Capítulo 7

193 20 1
                                    

Sentí que mi vida cambió por completo en un segundo. La voz de Alba hacía eco en mi cabeza y casi tiré mi vaso rojo cuando confesó sus sentimientos. ¿Cómo podía estar  tan extasiada y aterrada al mismo tiempo? No estaba segura de qué sentir porque había muchas emociones batallando en mi interior.

Ella estaba enamorada de mí, repetí en mi cabeza. No, ella estuvo enamorada de mí, ya no. Esa conclusión no me gustaba mucho y me odiaba a mí misma por sentir eso. ¿Quizás quería lo que no pude tener? Desde que volvió a mi vida tengo esa maravillosa sensación que calentaba mi corazón cada vez que pienso en ella. Tal vez eran solo celos de que alguien más llegó y se convirtió en la persona que la hace feliz.

No debía sentirme así y lo sabía. Se volvió dolorosamente obvio cuando la castaña se puso a mi lado. Aún estaba en shock y no podía mirar a ninguna de las dos. Alba era feliz... con alguien más. Necesitaba recordar eso constantemente desde la semana pasada.

—No, solo estábamos hablando— la suave voz respondió a la de su novia, sacándome del trance en el que me había sumergido otra vez.

—Debería... um, voy a por otra bebida— tartamudeé a pesar de que mi vaso estaba lleno.

Mi instinto me dijo que corriera lo más lejos posible.  Dado que no era opción, ya que parecería lunática, decidí entrar y casi empujé a Marta de camino al baño. Ella me miró y pareció captar algo. Su mano tomó la mía y me guío al patio. Solo la seguí porque ya no sabía qué hacer. Todo parecía irreal.

—¿Estás bien? Parece que has visto un fantasma— la estilosa mujer dijo llena de preocupación. —Quizás el aire fresco te ayude porque estás como si fueras a vomitar.— Mis mejillas se sonrojaron porque no sabía que las palabras de Alba  me habían afectado tanto.

—¿Natalia? ¿Hola? ¿Hay alguien?— Marta preguntó e intentó capturar mi mirada.

—Yo... ella dijo...— balbuceé y traté de pensar en algo coherente. —¿Crees que soy ingenua?— pregunté e inmediatamente vi su sonrisa. Eso era un sí, pensé.

—Normalmente eres una mujer muy inteligente, Natalia. Pero hay algunas cosas en las que deberías ser más perceptiva— dijo de la forma más amable posible.

—¿Cómo cuáles?

—Tú dime. Al parecer hay algo en tu mente. Sea lo que sea, puedes confiar en mí.

Tomé una gran bocanada de aire y consideré contarle a mi ex compañera. Ella ha sido mi amiga por años y fue la única que mantuvo contacto. Confiaba en ella más que en las personas que formaban parte activa en mi vida. Pero también era cercana a Alba lo que hacía esto más complicado, así que decidí guardar silencio.

—¿Es sobre Alba?— preguntó cuidadosamente, haciendo que la mirara por primera vez. —¿Te dijo al fin?

Mi corazón se detuvo otra vez. ¿!Ella lo sabía!? ¿Cómo coño lo sabía Marta y yo no? ¿Alba se lo contó? Ahora estaba aún más confundida. Todavía no podía hablar bien, la otra chica al parecer supo inmediatamente que estaba pasando.

—Escucha, sé que no me corresponde decir nada, pero, ¿en serio nunca te diste cuenta de que le gustabas a Alba?

Su voz era tan suave que era obvio lo bien que me conocía como para ser cuidadosa al respecto, de otra forma me callaría. No sabía cómo responder, era la misma pregunta que me hizo Alba. ¿Realmente no lo sabía o estaba muy asustada para admitirlo? En mi cabeza había una respuesta: No lo sabía.

Sino no me sentiría tan atrapada. Otra parte de mi cuerpo, mi corazón, me decía que siempre tuve una idea. Esa era la peor parte.

—¿Cómo lo sabes tú?— respondí su pregunta con otra.

Do I Wanna Know?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora