Hoy es un nuevo día. Muy bueno de hecho. Desde que me desperté no he visto a Jin. Según Rena, no pidió mi presencia en el desayuno ya que tuvo que atender a unos visitantes inesperados. No me molesta en lo absoluto la verdad, gracias a eso pude tener una deliciosa comida en la comodidad de mi habitación con estrés y preocupación al mínimo nivel.
No podía librarme del todo de él. Tengo que verlo, ayer me surgió una inquietud que tengo que resolver sí o sí. Mis padres.
Aunque solo nos hablamos cuando algo está mal. Se darán cuenta que su hija ha sido secuestrada en cuanto les hablen para decirles que no he pagado los servicios mensuales de la casa. Además tengo que pedirle a Jin alguna manera de cargar mi celular, la batería se agotó hace unas cuantas horas. ¿Habrá alguna magia de electricidad?.
No he visto interruptores en la casa a decir verdad, solo veo que cuando entro al cuarto hay luz y cuando oscurece las lámparas de la casa se prenden automáticamente. Solo mis doncellas saben como apagarlas. Mi única explicación posible es que la magia hace el trabajo duro.
Por cierto, así es como me dijeron que debo llamarlas frente a todos. Doncellas. Las personas con ese título no son tus amigas aunque tampoco se puede decir que no exista una amistad. Yo pensé en llamarlas amigas pero imagino que es mejor así.
Bueno, es momento de partir.
Le dije a las chicas que quería ir a ver a Jin. Sus rostros se iluminaron con esas sencillas palabras. Como estaba en pijama me dijeron que debía cambiarme, ni siquiera intente negarme, sé lo tercas que son.
Me dieron a escoger mi vestido de hoy otra vez pero la inseguridad se apoderó de mí nuevamente. Solo les dije que quería algo sencillo y no muy atrevido, quería estar cómoda.
Después de una hora y media estaba lista. No tardaron mucho porque fue un look mucho más sencillo que el anterior. Yo amo mucho a mis doncellas, a pesar de que no fue un estilo llamativo, aún así me hacen sentir especial con la forma en que me visten. Me siento como un hada delicada del bosque.
El vestido es blanco, no muy entallado y en corte A con adornos en forma de hojas en los hombros. Mi cabello estaba peinado en una sencilla cola alta pero con algunos mechones sueltos de forma delicada, joyería plata muy minimalista y por último unos tacones de apenas 5 centímetros del mismo color.
Me guiaron directo al tercer piso. Al parecer aquí está la habitación del dueño del castillo, así como su estudio. Al final del pasillo pude ver unas grandes puertas con guardias custodiando la entrada.
— Vaya, es enorme. — Susurré.
— Este es el estudio personal del señor Jin. En el que recibe visitas es dos veces más grande. — Jun me respondió ya que Rena fue a decirle a los guardias que avisaran al señor Jin que yo había llegado.
— ¿En este no recibe visitas?.
— No usualmente, solo pueden entrar las personas en las que más confía. Por supuesto usted puede entrar porque es la persona que el señor Jin ama. — Una sonrisa traviesa se dibujó en su rostro.
— S-sí.
Solo le estaba siguiendo el juego a Jin, como dije antes, todos en la casa pensaban que éramos pareja. No entiendo porqué la necesidad de mentirles a los habitantes de su castillo. Pensé que era extraño por lo cual sospecho que hay una razón rara para ello.
— Listo mi señora, el señor Jin dice que puede entrar. — Al fin, estuvimos como 20 minutos aquí paradas. ¿Tenía diarrea o algo?. ¿A los demonios les da diarrea?.
Los guardias abrieron la puerta y las chicas se despidieron de mí con una reverencia. Había algo así como un corto pasillo de recibidor. Al entrar pude ver a Jin arreglándose su fleco en un gran espejo de piso. Vaya, el lugar huele muy rico, como a... ¿elegante?.
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La obsesión de un demonio
Fanfiction𝑽𝒆𝒓 𝒕𝒖 𝒄á𝒍𝒊𝒅𝒂 𝒔𝒐𝒏𝒓𝒊𝒔𝒂 𝒕𝒐𝒅𝒐𝒔 𝒍𝒐𝒔 𝒅í𝒂𝒔 𝒊𝒍𝒖𝒎𝒊𝒏𝒂 𝒍𝒐𝒔 𝒐𝒔𝒄𝒖𝒓𝒐𝒔 𝒄𝒐𝒏𝒇𝒊𝒏𝒆𝒔 𝒅𝒆𝒍 𝒊𝒏𝒇𝒂𝒎𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐𝒔 𝒔𝒆𝒑𝒂𝒓𝒂. 𝑯𝒂𝒏 𝒑𝒂𝒔𝒂𝒅𝒐 𝒍𝒐𝒔 𝒂ñ𝒐𝒔 𝒚 𝒔é 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒆𝒔 𝒓𝒆𝒄𝒐�...