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NARRADOR.
Las puertas del bar se abrieron dándole paso al grupo de amigos, todos se quedaron quietos observando todo lo que sucedía al rededor de ellos. Era un lugar con luces tenues, musica muy sensual y bailarinas por donde mires.
El rubio golpeo el pecho de su amigo para que observará lo que estaba sucediendo en la mesa principal.
Sobre la mesa estaba noelia; vestía un vestido muy corto y pegado a su cuerpo. Estaba bailando de forma muy sexy entre los brazos del italiano. Ella hizo contacto visual con el grupo de amigos, pero como si no importara se dio la vuelta quedando frente a frente con el italiano que no dudo un segundo en besarla.
— Hey! Llegaron.— Se acerco wang a ellos con un vaso de whisky en su mano.— No es hermosa?— Les pregunto al ver como todos estaban mirando a su hermana.
— Lo es, es muy hermosa.— Aseguro mía al ver como ninguno de los chicos se atrevía a contestar.
— Veo que volvieron a ser amiguitos..— Soltó roman recibiendo un sape por parte de tej para que se callara.
— Si, ellos se llevan muy bien.— Comento antes de beberse el whisky de un solo trago. Su hermana seguía sobre la mesa riendo con el italiano y ahora se les había sumado giovanni. — Van a quedarse toda noche mirándola o vienen por un trago?— Consulto antes de irse.
Todos lo siguieron hasta una de las mesas del sector Vip, donde se encontraron con jade, y luego de tomar asiento todos pidieron un trago para relajarse un poco. Wang, había invitado a brian, diciéndole que también podía traer a sus amigos ya que medusa iba abrir otra sucursal del bar en otra parte de la ciudad en unos días.
Todos los presentes estaban entretenidos hablando sobre la nueva apertura con wang, pero han ni siquiera estaba disimulando la situación, él tenía su mirada sobre la morocha que seguía riendo entre los brazos del italiano mientras hablaban con giovanni.
Noto como la morocha le susurro algo al oído a alessandro antes de alejarse de ellos dejándolo solo con giovanni, la siguió con la mirada hasta notar que freno su caminar en la barra.
— Han, donde vas?— Pregunto mía al verlo levantarse de la mesa decidido por irse a quién sabe donde.
— Al baño, ya vuelvo.— Mintió.
Comenzó a caminar entre las mesas y la gente, logrando así que su mirada se conecté durante un segundo con la del italiano, quién levanto su copa en forma de saludo con una sonrisa en el rostro, en cambio han solo siguió con su camino ignorando el gesto.
Al llegar a la zona de la barra, tomo asiento en una de las bancas. La miro de reojo notando como ella no dejaba de cuchichear con Soso, una de sus chicas. Mientras bebia un trago.
— Ya no saludas? Digo, como tampoco te despedis.— Escucho la voz coqueta de la mujer llegar a sus oídos haciendo sonreír ligeramente.
— Por favor, noelia.— Soltó en un tono molesto, estaba enojado con ella y aun no encontraba una explicación para el enojo que sentía.
— ¿Qué? ¿Acaso estoy mintiendo?— Pregunto desde la punta de la barra.
Han, negó al escucharla.
— De todas formas veo que mucho no te afecto.— Soltó sin saber cuanto se iba a arrepentir de su próximo comentario.— Total, duermes con todos.
—¿Qué estas intentando decirme?
— Es imperdonable todo lo que as hecho.
— Disculpa, yo no pedí que me perdones.
Él soltó una risa, sin gracia.— ¿Fui una etapa? ¿Quién sigue? ¿Giovanni?— Pregunto con enojo.— He escuchado que es promiscuo, tienen eso en común.
—¿La mala soy yo? Dios, estas muy equivocado. No te convenía hacerme tanto mal, han. No tienes una idea de lo mucho que me gusta la venganza, vas a aprender por las malas.— Susurro eso muy cerca de los labios del contrario.
—Crees que me afecta? Eres una más del montón.— Escupió con repudio, ella solo se río ante su comentario y se alejo de él.
— Yo nunca soy una más del montón.— Le aseguro.— Mira, brian sigue pensando en mi y ni siquiera estaba enamorado, ¿Qué te queda a ti? ¿O tengo que recordarte como rogabas por mi atención cuando estabamos en el cuarto?
— Bonita, todo en orden?— Se acerco a ellos alessandro, y atrás de él venía giovanni. Ambos sabían todo lo que había pasado entre Han y ella.
— Todo en orden, amore mio— Sonrió antes de agarrarlo de la mano yéndose de ahí los tres juntos dejando a Han, solo en la barra y con la palabra en la boca.
