La Primera Noche

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Me estaba adormeciendo, su lento caminar, el silencio acogedor del castillo y el palpitar proveniente del pecho de Jin eran la fórmula perfecta que actuaba como un somnífero. Desafortunadamente este acogedor momento se detuvo abruptamente gracias al guapo joven que me llevaba en sus brazos. Me desperté debido a que Jin se paró de repente frente a las escaleras. Extrañada me atreví a verlo al rostro pero él tenía la vista de frente, al notar mi curiosidad bajó la vista para sonreirme.

Se acercó al pasamanos de las enormes escaleras y me sentó en este, se recargó con las manos a ambos lados de mí y se inclinó para mirarme aumentando la cercanía. Tenía un semblante sin expresión pero no separaba los ojos de mí, me estaba estudiando con ese hermoso rostro. Evidentemente giré mi cabeza porque me estaba avergonzando. ¿Ahora qué sorpresa me espera?.

— ¿Q-qué pa-pasa?.

— Nada, es sólo que... — Se quedó callado unos segundos, no supe qué era lo que realmente me quería decir. Voltee a verlo pero él estaba pensando mientras contemplaba la ventana y se mordía los labios. Qué rarito es. Oh, volvió a verme.     

—¿Podrías concederme un favor?.—

Eso captó mi atención, más que nada porque se veía preocupado. Bueno sigamos el juego.

— Sólo si tú me concedes uno. — Intenté sonar segura de mí misma pero mi voz salió en un murmuro.

— Mientras no implique que te alejes de mí, será lo que sea. — Respondió a la par que hacía un gesto astuto, cómo si fingiera ser inocente.

— Bien, te escucho. — Dije con una ceja alzada.

— ¿Podrías dormir conmigo toda está semana?.

Mis ojos se abrieron de par en par e intenté empujarlo para irme corriendo a mi habitación, pero es más fuerte que yo así que por poco me caigo de espaldas. Eso no pasó ya que él me rodeó con su brazo, el problema es que ya no tuve escapatoria. Intenté hablar pero el pelinegro me callo con un dedo sobre mis labios.

— Lo siento, esa frase está libre a la malinterpretación. Me refiero a solo dormir, solo eso. No te haré nada que no quieras.

¿Eso quiere decir que él sí quiere hacer algo?. Sería como si caperucita hubiera dormido con el lobo por voluntad propia.

— Lo prometo Sunny. — Nos miramos fijo aún en está aproximada posición. Incómodo, realmente incómodo.

— Primero, regresame mi espacio personal por favor.

Se percató de que estábamos casi abrazados gracias a que continuaba rodeando mi cintura. Regresó a la posición anterior, seguía encarcelada pero al menos ya no estaba tan nerviosa.

Bien, dormir con él por una semana no es un gran problema para mí. Sinceramente me da igual, sólo estaba temerosa de que esa proposición tuviera doble sentido. Extrañamente Jin me agrada, es sincero y directo. Además yo quiero llevarme bien con él y ganarme su confianza, por si fuera poco mi plan para salir de aquí va a llevar tiempo, quiero disfrutar de las comodidades de la esposa de un duque sin responsabilidades un poco más.

Note sus pupilas esperando ansiosas por mi respuesta.

Lo que yo quiero a cambio es salir del castillo a pasear por la ciudad, pueblo, lo que sea, solamente eso. Estoy harta del encierro. Le pedí a las doncellas que en cuanto el señor regresara del llamado de la Emperatriz le comunicarán inmediatamente que quería salir con él, pero apenas llegó hace unos minutos, por lo tanto no debe estar enterado de mi petición, eso es bueno. Si pido esto a cambio de su favor no le deberé nada.

La obsesión de un demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora