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El día siguiente llegó y tal y como Bennett había prometido se encontraba dirigiéndose al Reino de los lobos, era un poco tarde pero aún así quería pasar a saludar a su amigo.

En realidad su idea era ir temprano, pero decidió que primero haría un encargo para Katheryne, hacía mucho que no realizaba uno, y ya tenía ganas de ir de aventuras, pero no se esperó que aquello le tomara más tiempo del planeado por lo que ya era por la tarde cuando pudo llegar al Reino de los lobos.

Recorría el lugar tranquilo a sabiendas que al único que podría encontrarse allí sería a Razor, pero al recorrer el territorio comenzó a escuchar voces, varias para ser especifico, por lo que prefirió apresurarse.

¿Sería posible que alguien más estuviera con Razor?

¿Y si eran ladrones de tesoros? Debía aligerar su paso y rápido, invocó su espada y comenzó a correr.

Pero al llegar al lugar proveniente de las voces se encontró con Aether y Paimon.

-¿Aether?-Se sorprendía de verlo por allí.

-¿Bennett?-Parecía que el rubio estaba igual de asombrado que él.

-¿Qué haces aquí Bennett?-Preguntó su hada y aquella pregunta no hizo más que poner nervioso al peliblanco.

-Ah.. yo...-Quería encontrar una excusa, no estaba seguro de querer hablar frente ellos sobre el niño que había conocido la vez anterior.-Estoy de paseo, quiero recorrer bien este lugar para no volver a perderme.-Aether no parecía muy convencido por su respuesta y estuvo a punto de agregar algo pero Paimon acabó interrumpiéndolo.

-Aether se preocupó después de lo que mencionaste ayer, así que arrastró a Paimon con él al Reino de los lobos.-El caballero honorario solo rodó los ojos sobre aquel comentario.-¡Ni siquiera dejó a Paimon comer!-

Bennett comenzó a reír de solo escuchar a la pequeña hada y ver las reacciones de Aether, ahora entendía porque solía molestarla diciendo que era su "comida de emergencia", aunque ambos sabían que lo decía de broma.

-En fin, creo que no hay nada extraño, así que mejor regresamos a Mondstadt.-Avisó el rubio.-¿Estás seguro que no vas a perderte de regreso?-

-Si, no te preocupes y ve de regreso.-Respondió con una sonrisa.-¡Y dale de comer a Paimon!-Chilló mientras los veía irse.

Soltó una pequeña risa y prosiguió su camino, siguió el sendero y nada, no veía a Razor por ningún lado, por lo que optó por desviarse del camino, estuvo recorriendo por un largo rato, y ya había comenzado anochecer, pero no había señal de su amigo lobo por ningún lado.

¿Se habría ido?

O ¿Le habría pasado algo?

Una mueca se formó en sus labios pero no pensaba rendirse fácilmente.

-¡Razor!-Comenzó a llamar mientras buscaba por todas partes.-¡Razor! ¿¡Dónde estás!?-Pero nada.-¡Soy yo! ¡Bennett!-

No quería irse a casa sin al menos haber saludado a su amigo. Se preguntaba por qué no se encontraba allí. ¿Sería posible que la presencia de Aether lo haya espantado?

Si se lo ponía a pensar... lo mismo había pasado cuando él y Barbara lo habían ido a buscar la última vez.

-¡Razor!-Llamó por última vez.-Soy yo, Bennett, estoy solo, Aether ya se fue.-Avisó mientras observaba todo a su alrededor, la noche ya había caído por lo que se le dificultaba bastante ver algo.

Pero no hizo falta esforzarse mucho, Razor hizo acto de presencia segundos después.

-¡Ahí estás!-Soltó emocionado de verlo.-¿Te asustaste cuando viste a Aether?-Preguntó mientras comenzaban a caminar juntos. Razor asintió a su pregunta.

Se sentaron el suelo y armaron juntos una fogata la cual fue encendida por el portador de la visión pyro.

-No hay de que temer, Aether es bueno, es más, es el caballero honorario de Mondstadt, ¡Salvó la ciudad de Stormterror!-Explicaba entusiasmado mientras preparaba unas brochetas de pollo y champiñones bajo la atenta mirada del peligris.

-¿Caballero ser bueno?-Preguntó.

-Si, es un gran amigo, incluso fuimos de aventuras juntos en una ocasión.-Comentó sonriente recordando aquel día en el que al fin parecía que la buena suerte estaba de su lado.

-Amigo.-Repitió Razor, Bennett alzó su mirada para observarlo.-¿Qué ser?-Preguntó finalmente, el ojiverde por un segundo se sorprendió por la pregunta, ¿Cómo era posible que no supiera que era? Pero de inmediato sacudió la cabeza al recordar que su nuevo amigo no conocía las cosas básicas que cualquier persona conocería.

Con una mano en su mentón permaneció unos segundos pensando su respuesta.-Un amigo es aquel con el que mantienes una amistad, ¿Cómo decirlo? es con quien disfrutas los ratos, se entienden entre sí, se apoyan en el otro y se cuentan todo.-Razor parecía asentir a cada palabra que salía de la boca del menor.

-¿Nosotros ser amigos?-Preguntó conectando su mirada con la del joven con visión pyro.

-¡Claro que si!-Respondió feliz, siempre le había entusiasmado hacer amigos nuevos y esta vez no había sido diferente. Razor también no pudo evitar sonreír contagiado por la felicidad del peliblanco.

Pero de inmediato la cara de Razor se transformó y comenzó a olfatear hasta que abrió los ojos en grande.-Comida quemarse.-Avisó y esta vez fue turno de Bennett de abrir los ojos en grande, se había distraído observando a su amigo que se había olvidado por completo que estaba cocinando.

De inmediato Bennett se apresuró a sacar la comida del fuego y la colocó en un plato, su mirada era triste ahora, su mala suerte había arruinado su platillo y ahora el pollo estaba carbonizado un poco más.

-Lo siento.-Se disculpó.-Creo que lo arruiné de nuevo.-Soltó mientras alejaba el plato y apoyaba sus codos sobre sus rodillas mientras mantenía su rostro sobre sus manos.

Razor ladeó la cabeza al ver como el estado animado de su amigo había desaparecido por completo en cuestión de segundos.

A caso su amigo estaba... ¿Triste?

Conocía ese sentimiento, cuando era pequeño se sentía así cuando se lastimaba, y ahora que era un poco más grande, también se sentía así cada vez que se encontraba solo. Pero Bennett parecía estar triste porque... ¿La comida se había quemado?

Observó el plato con las brochetas de pollo y champiñones y no dudó ni un segundo en tomar uno y llevarlo directamente a su boca, lentamente comenzó a masticarlo, si, estaba quemado y seco, pero al fin al cabo era comida y Razor tenía hambre. Se acabó la primer brocheta en un santiamén y de inmediato tomó otra para comenzar a masticarla motivado.

Bennett se volteó a ver a Razor y al encontrarse al peligris devorando su comida por lo que lo miró sorprendido.

-¿Te~Te lo estas comiendo?-El visión electro asintió eufórico.-Pero se arruinó, la quemé...-

-No importar, Razor tener hambre.-

Aquel comentario hizo estallar en carcajadas a Bennett, su amigo había dicho aquello mientras masticaba y no podía verse más tierno.

-Me aseguraré de cada vez que venga a verte cocinarte algo delicioso.-Y ante aquellas palabras Razor asintió emocionado.

Luego de un rato más de platica, de parte de Bennett, Razor solo lo escuchaba atentamente, caminaron juntos hasta las afueras de la ciudad.

-¿No quieres entrar? Podrías quedarte a dormir conmigo.-Ofreció el menor.

Pero Razor observaba aquel lugar aterrado, la última vez que había estado en la ciudad los habitantes no lo habían tratado bien y no quería volver a presenciar aquello.

Rápidamente negó con la cabeza y se despidió del menor corriendo de regreso al Reino de los lobos, Bennett sin embargo ingresó a Mondstadt preguntándose si su amigo alguna vez había pisado la ciudad para huir de ella a tal velocidad.

Rannett | wolf friendDonde viven las historias. Descúbrelo ahora