Ataque

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Observaba al hombre frente a mi como si fuera un ser sobrenatural, oh cierto, lo es, pero no en el sentido literal que piensan, si no por su forma de ser. Ciertamente Jin es un chico muy raro.

Hoy decidimos tomar el té con sus amigos, Jimin y Yoongi. Justo ahora estoy observando la pelea más absurda que he visto.

— Jin, es obvio que los delfines pueden respirar bajo el agua. — Jimin sonaba frustrado y consternado por la respuesta de su gran amigo.

— ¡Oye!, ¿Quién es el mayor aquí?, ellos tienen que subir a la superficie para respirar. — Aclaró su punto de vista molesto mientras hacía grandes ademanes con sus manos, hasta sus alas parecían furiosas.

— Obviamente tú – Señalo las microscópicas arrugas de Jin, más que nada provocadas por su incansable trabajo y no tanto por su edad, pero entendía el punto de Jimin.

— ¿Tú qué opinas Sunny?. — La ronroneante voz de Yoongi me condenó. Lo mire de reojo porque se lo que intenta hacer. ¿A quién debería apoyar, a Jimin para burlarme de Jin o a mi... novio, el cuál tiene razón?.

Han pasado unas semanas desde que nos hicimos pareja, afortunadamente para mí, nuestra rutina no ha cambiado mucho, no me ha presionado de ninguna manera, lo único diferente ha sido el tiempo que pasamos juntos. Desde ese día, Jin busca la manera de incluirse en mi rutina, no es que yo no haya intentado incluirme en la suya. Como siempre está ocupado, el dijo que sería más fácil de esta manera. Yo no tuve ninguna objeción, me gustan los hombres ocupados que dedican cada segundo de su tiempo libre a mí, o al menos siempre me gustaron ese tipo de personajes en las novelas.

Voltee a ver a Jin. Él abrió más sus ojos, intentando ser amenazante, solo que en vez de eso, lucía más que nada adorable y gracioso. Me solté a carcajadas por la cómica expresión en su rostro.

— Los delfines tienen que saltar fuera del agua para poder respirar. — Dejé mi té sobre la mesa y me acerqué a Jimin. — Ven, te mereces un golpe en la frente. —

— ¡¿Por qué?! — Se cubrió su frente con sus pequeñas y adorables manos mientras hacía un puchero.

— Es la regla. — Secundo Yoongi, ansioso por ver a su amigo sufrir. Y tan fácil como eso, el rubio bajó sus defensas. Coloque mis dedos sobre su frente, jale el dedo medio y lo solté logrando hacer un sonido hueco bastante satisfactorio. Vi como Jimin se tapó su frente retorciéndose sobre la mesa del dolor, a su vez nosotros 3 reíamos a carcajadas por el histórico suceso.

Jin reía mientras platicaba con sus amigos. Su carcajada era tan opuesta a su porte y elegancia, sonaba como si de limpiar un vidrio se tratará. Escandalosa y graciosa, pero a la vez tímida, justo como era su verdadera personalidad.

A veces me gustaba verlo a escondidas recibiendo a sus distinguibles visitas. Cambiaba su actitud en segundos a un hombre de la alta sociedad, lo cual me hacía pensar en lo mucho que ese pequeño huérfano debió cambiar de sí mismo frente a otros para poder hacerse cargo del ducado Kim.

Prefiero mil veces a este Jin, adorable, enojon, dramático y divertido. Se sentía más sincero. Me sentía feliz de que al menos con unos pocos pudiera ser él mismo.

En cualquier momento de la tarde, Yoongi tomó de la mano a Jimin jalandolo con la excusa de que tenía que tomar clases de cocina con el mejor chef del castillo, obviamente se refería a él mismo.

Los seguí con la mirada, viendo como jugueteaban, peleaban y reían juntos de una manera bastante encantadora, transmitiendo una vibra sospechosa. Entre cerré mis ojos intentando leer entre líneas el ambiente.

— Esos dos, ¿se atraen, cierto?. — Concluí con mis sospechas en alto para escuchar la opinión de Jin.

— Son pareja desde hace años, ¿no te lo había dicho?.

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⏰ Última actualización: Jun 20, 2023 ⏰

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La obsesión de un demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora