UN NUEVO COMIENZO

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Una familia de mafiosos que se hacía respetar acababa de sacar de su gran casa a patadas a dos chicos considerándolos enfermos y maldecidos.

-Quiero que se LARGUEN y no vuelvan jamás a esta casa, ustedes no se merecen el apellido Gambino!- Un hombre que echaba humo por las orejas les empezaba gritar botando maletas llenas de ropa y otras cosas de ambos

Carlo, un chico de cabello amarillo natural, tez mezclada entre blanca y morena y hermosos ojos verdes; ayudaba a su hermano a levantarse del suelo despues del golpe que le dieron para sacarlo de la casa -Te aseguro que nosotros no volveremos a esta casa, pero ten algo en cuenta, en unos años nos vas a necesitar y te daremos la espalda como tu lo haces con nosotros -Hablo el rubio con voz natural, parecía que ninguna de las palabras antes dichas por su padre no le hubieran afectado. 

Cuando los hermanos ya se encontraron de pie, se desempolvaron la ropa y cogieron sus maletas; se empezaron a alejar de la casa, su padre los veía con repugnancia, no existe otra palabra en el mundo que describa mejor como aquel hombre los veía, mientras que la madre de los chicos y su mujer se encontraba atrás del hombre arrodillada con un golpe en su mejilla llorando sin consuelo alguno, era de esas tristezas inimaginables que lo único que hacen es romper tu corazón en mil pedazos. 

Ninguno de los chicos sabía qué hacer, no tenían a donde ir, solamente cargaban con una maleta cada uno, ambos se dirigieron hacia una avenida para poder caminar y buscar algún lugar para poder quedarse debido a que ya empezaba a oscurecer, por el camino vieron un motel, ambos decidieron quedarse ahí para al menos resguardarse de aquella noche fría. Uno de ellos sentía un fuerte enojo, mientras que el otro sentía culpa; pidieron un cuarto y empezaron a acomodarse en aquel lugar.

-Carlo?- Uno de los hermanos hablo

-Dime Toni?- Carlo estaba dejando las maletas en el suelo mientras miraba que era lo que habia en ellas

- Carlo, todo esto fue mi culpa- Hablo con un hilo de voz, estaba apunto de llorar 

Carlo al escuchar eso fue hacia su hermano con dos zancadas para arrodillarse frente a él y poder hablarle con cariño - No no, esto no fue tu culpa, simplemente no se lo tomaron bien, pero aunque ya no estemos con esas personas recuerda que siempre voy a estar contigo -Le hablo al ojiazul con cariño

-Pero si no hubiera empezado no estaríamos en esta situación- El ojiazul no paraba de echarse todo el peso en la espalda

- Pero si no hubieras empezado nunca hubiera sabido que lo que siento por ti era correspondido- Carlo le hablaba a Toni con cariño para intentar calmarlo. Se alejó para poder seguir mirando las cosas en la mochila y continuar contando dinero

Toni se recostó en la cama, su cabello rubio se encontraba desordenado, tenía la costumbre de cambiarse la ropa cuando se iba a dormir pero esta vez se encontraba muy cansado de ese día asi que solamente se acomodó y cerró sus ojos color azul, cayó en pocos segundos en los brazos de Morfeo; Carlo termino de organizar y cuando regreso hacia su hermano lo vio profundamente dormido en la cama, movió a Toni para poder arreglar la cama y meterlo entre las sábanas para poder dormir junto a él sin sentir frío alguno.

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HORAS ANTES 

Toni se encontraba aburrido en su habitación, no tenía nada que hacer y tampoco quería salir de casa, estaba empezando a hacer frío porque se acercaba septiembre asi que decidió quedarse en cama viendo Twitter. 

Carlo se encontraba hablando con su padre sobre negocios y sobre nueva mercancía que ya tenia planeada para poder vender; pero el chico no estaba prestando atención, solamente tenía en la mente a su bello hermano, Carlo habia entrado a la habitación de Toni sin tocar, el ojiazul se encontraba cambiando de ropa debido a que habia llegado mojado de la calle, Carlo se quedó inmóvil viendo el cuerpo ajeno, la tez blanca como papel, su cuerpo perfectamente marcado y su rostro iluminado con una pequeña luz que le daba un tono de calor a su habitación.

NUESTRO AMOR - *CARLONI*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora