ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 1: ᴇʟ ᴄᴏᴍɪᴇɴᴢᴏ

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Nᴀʀʀᴀᴅᴏʀ

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Nᴀʀʀᴀᴅᴏʀ

La tranquilidad del taller fue iinterrumpida por la llegada de un grupo de hombres liderados por wang. Su porte intimidante llamo la atención de todos los presentes en aquel lugar, pero nadie dijo ni una sola palabra. La tensión podía cortarse con un par de tijeras

Wang se quito los lentes negros para poder observar a detalle cada rostro sin moverse de su lugar, pero no reconoció ninguno de los rostros presentes.

Se aclaro la garganta.—Estoy buscando a han lue, sé que se encuentra en este horrible lugar, pueden decirle que salga y que no me haga perder el tiempo.

—¿Quién lo busca?—Pregunto una joven de ojos rasgados ganandose la mirada del mafioso por un breve momento.

—Un viejo amigo. Dile que venga bonita, no tengo tiempo para estas cosas.—Ordeno con un poco más de firmeza en su voz. Wang no se destacaba por tener mucha paciencia.

—Digame su nombre, necesito saber quién lo busca.—Insistio.

—Joder, ¿a ti, te parece?—Le pregunto a alessandro casi sin poder creer lo que sus ojos veían y sus oidos escuchaban, ni él hacia tantas preguntas cuando alguien iba a verlo.

¿Qué papel estaba jugando ese idiota?
Debió matarlo cuando tuvo la oportunidad.

—Han, se que estas escuchandome y no quieres que nadie salga lastimado, así que ven a dar la puta cara antes que me quede sin paciencia.—Le ordeno viendo la puerta trasera del taller.

—¿Qué quieres? No tienes nada que hacer aquí.—Se adentro al taller mientras se limpiaba las manos con un sucio trapo.

Wang lo miro de arriba abajo con cierto desagrado antes de girarse y comenzo a caminar a la salida con sus hombres, dándole a entender que debía seguirlo.

—¿Vas a decirme que pasa? ¿Qué haces en tokio con tus hombres?

—Si, yendo al punto. Mi hermana esta secuestrada en manos enemigas.— Soltó sin ningún tipo de anestesia, sin aviso.

—¿Y yo qué tengo que ver?— Intento mantener la compostura y su seriedad, pero era notorio que la noticia había sido como un balde de agua fría.

—Él me quieren muerto a mi.— Le informo con tranquilidad.— Necesito un intermediario para poder sacarla de ahí, y tu me debes muchas cosas.

—Yo no te debo nada.

—Sigues con vida. Luego de lo que le hiciste a mi hermana debí asesinarte y no lo hice, por lo que harás lo que te diga.—Ordeno acercándose ligeramente al contrario de forma amenazante.

—Estas demente, wang.—Se quejo sin poder creerlo.—No entiendo que quieres que haga, yo no tengo nada que ver contigo.

—Tony luego va a explicarte todo, solo ve por tus cosas que tenemos que irnos, no tenemos tiempo.

—Bien, si no hay opción.. —Resignado volvió a entrar el taller para despedirse y buscar sus cosas.

—Alessandro, llama a brian.— Ordeno Wang antes de subirse a su auto.— Dile que vaya a los ángeles.

—Entendido.

SHE'S THE BOSS • Han Lue ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora