Loki

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Al día siguiente no podía permanecer un minuto más en cama.

Pantalones negros, botas y chaqueta verde fue suficiente para partir a Kingsbury.

Salió de su apartamento y subió al primer taxi que se detuvo.

—A Kingsbury.

El chófer la miró.

—Está algo lejos.

Sylvie asintió.

—Supongo que sabe llegar —dijo ella.

—Por supuesto, es sólo que...

—Necesito llegar a una cafetería llamada Asgard o algo así. No se preocupe por el pago.

El chófer se puso en camino. Treinta minutos después, aparcaba frente a un negocio.

—Es aquí.

Sylvie pagó y salió del auto, sin dudarlo, entró a la cafetería.

Examinó el lugar, estaba casi lleno y ella podía reconocer el olor a café. Necesitaba un buen desayuno.

Se sentó en la barra. Un chico se acercó.

Sylvie lo miró.

—¿Desea ordenar?

Ella asintió.

—Bien... —dijo el chico, esperando una respuesta.

—No sé, solo trae algo que pueda comer y café.

—Enseguida.

El chico salió huyendo.

Examinó el lugar, no había rastro de Loki. Minutos después, el chico llegó con su orden. Justo antes de que se alejara, ella lo detuvo.

—Oye, ¿Dónde está Loki?

El chico sonrió.

—Llegará en cualquier momento, tal vez.

—Gracias —ella sonrió.

Sylvie se dedicó a terminar el desayuno que le había parecido glorioso, sin embargo, la adrenalina que comenzaba a correr por sus venas le impedía disfrutar del festín. La puerta se abrió, pudo escuchar la campanita que avisaba que alguien llegaba.

Pantalones grises, camisa azul, chaqueta negra. Era él, Loki.

Tenía el cabello un poco más largo, pero era él y estaba sonriendo. Sylvie también sonrió al verlo, ella estaba sentada casi al final de la barra.

Un niño entró detrás de él y se sujetó fuertemente de su pierna.

—Me quedo contigo —decía el niño.

La sonrisa de Sylvie se borró al instante.

—Papá, me quedo contigo —lloraba.

Una chica entraba casi de cuclillas para tratar de pescar al niño que se había escapado de su agarre. Era hermosa, tenía el cabello oscuro, la piel muy blanca y los ojos verdes.

—Déjalo trabajar, Emil. Nosotros iremos al parque —la mujer sonreía.

Sylvie observaba.

—Señora Laufey, buen día. Señor, Laufey —el chico que había atendido a Sylvie, saludó a la pareja que acompaña al niño.

¿Laufey?, pensó Sylvie. Estaba segura de que su apellido real era Laufeyson, pero han cambiado tanto las cosas, que, en ese instante, su apellido era el menor de sus problemas.

Se le partió el corazón, el chico lo llamaba papá. Sabía que por más irrelevante que sonara, ella había llegado tarde.

—Será otro día, Emil. Tengo trabajo —decía Loki, dulcemente.

El niño le dedicó una última sonrisa, Loki se inclinó para que el pequeño pudiera darle un beso de despedida.

—Nos vemos en casa —dijo el chico.

Loki asintió

—Te veo más tarde —decía la mujer.

Ella tomó del brazo al niño y salieron, Loki le dedicó una sonrisa al mesero, cruzó una puerta de madera al interior, desapareciendo. Ni siquiera miró a Sylvie y eso la lastimó. Buscó en los bolsillos de su pantalón y dejó un par de billetes junto al plato vacío.

—Señorita, el señor Laufey acaba de llegar —alcanzó a decir el mesero—, ¿no quería hablar con él?

Sylvie esbozó la mejor sonrisa que pudo.

—No es necesario —agitó una mano en el aire— lo escuché decir que tiene mucho trabajo, regresaré otro día.

—Señorita...

Pero Sylvie ya había cruzado el umbral de la puerta. 


¿Ahora qué haré? Esa era la pregunta que inundaba los pensamientos de Sylvie. Loki tenía una vida, un negocio, una familia, una vida normal. Cuándo salió de la cafetería, caminó sin rumbo fijo durante varias horas, hasta que sus piernas comenzaron a doler y el sol se escondía de a poco.

Tomó un taxi de regreso, comenzó a llover, el conductor inició una fugaz conversación que sacó de sus pensamientos a Sylvie.

—¿Qué piensa de lo que dicen últimamente?

—¿Sobre qué? —preguntó ella.

—Sobre el Cap América y los acuerdos de Sokovia...

Cómo era de esperarse, Sylvie no sabía de qué estaba hablando, pero hizo su mejor intento por continuar la conversación.

—Nunca entendí los acuerdos de Sokovia.

El conductor soltó una pequeña risa.

—Tampoco yo, señorita. Es cosa de superhéroes.

—¿Usted sabe lo que pasó con el hermano de Thor?

El conductor suspiró.

—Después de lo que pasó en América, se llevaron al chico a su planeta. Esperemos que no regrese.

Sylvie sonrió, sin duda, había una variante de Loki viviendo esa realidad. La hizo sentir mejor, sabiendo que con eso no buscarían a Loki, mucho menos a ella.

Llegó a su apartamento y cuando entró, notó que estaba completamente sola.






nota:

Holi, perdón por el retraso. Dejo dos capítulos como compensación.

Si te gusta, no olvides darle amor a cada capítulo. 

M.

LOKI || SYLVIE & LOKI || IF I TELL THE TRUTH || MARVELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora