cap 6

785 65 82
                                    

Lo primero que observó el joven hombre al ingresar a la sala principal, fue a la chica de mechones morados reincorporarse de una extraña posición. El confundido mortal solo ladeo su cabeza sonriendo con la gracia varonil de todo un caballero.

-Muy buenas noches~ -decidió saludar primero inclinándose con delicadeza hacia ella- Gracias por acompañar a mi familia a casa.

El corazón de la azabache bombeo lo suficientemente rápido para hacerla recordar la primera vez que palpitó de esa manera al estar frente a Kibutsuji... pero esta vez, fue una sensación bastante alejada del miedo y odio que experimentó en sus primeras noches dentro del castillo infinito.

El cielo azul que Shinobu jamás conocerá, lo observó en los ojos idénticos a los de Giyuu, pero estos reflejaban una paz envidiable que la hizo apaciguar su hambre solo un momento.

Lo que sí nunca había experimentado en sus cientos de años como demonio, fue sentir sus mejillas arder como nunca. una autovaloración rápida probablemente calmaría su inusitada preocupación, pero el resultado del diagnóstico médico indicaba dos cosas, 1: probablemente una reacción negativa en su cuerpo por falta de alimento o 2: podría ser por estar segura de nunca haber visto a un humano tan apuesto y tan atractivo en toda su vida.

Los párpados de la ojivioleta fueron entrecerrandose paulatinamente recorriendo la apuesta figura del azabache hasta perder su vista en el yukata semi abierto que dejaba un poco al descubierto el marcado abdomen del mortal; Pero después de proporcionarse una paliza mental volviéndose a tocar tierra, presionó sus ojos con fuerza, y prosiguió a responder debidamente.

-O... oyasumi... -un ligero pero entendible susurro fue lo que alcanzaron a pronunciar sus labios- n...no me agradezca por favor, fue un placer ayudar~ no podría dejar caminar a una señorita por el bosque a tan altas horas de la noche con un bebe en brazos~...

-Gracias a Dios los 3 están bien -comentó el varón en un ahogado suspiro de alivio- mi familia es todo lo que tengo, no sé qué haría si algo les llegase a pasar... yo en verdad quiero mucho a mi familia... por favor no dudes en pedirme cualquier cosa, ¿puedo ofrecerte algo de cenar?

Una maléfica sonrisa se dibujó en el rostro de la receptora, la respuesta a esa pregunta sólo se escuchó en la mente de la demonio, hubiera respondido si quisiese, pero la curiosa reacción del preocupado hombre le causó mucha dulzura, los libros de biología leídos concordaban que los hombres era generalmente más sensatos y adustos que las mujeres, pero este caballero, demostró gran amabilidad y empatía hacia ella.

Muy dentro del corazón de Shinobu, se llegó a preguntar si su padre tendría una personalidad parecida o un poco más tosca, en si su familia habría sido así de dulce con las personas o más ecpáticos, ¿Qué hay de la hermana que Douma le había dicho que tenía? ¿La llegó a querer tanto como Shinobu lo hubiera hecho?

Sus ojos pasearon inconscientemente en los antebrazos descubiertos de su kimono alguna cicatriz, hematoma o indicio que expusiera el "cariño" de su desconocida familia, pero la delicada y suave piel de Shinobu había sido renovada después de convertirse en el depredador más letal del mundo; cualquier rasguño fue y será curado de cuestión de segundos.

-Discúlpame un momento- volvió a solicitar el joven sacando a la chica de sus pensamientos-

El apuesto individuo se dirigió hacia Giyuu con una gran sonrisa, se sentó al lado del futón y cargo a su pequeño bebé con extrema delicadeza, mientras que Shinobu... solo veía... veía la envidiable escena, que jamás podría tener.


"El habla de nuestras emociones cuando no alimentamos nuestros labios con palabras, algo se rompe en mil pedazos a la ausencia o en la presencia del amor, y en nombre del amor, sana. Para ser valiente y completo una vez más"

Giyuushino- No mires atrás, estas a salvo ahoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora