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Nᴀʀʀᴀᴅᴏʀ
Sus manos se apoyaron en las mejillas de giovanni viendo las heridas en su rostro, sin dudas necesitaba un medico con urgencia o no iba a estar nada bien.
Apoyo su frente contra la de él, de alguna forma iba a lograr que todo estuviera bien, ese era su trabajo al final, hacer que todo saliera bien por su propia cuenta.
—Te prometo que todo saldrá bien.
—Lo lamento, Noe.
Susurro él con la poca energía que le quedaba. El ruso se sentía culpable, porque no hizo lo suficiente para que no le hicieran daño a ella, ya que ese era su trabajo.
Negó levemente alejándose de él, miro a john atado en otra silla. Tenía que pensar muy bien lo que iba a hacer en los próximos cinco minutos, porque a pesar de haberlo atado de pies y manos, la casa seguía llena de guardias o eso decía él.
—No vas a poder, noelia.— Repitió.— No siempre vas a poder hacer todo por tu cuenta, entiende eso.
—Noelia, capaz que no puede, pero te aseguro que medusa es muy capaz de hacerlo.—Le aseguro.
Reviso las municiones del arma que tenía en la mano, antes de dirigirse a la puerta. Cuando estuvo cerca de la puerta pudo escuchar que había personas del otro lado, con dudas agarro el picaporte y lentamente abrió la puerta.
Tras la puerta estaban Wang y Han, apuntando con armas, cuales bajaron al instante al verla a ella tras la puerta.
—Se supone que nosotros íbamos a salvarte!
—¡Tarde, wang! — Se quejo ella.— Si tuviera tiempo, volvería ahí dentro y me ataría a una silla para que ustedes se hagan los héroes, pero giovanni necesita atención medica con urgencia.
Por su lado pasaron los hombres de wang para poder socorrer al ruso y llevarlo con algún médico de confianza.
—Tu también deberías ir a una clínica, por las dudas.—Le dijo han con cierta timidez en su voz.
—¿Por qué vino él? —Consulto la morocha ignorándolo.
Wang, se encogió de hombros.— Pensé que seria de ayuda, olvide que mi hermana es genial y hace todo sola.— Contesto pasando por su lado, entrando al cuarto donde estaba john.
Meduso, miro a han de arriba abajo pensando que realmente seguía siendo muy lindo y que probablemente tenía el cabello un poco más corto que la última vez que se habían visto. Y Sin decir nada, siguió a wang.
—¿Y él?
—Dile, john, quién eres?—Pidió sacándole la cinta de la boca.— Vamos, a wang le hará muy feliz escucharte!
—Soy tu medio hermano.— Contesto con asco, generando la risa de wang.— ¿Cual es el chiste, wang?
—Que serias el hermano feo, tal vez.
—Por favor, wang.—El castaño nego levemente escuchando a quién seria su medio hermano, logrando formar una discusión.
—Cuando terminen, has lo que quieras con él, wang.— Dicho eso, se dio media vuelta dispuesta a irse, pero freno su caminar a medio camino.— Han, puedes llevarme a casa?
