NUESTRO AMOR - *CARLONI*

EL ENCUENTRO

Salinas se encontraba en la parte trasera del auto, todo a su alrededor desde sus pies a la cabeza se movía, algo que claramente le encantaba a Salinas, aparte del menor de los Gambino. Raúl durante ese pequeño viaje se habia metido de cinco a siete pirulas, estaba con los Gambino era incapaz de negar las Pirulas, y a se desgracia eran gratis.

Toni le aviso a Carlo que tenia que girar en aquella entrada, se entendía que ya estaban apunto de llegar, el menor llamó la atención del abogado con el fin de que se arreglara un poco la ropa. Carlo aparco el auto y las tres personas dentro salieron del mismo, el lugar era bastante desagradable y el olor a sangre no tardó en sentirse; era una construcción que se consideraba matadero, las tres personas entraron y vieron como en el fondo de aquel lugar habían tres personas dos de ellos estaban de traje mientras que el tercero tenía una camisa blanca con un tipo de chaleco negro y gorra roja, lo más llamativo era su barba larga de color blanca.

-Buenas tardes caballeros, les presento a los Hermanos Gambino

-Que tal Salinas? Y es buenos días que son las 11:03 -Habló el hombre de gafas mirando su reloj, su acento delataba su procedencia asiática

-Perdón, Gambino ellos son Hai, Igor y Fedor -Salinas señalaba la persona de la que hablaba -Ellos son Carlo y Toni -Salinas se sentía un poco inestable  

-Entonces son ust... -Toni hablo pero fue interrumpido con Hai, quien quería hablar primero 

-Díganme Gambino quien nos dice que no nos van a engañar con la policía, son nuevos en esta ciudad y e visto como varios policía se infiltran a las mafias  -Hai no era una que confiara mucho en las personas

-Haber gili... -No pudo terminar de hablar porque ahora era Salinas el que le tapo la boca para evitar que siguiera hablando 

-Creo que el se va a sentar en esta silla y va a jugar un rato con mi celular -Salinas se encontraba un poco nervioso, no quería que lo mataran por una falta de respeto   

-Ya COÑO! que aquí no se puede hablar nada -Toni se emputo de una manera que nunca habia hecho, odiaba con todo su ser que lo callaran o le impidieran algo. Salido del lugar con enojo

-Perdón, yo voy por mi hermano no tardare -Hablo con un poco de risa, le parecía muy tierno cuando su amado se enojaba de tal manera  

Carlo lo siguió hacia la salida, apresuró el paso para acercarlo a si mismo cogiéndolo por la cintura -Mi bebe se puso enojado -Habla con ternura sin llegar a ser empalagoso. El rubio no lo miro a los ojos, solamente se encontraba un poco molesto por lo sucedido, Carlo al no recibir respuesta siguió hablando -¿Ya se te paso el mal genio? -Le dio un pequeño beso en su cachete, el ojiazul soltó una pequeña risa ante esa pequeña muestra de cariño. Carlo conocía bien a su hermano, lograba tranquilizarlo fácilmente; lo abrazó y le dio un largo beso en los labios sin querer llegar a mas pues sabia donde estaban pero desgraciadamente Toni era mas atrevido. Busco mas contacto pasando sus brazos por la nuca del mayor, empezó otro beso pero esta vez con mas lujuria.

Dentro de la construcción se encontraba una mafia inquieta y aburrida, las personas tenían que hacer otros tratos y negociaciones pero esta vez estaban esperando a dos Gambino que se comportaba como niños pequeños. -Salinas, mira que paso con ellos -Hablo Fedor al ya estar cansado de estar en el lugar; el abogado salió rápidamente del lugar, tenía un incomodó presentimiento. Empezó a buscar con la mirada a los hermanos, no los encontró fácilmente así que se alejó un poco de la puerta gritando levemente sus nombres para que se acercaran a él. 

Por otro lado estaba la pareja, se encontraban apoyados en un pared en una burbuja que ellos mismos habían creado, afortunadamente solo habían besos necesitados y uno que otro roce, Salinas se fue acercando al escuchar pequeños gemidos por lo bajo, al darse cuenta de quién se trataba quedó petrificado; no sabía bien cómo actuar ante la escena así que decido dar un poco marcha atrás y alzar más la voz para que los amantes lo escucharan. Los dos  chicos al escuchar al abogado se separaron rápidamente arreglándose tanto la ropa como el cabello.