(FLASHBACK)
Distribuir el polvo blanco en dos líneas incluso se había vuelto mi especialidad. No es que estuviera orgullosa de ello, pero solo me estaba divirtiendo ¿verdad? Un montón de gente de mi edad lo hacía y con la fama y el dinero vinieron ciertas oportunidades. Por no mencionar el hecho de que estaba agotada y exhausta y solo necesitaba un poco de impulso a veces. Mi horario era una locura desde que nuestro primer álbum había salido. Tras un largo día de prensa, regresé al apartamento con Jason y él me había traído la sustancia que se estaba filtrando ahora en mi sistema.
Aspiré profundamente y sentí como mi pulso aceleraba instantáneamente cada célula de mi cuerpo. Sam no solía consumirlo, pero por alguna razón siempre me animó a hacerlo. Era algo así como mi novio a pesar de que en realidad nunca hablamos de cosas como esas. Íbamos de fiesta juntos y él era una distracción, además mantenía mi imagen de "la chula". Al mismo tiempo yo había crecido frustrada con la dirección que había tomado después de OT porque no se me permitía expresar el tipo de música que quería hacer. Ninguno de nosotros podía.
En cuanto me instalé en la cama, algo se sintió diferente después de mi dosis. Mi cuerpo estaba temblando más de lo normal y mi cabeza daba vueltas. Los dolores de estómago eran nuevos, así que sentí como el pánico crecía.
—Creo que he tomado demasiado, Sam— dijo mi voz preocupada y el hombre me miró.
Se acercó y se sentó a mi lado en la cama, revisando mis pupilas.
—Joder, claro que te has pasado— dijo mientras yo empezaba a enloquecer.
—Mierda, ¿qué hago ahora?— Le pregunté con pánico.
Los fríos ojos azules, se centraron en mí con atención antes de que él sacara una pequeña bolsa. Seguí sus movimientos y vi las pastillas envueltas en plástico.
—Toma una de estas. Te ayudarán a calmarte— dijo, y por alguna razón cada segundo me asustaba más. Algo en sus ojos me hizo sentirme aterrorizada y negué con la cabeza en respuesta.
—Parecen roofies y yo te dije que no voy a tomar ninguna pastilla— dije y traté de sonar con confianza.
No parecía que le preocupara mi respuesta y sacó una de las pastillas verdes, colocándola en mi mano.
—Quieres que se te pase ¿verdad?— Dijo y lo hizo sonar como si tuviera que hacerlo. Estaba asustada de tener una sobredosis. Mis ojos oscuros se centraron en la píldora. Su dedo índice comenzó a hacerme caricias circulares en la piel de mis muslos desnudos, ya que solía vestirme con ropa interior y una camiseta. Sabía lo que él quería, pero no quería desmayarme mientras estaba haciendo Dios sabe qué. Algo hizo clic en mi cabeza y me di cuenta que estaba en un lugar muy peligroso. Tal vez fue la paranoia de las drogas, pero me sentí un poco lúcida. Es por eso que le devolví la píldora y decidí esperar a que se me pasara en lugar de tomar más sustancias ilegales.
—Haz lo que quieras— dijo, y acarició mi rostro inesperadamente con sus dos manos. Su beso fue duro y me sentí enferma. Me había sentido enferma antes, pero ahora estaba cerca de vomitar encima de él cuando su mano se deslizó justo por mi ropa interior.
—No, no quiero esto ahora— le dije y agarré su mano para sacarla de debajo de la fina tela.
—Oh, vamos. Será jodidamente alucinante tan de subidón como estás en este momento— Sam siguió su camino y me empujó hacia abajo con fuerza. Sus manos estaban por todas partes y me sentí realmente asustada por su comportamiento.
—Basta, lo digo en serio— respiré y traté de liberarme de su agarre.
—Cierra la puta boca ¿está claro?— dijo entre dientes de repente y me agarró las muñecas con tanta fuerza que sentí que me estaba rompiendo los huesos. —Pensé que teníamos un acuerdo y me has estado devolviendo lo que te he dado de esta forma en los últimos par de meses.
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Do I Wanna Know?
FanfictionNatalia Lacunza y Alba Reche, concursantes del programa español «Operación Triunfo» eran muy amigas desde el minuto cero en el que se conocieron. El fenómeno Albalia las orilló a tomar caminos totalmente diferentes. Dejaron escapar su amistad. Nata...