Día 21: Zonas sensibles

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No pude subir esto ayer porque estuve fuera todo el día, así que lo subo "hoy" a las cinco menos cuarto de la mañana. Si hay errores, disculpadme, estoy más dormide que despierte, prueba de ello es que estuve a punto de escribir abrazo con h. Pero no os preocupéis, en un rato tenéis el día 22, no dormiré hasta publicarlo.

Las alas de Fargan eran majestuosas, eran lo suficientemente grandes y fuertes como para permitirle volar, así como de una gama de tonos color marrón que las hacían preciosas a los ojos de todos. Sin embargo, lo que pocos sabían era que eran muy sensibles, por eso el búho rara vez dejaba que alguien las tocase. Sus alas debían ser capaz de percibir la más tenue corriente de aire, el mínimo soplo, el más pequeño suspiro, así que cada toque, por leve que fuese, hacía que todo su cuerpo se estremeciese. Solo el propio Fargan podía tocarlas sin que eso pasase, lo cual era un inconveniente en ciertas ocasiones.

Esa noche había habido una fuerte tormenta, y todos los héroes tuvieron que salir para ayudar a los habitantes a encontrar un refugio adecuado, buscar a los que estuviesen perdidos y hacer misiones de rescate. Para cuando todos llegaron a casa exhaustos ya había amanecido. Lo ideal habría sido darse un baño e irse a la cama para descansar, pero Fargan tenía un inconveniente, después de haber volado a la intemperie durante el vendaval sus alas estaban hechas un desastre, con plumas en posiciones extrañas, arena, pequeñas piedras y trozos de madera en ellas, lo cual le hacía sentir bastante incómodo, sobretodo si las movía demasiado, ya que podía llegar a ser bastante doloroso. Trató de arreglarlas él mismo mientras se duchaba, pero había zonas que no podía alcanzar, así que tras varios intentos frustrados y que Willy le llamase la atención por tardar tanto, suspiró, resignado a tener que pedirle ayuda.

Esperó pacientemente a que Willy también se duchase, algo nervioso porque eso era algo muy importante para él, y nunca había dejado que otra persona tocase sus alas durante mucho tiempo, mucho menos que las adecentase por él. Willy no tardó demasiado en salir del baño, pero para ese entonces Fargan ya se estaba removiendo de forma incómoda, los restos que quedaban entre sus alas junto con las plumas en mala posición eran realmente incómodas. Willy enarcó una ceja, mirándole con recelo al ver que estaba esperando a que saliese, seguro de que le iba a pedir algo.

-Um, Willy... ¿Puedo pedirte un favor? -Le mira suplicante

-Depende ¿De qué se trata?

-Necesito... Necesito que limpies mis alas y coloques en su sitio algunas plumas... Yo no llego -Mira a otro lado avergonzado

Willy se queda un momento en silencio, sorprendido. Era consciente de que Fargan rara vez dejaba que alguien pusiese sus manos en sus alas, así que esa petición era inesperada, a la vez que halagadora, Fargan debía confiar mucho en él para pedirle aquello.

-Está bien -Acepta de forma desinteresada mientras por dentro saltaba de la emoción.

Fueron a la habitación para que Fargan estuviese más cómodo tumbado boca abajo en la cama, la cual tuvieron que mover al centro de la habitación para que pudiese extender sus alas por completo.

-Willy, m-mejor que te subas encima de mí para que no me pueda mover... -Murmura cohibido

-¿A qué viene eso? -Willy le mira extrañado

-V-Verás... Es que mis alas son muy sensibles... Y aparte de eso no estoy acostumbrado a que las toquen, a-así que mis instintos me dirán que pelee o vuele para alejarme todo lo posible...

-...Entiendo -Hace lo que le dijo, sentándose sobre sus muslos para que no pueda mover las piernas y darle patadas. Pensó en sentarse sobre su espalda baja, pero no quería hacerle daño, considerando que eso sería lo más seguro para ambos- Bien, voy a empezar

-...Ten cuidado... -Murmura tragando saliva y asintiendo, tratando de convencerse tanto a sí mismo como a Willy de que estaba preparado.

Antes de moverse, Willy escaneó las alas con su mirada, buscando las plumas mal colocadas y algún indicio de dónde podría haber basura bajo ellas, queriendo hacer esto lo más rápido y cómodo para el búho. También vio algunos rastros de suciedad y sangre, cosa que le hizo fruncir el ceño, no le gustaba que su búho estuviese herido e incómodo. Por suerte habían subido un trapo con un recipiente lleno de agua para limpiar bien lo que se hubiese quedado en las alas. Empezó colocando un par de plumas lo más rápido que pudo tras asegurarse de que bajo ellas no había nada, pero ya con solo ese fugaz toque Fargan se estremeció violentamente bajo él mientras apretaba las sábanas bajo él.

-¿Estás bien? -Pregunta algo preocupado

-S-Sí... Solo continúa... Por favor -Murmura el búho

Willy asiente y vuelve a lo suyo, comprendiendo que lo mejor era no hablarle en ese momento. Colocó otro par de plumas más antes de entrar en la verdadera faena. Para ello tuvo que levantar plumas perfectamente colocadas, palpar por algunas zonas, recorrer ambas alas con sus manos para buscar desperfectos, y eso Fargan no lo llevó muy bien. Trató de aguantar, pero a los pocos segundos empezó a agitarse, batiendo sus alas de forma desenfrenada, así que Willy tuvo que sujetarlas como pudo, más preocupado porque Fargan se hiciese daño así mismo por moverlas aún con basura en ellas que por sí mismo. Mientras las sujetaba seguían limpiándolas de forma metódica, asegurándose de quitar toda la basura, por pequeña que fuese, mientras murmuraba cosas conciliadoras, sin saber a quién estaba tratando de consolar, a Fargan o a sí mismo.

La tarea era larga, y el constante contacto con sus zonas más sensibles durante tanto tiempo fue demasiado para Fargan, que acabó corriéndose sin siquiera quererlo. Tras eso, quedó tumbado contra la cama, sin fuerza para hacer nada más que gemir de forma lastimera y estremecerse de vez en cuando, con lágrimas en los ojos por la sensación tan intensa que suponía que alguien tocase de esa manera sus alas.

-Sssh, ya casi termino, Fargan, tranquilo -Trataba de calmarle Willy, limpiando con el trapo los restos de sangre y barro. Era lo último que faltaba, se había asegurado de que ya no quedaba nada más entre las plumas, de que todas estaban en sus sitio y de que no tenía heridas graves. Fargan solo gimoteó al notar al trapo, lo único que quería era que dejase sus alas en paz de una vez por todas, aunque conscientemente sabía que lo hacía por su bien y porque él se lo había pedido. No se lo habría pedido a nadie más, solo confiaba en Willy para algo así.

Por fin terminó de limpiarlas por completo, así que las soltó con cuidado, a lo que Fargan en seguida las recogió contra su cuerpo mientras temblaba. Willy se sentía realmente mal por haberle hecho sufrir así, pero era necesario, o se habría hecho aún más daño por volar con sus alas en mal estado. Le hizo levantarse para cambiarse de ropa interior, limpiando con el trapo los restos de au orgasmo de su piel, antes de dejarle acostarse de nuevo. Llevó el trapo con el recipiente de agua y la ropa sucia a la cocina para después volver con Fargan, tumbándose a su lado. Quería abrazarle, pero no estaba seguro de si el búho querría que le tocase en ese momento. Por suerte, no hizo falta que preguntase, pues fue el propio Fargan quien se acercó a él, apoyando la cabeza en su pecho, a lo que Willy le rodeó con sus brazos.

-Gracias -Murmuró el búho contra su piel

-Cuando quieras, buhito, estoy aquí para lo que necesites -Besa su pelo con amor.

Ambos se durmieron casi al instante tras eso, había sido una noche dura, junto con una mañana aún peor, necesitaban el descanso.

Willgan Month 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora