La obsesión de un demonio

Conocí a la Adivina, ¿O Debería Decir Adivino?

A causa de que el castillo está construido detrás de un gigantesco bosque, es necesario atravesar un bello panorama con el fin de llegar al centro de la ciudad. El señor demonio pensó en todo por si en algún momento se me ocurría escapar a pie, sería inimaginable caminar en este bosque, ya sea de noche o de día, solo se puede cruzar volando. Me preocuparé por este detalle luego, aún así es verdaderamente hermoso. 

Como el invierno amenazaba con arribar pronto, el otoño no pensaba en irse sin dejar rastro. Las hojas que tronaban cuando el carruaje avanzaba desprendían un olor característico que inundaba el ambiente con un rico aroma; además como los caballos de los carruajes no debían viajar a la velocidad de un automóvil, porque podríamos morir,  me daba tiempo de grabar en mis memorias cada detalle de la naturaleza que ahora mismo se pintaba de tonos naranjas, rojizos y algo muy único del mundo demonio, también de tonos fucsias. Aquí existe un árbol muy común que solo crece en este mundo, posee un tronco de un color morado muy oscuro forrado de hojas fucsias con tornasol lila oscuro, la mitad de los árboles del bosque son de ese tipo y también hay varios en la ciudad. Me gustaría poder tomar fotos, nunca había visto nada igual. 

— ¿Sunny, cariño, no tienes frío?, tus hombros están muy descubiertos. 

Debo acostumbrarme a que mi paz siempre se vea interrumpida por el guapo joven sentado a mi lado. Voltee a verlo asqueada inmediatamente después de haber escuchado su cariñoso, pero poco agradable a mi gusto, apodo. 

— ¿Quién rayos te enseñó a ser tan cursi?. — Intenté no sonar grosera pero creo que no logré.

— ¿No te gusta que te llame así?. — Tenía el ceño fruncido de preocupación, ese que pones cuando pareces haber cometido un error.

— Otra vez no respondes mis preguntas~. — Reclame con un tono cantarín sarcástico a la par que alejé mi atención de él para concentrarme en el paisaje recargandome en el marco de la ventana. — No tengo frío, en comparación con Corea esto es primavera para mi, y no, en serio detesto que me llames de esa manera tan cursi, solo Sunny está bien.—

— Lo siento, no volveré a hacerlo. — De reojo pude ver como agachó su mirada decaído. Odio ser tan débil, él es el que no responde a nada y yo soy la que se siente culpable por intentar poner límites, maldito manipulador.

En realidad los dos necesitamos terapia con urgencia. Suspiré en un intento de arreglar la incómoda atmósfera que había surgido. 

— No me gustan esos apodos cursis de dominio público, creo que no sabes que soy sorprendentemente egoísta. Me agradan los apodos únicos, los que no puedes volver a usar en otra persona, como Sunny... o mi pequeña... esos no me molestan. — Hice toda está absurda pero honesta explicación sin verlo a la cara, así que no estoy segura de cómo reaccionó.

Iba a decirme algo pero afortunadamente el carruaje se detuvo y el chófer nos indicó que nuestro destino estaba a solo unos pasos de distancia. 

— Ya llegamos, vamos rápido que muero de hambre. — Me apresuré en abrir la puerta, pero él me detuvo para dejar el carruaje primero y después ayudarme a bajar. 

Lo seguí hasta un lujoso establecimiento, y como ya es canon, durante nuestros pocos segundos de espera en la entrada del establecimiento escuchaba a las personas murmurar el nombre del líder de los militares imperiales, todos curioseando sobre la razón por la cual el admirable demonio se tomó unas vacaciones indefinidas, todos preguntando si la causa de aquello es la chica humana que cuelga de su antebrazo. Exacto, siempre vamos enganchados del brazo y como al señor parece encantarle, la estúpida sonrisa dibujada en su rostro confirma las sospechas de la alta sociedad. 

Al entrar nos asignaron una mesa cerca de la ventana como me gusta, siento que es pacíifico ver la calle al comer, más si es un lugar tan bonito como este. Todas las personas de la zona son elegantes, no hay ni un solo ser vivo que no vista trajes y vestidos de lujo, la moda para los demonios debe ser tema serio. Algo que me encanta, es que realmente no hay distinción de género en ese ámbito, todos usan la ropa que desean.