Capítulo 12

224 20 1
                                    

—Natalia, Natalia, despierta.

Sentí que alguien me empujaba suavemente hasta que empecé a frotar mis ojos adormilada. Al abrirlos poco a poco reconocí a Marina.

—Tengo que ir a la escuela y tienes que llevarme— explicó ella y necesité unos segundos más hasta que estuve lista para decir algo.

—Claro, estaré abajo en un segundo— le dije y miré a la chica adolescente salir de mi dormitorio.

Suspiré profundamente y bostecé una última vez antes de levantarme. Todo ese tiempo pensando anoche había tomado mis horas de sueño, pero todavía no tenía claro si debería permanecer en España o no. Mi instinto me dijo que me quedara, así como mi corazón, pero mi estúpido cerebro intervenía cada vez con argumentos muy razonables para continuar con la forma en la que he estado trabajando. Yo estaba en la cima de mi carrera y tomar un descanso ahora podría ser la decisión más tonta que jamás haya tomado. Nadie se detuvo en el punto más alto de su carrera, eso sería una locura  ¿no?

Recordar lo que había sucedido el día anterior me hizo pensar. ¿Qué pasa si me diagnostican cualquier cosa mañana? ¿Sería capaz de decir que he vivido feliz y plena? En el fondo, yo sabía que no he sido feliz en mucho tiempo; hasta que Alba se había presentado en mi concierto. Desde entonces mi mundo se había visto sacudido bruscamente, pero también había traído un montón de luz en mi vida. No importa cómo  de complicadas las cosas habían sido últimamente, no podía negar que la mujer de ojos miel me hizo más feliz que cualquier otra persona.

Y con eso mi decisión estaba tomada. Me levanté de la cama, me puse algo de ropa casual y me preparé para dejar a Marina en la escuela. Me encontré con la joven de dieciocho años, en la cocina y me di cuenta que llevaba mi ropa. Por supuesto no me importó. Yo le había dicho la noche anterior que podía coger lo que quisiera de mi armario y le quedaba muy bien. Lamentablemente todavía no había nada en mi nevera, pero le dije que pararíamos a comer algo el camino.

—¿Estás segura de que quieres ir al instituto? Estoy segura de que tus profesores lo entenderían si quieres estar en el hospital— dije en voz baja cuando estábamos en el coche.

—No, hoy tengo un examen importante y he estado estudiando toda la semana, así que no quiero perdérmelo. Y además, no estaría mal distraerme— dijo la menor y me hizo asentir con la cabeza ligeramente.

—Pareces tranquila. Al menos más tranquila que Albi, incluso ayer lo estabas— me di cuenta.

—Yo... como que lo vi venir— confesó ella y me hizo mirarla sorprendida ahora. —Mi madre adelgazó mucho últimamente y vi varias veces tomar todo tipo de medicación. Y como he dicho, me gusta analizar personas; ella no hizo ningún plan a largo plazo como vacaciones con los amigos. Era mucho más agradecida con cualquier persona o cosa... No sé. Siento que me he preparado a misma inconscientemente.

La madurez de ella era absolutamente asombrosa y puse la mano suavemente sobre su rodilla para consolarla.

—¿Cómo crees que Alba va a lidiar con esto?— Le pregunté con cuidado.

—Ella va a estar en modo de negación— Marina respondió inmediatamente. —Va a estar ocupada por lo que no tendrá que pensar en ello. Es su mecanismo de defensa... un poco como tú— añadió y me hizo sacudir la cabeza incrédula de lo inteligente y perspicaz que era.

—¿Puedes... salir del coche sólo durante un par de segundos para que todos puedan ver que me dejaste?— dijo llena de timidez cuando aparqué frente a su instituto. —No tienes idea de lo que haría por mi popularidad.

Sin decir una palabra me bajé del auto y caminé a su lado del coche, hundiéndola en un fuerte abrazo. Podía sentir que todos los otros estudiantes nos estaban mirando y escuché a algunos de ellos chillar mi nombre. En cuanto nos dejamos de abrazar, me quité el gorro que llevaba puesto y se lo puse en la cabeza.

Do I Wanna Know?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora