Coincidencia

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Pasaron tres, cinco, nueve, catorce días, ella se levantaba de la cama, iba al trabajo, hablaba con sus compañeros, realizaba sus tareas y se adaptaba a la vida en la tierra, le gustaba el ruido de las calles durante el día, el sonido de la lluvia, el olor a café y las historias que contaban en los libros.

Conocía personas, hablaba con sus vecinos y descubrió que tenía auto, en realidad, Anne había preguntado si estaba averiado. Tenía la esperanza de que él la llamara, tal vez, solo para preguntar sobre el proyecto, quizás, quizás, quizás, solo para saber cómo estaba. No quitaba los ojos del teléfono, hasta ese momento entendió la necesidad de los humanos de mantenerse cerca de ese aparato.

Era sábado y estaba viendo la televisión, el teléfono comenzó a sonar. Ella atendió inmediatamente.

—¿Hola? —dijo.

¿Hola? Hija, ¿Por qué no has llamado?

Sylvie estaba confundida, ¿tenía una madre?, ¿una real?

—¿Mamá? —dijo, cautelosamente.

—¿Quién más, Sylvie?

Ella sonrió, sus ojos se llenaron de lágrimas, tuvo que llevarse una mano a la boca para ahogar su llanto.

—¿Hija estás bien? —preguntó la mujer a través del teléfono, parecía preocupada.

—Claro...claro, mamá.

—¿Qué pasa contigo?

—Nada, dime tú, ¿cómo has estado? —preguntó, llena de verdadera curiosidad.

—Tu padre no deja de preguntar por ti, le dije que llamaría.

—Deberías tú perdonarme a mí. Llamaré con más frecuencia, lo prometo.

Se hizo un breve silencio.

—¿Mamá? —preguntó Sylvie.

Pudo escuchar que la mujer sollozaba.

—¿Pasa algo, madre? —insistía la chica.

—Hacia mucho que no llamabas, que me decías mamá...que prometías algo —la mujer sollozaba.

—Oye...—Sylvie trató de calmarla— lo siento. No recuerdo cuando fue la última vez que hablamos.

—Cuatro semanas, niña.

—Lo siento, no volverá a pasar.

—¿Hasta cuándo vendrás a visitarnos?

Sylvie volvió a sonreír, tenía familia, una real.

—¿Puede ser hoy mismo? Aún es muy temprano.

Pudo escuchar que su madre agradecía al cielo.

—Claro, hija. Te esperaremos con el almuerzo caliente —se escuchaba una voz en el fondo—, Luke, nuestra hija vendrá de visita.

—Pero madre, dime la dirección.

La mujer le dijo dónde los encontraría, Sylvie lo escribía en un pedazo de papel, tenía la dirección y finalizaba con "Kingsbury", colgó el teléfono. Sylvie miró el nombre que estaba escrito en la pantalla: Sara.

Preparó una mochila con ropa cómoda para el fin de semana, no quiso usar su auto, prefirió un taxi, casualmente, era el conductor del primer día.

—Señorita —dijo, con un tono de voz amigable. Había conocido su rostro.

—Llámeme Sylvie.

—Yo soy Tom, ¿a dónde iremos?

Ella le entregaba el papel. Él asintió y comenzó a conducir.

LOKI || SYLVIE & LOKI || IF I TELL THE TRUTH || MARVELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora