10| to meet again

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"Reunirse de nuevo

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"Reunirse de nuevo."

-"Lumen'ara proxime, filia mea. Mox tu et pater tuus iterum convenietis."





























Los Pevensie dieron un brinco cuando Blessie despertó bruscamente, tomando una gran bocanada de aire. Lo primero que vio fue a una hermosa mujer de cabellos rojizos que repetía una y otra vez: "Lumen'ara proxime, filia mea. Mox tu et pater tuus iterum convenietis."

No comprendía sus palabras, pero le generaba paz. Tenía muchas preguntas sin respuestas y estaba segura de que Aslan las respondería.

—¡Blessie! —chilló Lucy, lanzándose a los brazos de la chica. La castaña la recibió con una sonrisa y le devolvió el abrazo—. Por fin te has despertado, estaba muy preocupada —dijo la pequeña, separándose para que sus hermanos pudieran abrazarla—. ¡Adivina qué! El invierno se está yendo, y todo gracias a ti.

Blessie parpadeó confundida y miró a los hermanos, luego a su alrededor. Lucy tenía razón, el manto blanco había desaparecido. Ahora todo era colorido. El césped era verde, las flores de mil colores y los árboles danzaban con el viento veraniego. Volvía a ser la Narnia que los castores describían.

—Sé que estás confundida —dijo la señora Castor, acercándose—. Pero él responderá todas tus dudas, pequeña.

Todos se pusieron de pie para seguir a los castores. Blessie sintió cómo Eteckna se acomodaba sobre sus hombros, protegiéndola del sol, que parecía abrazarla. Blessie se sentía en casa.

—Tendremos que caminar mucho, es bueno que hayamos descansado —dijo el señor Castor, mirando a los humanos—. Sigamos, el camino es largo, ansío llegar.

—Todos lo ansiamos —murmuró Blessie, tomando la mano de Susan, quien le sonrió con cariño.

{•••}

Le dolían los pies. Tenía hambre y sed, y al parecer no era la única.

Los hermanos Pevensie y los castores estaban igual de cansados. Sus pasos eran lentos y hacían paradas frecuentes para beber un poco del agua fresca que Peter traía del río.

Blessie miraba el río cada vez más lejano. Habían abandonado su curso y doblado hacia un camino a la derecha, dirigiéndose al sur, hacia la Mesa de Piedra.

El sol se ocultaba, tiñendo el cielo de rojo. Las sombras se alargaban y las flores se cerraban.

—Señor Castor, disculpe la pregunta —comenzó Blessie, apoyándose en un árbol cuando su pie se dobló. Siseó de dolor y siguió caminando con cuidado—. Pero estoy cansada, hambrienta y con sueño. ¿Cuánto falta para llegar?

Gold Witch | Las cronicas de Narnia¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora