~CAPÍTULO 001~

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Romina Swan 

Estaba en mi habitación empacando mis cosas, me sentía un poco molesta yo no queria ir a forks, no es mi culpa que el novio de bella decidiera dejarla, en realidad no lo culpo es mi hermana y nisiquiera a mi me gusta pasar tiempo con ella, es un poco rara.

No digo que yo sea la persona más normal pero a un lado de bella si que lo soy o al menos eso creo yo.

—cariño solo serán algunos meses, hasta que bella logre recuperarse de esto y tu la animaras, lo sé —aseguró mi madre desde el marco de la puerta y yo puse los ojos en blanco.

—que se supone que haga yo para animarla, ¿leerle cómics?, ¿Jugar a las muñecas? ¿Darle cereal con leche y brillitos comestibles? —pregunte para después escuchar la risa de Phill.

—si vas te daré 500 dólares —comento Phil en un intento de soborno que por supuesto iba a funcionar.

¿es un soborno? —interroge mirándolo con complicidad.

—yo diría que una motivación pero puedes verlo como desees —dijo extendiendo los billetes, sonreí complacida y los guarde dentro del señor Sprinkles.

—Phill, ella debe aprender a hacer las cosas sin recibir nada a cambio —nos reprendió mientras nos daba una mala mirada— termina de empacar, nos iremos en una hora.

No dije nada más y solo corrí escaleras arriba para terminar de empacar trece largos años de mi vida, esto va a costarle a bella muchas bolsas de gomita.

Cuando termine me puse a pensar en que tal vez debía cambiar mi pijama por otro tipo de ropa, no me daba vergüenza salir así pero a mí madre si.

Escuché como tocaban la puerta y me acerque para abrirla, era Phil.

—¿Ya puedo llevarme las maletas? —inquirió adentrándose en la habitación.

—si —respondí señalando la montaña de equipaje que estaba arriba de mi cama.

es mucho para solo un año, ¿Planeas quedarte allá?

no se, tal vez si —dije dudosa— iré por un cactus para bella, cuidado con el señor Sprinkles.

Si ignoramos el hecho de que casi muero intentando conseguir un cactus de esos que bella ama podría decir que todo fue un completo éxito, entre comillas claro.

Mientras íbamos en el auto escuchábamos canciones de los ochenta, eran increíbles y lastimosamente el trayecto tardo muy poco, en algunos minutos ya habíamos llegado al aeropuerto.

—Romina por favor no le des muchos problemas a tu padre, suficiente tiene con aguantar a Bella promete que te comportarás de buena manera —pidio en un tono suplicante y yo asentí falsamente, ser tranquila no está en mi genética.

—lo que ellos nesecitan es a alguien que llene de alegría sus vidas, yo soy la alegría en persona —asegure y ellos asintieron con diversión.

—extrañaremos escuchar como te caes de la cama cada mañana —dramatizó phill secándose lágrimas falsas para después abrazarme.

—yo también los extrañare. —afirme para despues abrazar a mi madre.

Seguido de esto anunciaron mi vuelo y tuve que abordar el avión.

Tarde mucho tiempo en buscar mi asiento pero al final lo logré, todo estaba perfecto hasta que me llegaron unas ganas incontenibles de comer algo dulce, busque a la señorita azafata con la mirada y despues de encontrarla ella noto mi urgencia porque se acercara y lo hizo.

—¿Tiene gomitas? —pregunte de inmediato.

—si, ¿Deseas que te traiga algunas? —cuestiono en un tono amable.

—si.

Ella sonrió y después de unos minutos regreso con mis gomitas, durante todo el vuelo no deje de molestarla pidiéndole gomitas verdes porque son las únicas que me gustan, obviamente todo lo bueno debe terminar y ya casi aterrizamos, las más felices eran las azafatas.

Al llegar al aeropuerto de  Seattle estaba sentada en la sala de espera esperando a que alguien viniera por mi, luego de algunos minutos mire a bella acercándose junto a papá, me acerque y lo abrace, llevaba varios años sin verlo.

—te extrañe mucho —confese cuando nos separamos del abrazo.

—yo igual —afirmo para después tomar mis maletas y empezar a caminar al estacionamiento.

—prepare una habitación para ti
—comentó bella y yo asentí, se veía muy mal como esos zombies de The Walking Dead

—gracias bells —dije y después mire como papá metía las maletas en el auto de policías— ¿podemos hacer sonar la sirena?.

—en otro momento —afirmo y después abrió la puerta del auto para que entraramos.

—traje un cactus para ti —comente y poniéndolo sobre sus manos.

—gracias, es muy lindo—agradeció pero al parecer eso no la animo mucho.

—Romina estaba pensando que tal vez te gustaría ir con bella a la reserva —comentó y yo asentí rápidamente.

—Claro yo amo ver reservas, es mi actividad favorita —dije con falso entusiasmo, debía investigar más tarde que era una reserva.

—bien entonces puedes ir mañana a conocerla, iras a esa escuela así que será bueno que la conozcas —comento  y yo asentí.

Estuvimos hablando de temas un tanto aburridos, bella en realidad estaba muy mal, si quiero sacarla de esa depresión nesecitare más que cereal con brillitos.

Forks parecía sacado de una de esas películas de vampiros tristes y melancólicos que solo piensan en la llegada de la muerte.

Al llegar a la casa bella me llevo a la que sería mi habitación, no era muy distinta de la que tenía en Phoenix.

—traté de decorarla como a ti te gusta y te sientas cómoda, se que amas los peluches y no puedes dormir sin ellos así que compre algunos —explicó ella mientras miraba el interior de la habitación.

—gracias me gustó mucho, ¿quieres comer cereal con brillitos? —pregunté y ella negó.

—no gracias , iré a dormir y tu deberías hacer lo mismo, ya es tarde y mañana iremos a la reserva pero primero debemos ir a ver a un amigo—dijo para después salir de la habitación.

Me puse mi pijama de los ositos cariñositos para dormir, despues busque entre todas las maletas a señor sprinkles, no puedo dormir sin el.

La noche no fue muy agradable, no podía dormir y no sabía si era por comer demaciadas gomitas o por estar en un lugar desconocido para mí, era un nuevo territorio por explorar.

✨Gracias por leer✨

An Innocent Love ~seth clearwater~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora