Maldición de unos, bendición de otros– dijo Arvin bajándose del carro
No faltaba mucho para que fuera mayor de edad, pero ya desde ahorita veía que no era nada como creía
–Por cierto tu amiga Lee y tu se llevan muy bien por lo que me cuentas, solo no te asombres si un día tienes que competir contra ella– dijo Arvin asomando la cabeza antes de cerrar la puerta
Cassandra no era aquel tipo de persona, ella no era como sus papás y obviamente tenía el corazón que a ellos les faltaba. Ni siquiera era capaz de verla como mi enemiga una vez que trabajaría juntos con Arvin
Llegamos al Hotel y recordé mi cámara instantánea. También recordé cuando le tome a Arvin unas fotos en el baño del primer hotel donde nos hospedamos juntos, las escondí detrás del espejo para que el siguiente huésped encontrara una sorpresa. No dude en hacer lo mismo hoy, le tome una a Arvin mientras fumaba un cigarro y se levantaba los pantalones de mezclilla que tenía medió caídos, fue mi foto favorita así que la guarde. Tome otra donde los dos salíamos juntos pero hubo una falla y mi cara salió con una mancha negra que tapaba todo mi rostro, Arvin salía perfectamente en la foto, la coloqué detrás del espejo sin imaginar que en un futuro me arrepentiría tanto de haber dejado ahí esas fotos
