Thorin x Oc (COMPLETO)

La puerta

-¿Dónde está... nuestro saqueador?_ Kili se adelantó.

El enano ya sabía como terminaba esa historia. Quería saber a dónde había ido después de encontrarse con ella. Pero nadie la había visto.

"Quizá sea lo mejor." Pensó. Thorin había dudado desde un principio de Imli, saltaba a la vista que no era un experto saqueador, pero confió en Gandalf; cuando se enteró de que era una mujer, instantáneamente se opuso a contratarla. Esta era una misión peligrosa. Ya había visto morir a las mujeres y a los niños calcinados por el fuego del dragón. Smaug. Recordaba la primera vez que vio a Imli, le pareció frágil y delicada como el cristal, testaruda y valiente. Al comienzo se dio cuenta de lo lenta y torpe que era en la batalla, siempre que los atacaban temía por la vida de saqueador, el único que había conseguido tras largo tiempo buscando sin resultados. Sin embargo a lo largo del viaje, le había demostrado que había superado los baches en los que siempre tropezaba, sin duda alguna había mejorado en la lucha contra los orcos, tal y como demostró cuando se interpuso entre Azog y él. Su saqueador había cambiado a lo largo del viaje. Y algo le había cambiado al monarca. Por supuesto sabía qué era. Pero no podía dejar que eso se interpusiese en su misión, debía recuperar Erebor por encima de todo.

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buscan la puerta. Pero no la encuentran y se va el sol.

Imli escuchó una voz.

-¡No! ¡Tiradla abajo!_ ordenó.

-¡No conseguirás nada de ese modo! Sólo hay una manera de abrir la puerta.

"¿Balin?".

(la abren)

Imli llegó hasta el saliente.

-¡Imli!_ exclamó Dwalin.

-He llegado..._ dijo entrecortadamente.

Thorin implacable se acercó hasta ella.

-¿Qué haces aquí?

-Soy vuestro saqueador.

Se pusieron a discutir. Hasta que Thorin perdió la razón y llevó a Imli hasta un lugar apartado de los demás.

-¡Te dije que no vinieras!

-Soy tan libre como mis hermanos para decidir qué quiero hacer.

-¡No has perdido nada en esta Montaña!

Imli le miró con dolor.

"Pero podría perderte a ti".

El enano se quedó mirándola con el rostro enjuto. La cogió del brazo.

-No sabes nada sobre dragones, nunca has tenido que hacerle frente a uno.

-Te prometí que te ayudaría a recuperar Erebor. Y creo que debo intentarlo.

Dijo mientras marchaba hacia la puerta. El enano me siguió.

-Hombre o mujer, necesitamos a alguien que entre ahí dentro, Thorin. Si vamos nosotros captará nuestro olor y nos matará de inmediato._ dijo Balin.

-Y la misión habrá fracasado._ terminó Gloin.

Thorin pensativo miró a Imli. Hizo un gesto para que entrara. Lancé una mirada hacia la Ciudad del Lago y me adentré en lo desconocido.

Lo primero que sentí fue fría roca bajo mis pies, en las paredes y el techo. Crucé por varios pasillo, subí y bajé escaleras pensando estar perdida. Hasta que vi una luz lejana. Corrí silenciosamente hasta ella.

-¡...!

Tuve que taparme la boca para no sacar una exclamación al ver la inmensa cantidad de oro, joyas, piedras preciosas y ornamentos que cubrían por completo el suelo de la gran estancia haciendo grandes montañas allí donde se amontonaba.

"¿Se supone que debo encontrar la joya del arca aquí dentro?". Miré a mi alrededor. Eso no era lo peor. "Aquí, en algún lugar, hay un dragón."

Con paciencia y tiento busqué la joya. Las horas pasaban, quizá hasta los días. No sabía cuánto tiempo llevaba allí dentro. Sólo pensaba en una cosa. Recuperar mi hogar.

De repente sentí un cansancio que se apoderaba de mi cuerpo. Tropecé en lo alto de una montaña y caí rodando haciendo deslizar montones de monedas de oro. Dejé que me cubriesen por completo. Y me quedé en blanco. Unas monedas seguían deslizándose corriente abajo. Giré la cabeza y horrorizada vi como una enorme cola se descubría, dejando ver luego el cuerpo y por último la gran cabeza de un dragón. Por suerte, dormido.