Amor y medias verdades

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Pero eso no iba a quedar así. Me levanté de la cama, me enganché con el cabecero y la goma que recogía mi pelo en una larga trenza se rompió liberándolo. Abrí la puerta en busca de Thorin. Pero sólo estaban Nori, Dwalin, Ori, Dori, Fili y Kili. Quienes me miraron con sorpresa.

-¡¿Dónde está Thorin?!_ exclamé furiosa.

No se atrevieron a decir nada. Señalaron la puerta principal. Salí y comencé a deambular por los tablones de madera.

-¡Thorin!_ grité mirando en rededor.

Al pasar junto a la gente le preguntaba si había visto a un enano, lo cual no me sacó de dudas. Hasta que caí en la cuenta de dónde podía estar.

Me dirigí a la zona sur de la Ciudad del Lago, cuya vista era la Montaña Solitaria. Y allí estaba de pie, con la mente en sus pensamientos.

-¡No tienes derecho alguno!_ exclamé desde una distancia prudente.

Bajó la cabeza y la giró al mismo tiempo para mirarme. Pero no dijo nada.

-¡No puedes decir... que estás enamorado de mí y marcharte!

Bajó de los barriles donde había subido.

-Durante el viaje, he escondido y desechado mis sentimientos porque eres Thorin, hijo de Thror, hijo de Thrain. Perteneces al linaje de Durin. Eres el rey bajo la Montaña._ hice una larga pausa._ Y yo, yo... no soy nada para ti. Sólo soy un falso saqueador... que ha conseguido formar parte de tu compañía.

Dio unos pocos pasos hacia mí y volvió a detenerse.

-He intentado sacarte de mis pensamientos, he intentado odiarte._ comencé a llorar._ Pero lo único que he conseguido ha sido aferrarme más a ti.

Los últimos pasos lo llevaron justo en frente de mí.

-Y ahora que has dicho eso, no puedes marcharte así como así.

Me recogió el cabello tras la oreja.

-Imli, hasta ahora has salido airosa de los orcos y los trasgos. Pero ahora nos enfrentamos contra un dragón. No puedo garantizar tu seguridad.

-¿Puedes garantizar la tuya?._ dije entristecida.

-Si dejo que vengas a la Montaña Solitaria y mueres no me lo perdonaría en la vida, aunque recuperase Erebor, no podría vivir en paz.

Dejó escapar una delgada sonrisa. Sus manos rodearon las mías, las llevé hasta mis labios y las besé con ternura. Acto seguido, deshizo la unión y las llevó hasta mis mejillas. Nos quedamos mirando el uno al otro mientras caían lágrimas de mis ojos. Nuestros rostros se acercaron lentamente, hasta que cerramos los ojos y nuestros labios se unieron.

-Volvamos._ susurró.

No podría describir la sensación que me recorría el cuerpo. Quería gritar, quería salir corriendo, pero sobre todo quería que ese momento no acabase nunca. Entramos sin hacer ruido para no despertar a nadie y nos adentramos en la habitación que había pasado la noche anterior. La luna bañaba la habitación con una luz brillante.

Mi corazón no dejaba de palpitar con fuerza. Quería tocarle el cabello, recorrer sus heridas y cicatrices, besar sus finos labios.

Me cogió las manos, las llevó hasta su rostro y las deslizó por su mejilla, bajando por su bigote trenzado y paró en sus labios. Nuestros rostros se alinearon, nuestras miradas se juntaron y nuestros labios se fundieron. Sus manos rodearon mi cuerpo y las mías su ancha espalda. Mientras me besaba el cuello sentía su cabello acariciando mi rostro. Poco a poco nos desvestimos y rodeados de pieles entre el suelo hicimos explícito nuestro frenesí bajo la luz de la luna.

-Hay algo que quería contarte desde hace un tiempo. Pero no tenía fuerzas para ello._ Hice un esfuerzo, me deshice de su abrazo y me vestí con calma.

-¿De qué se trata?

-No te he contado toda mi historia._ suspiré._ Mi padre era un enano que vivía al servicio del rey, se enamoró de una mujer, que sería mi madre. Pero su unión nunca fue bien vista. Soy un mestizo.

La cara de Thorin cambió por momentos.

-Ella pertenecía a la raza de los hombres. Al año de mi nacimiento ella murió. Y mi padre tuvo que criarme sola y vivir con el desprecio de la gente. Nunca he pertenecido a ningún grupo, ambos me han repudiado. Pero... siento que por fin he encontrado a alguien que me acepta.

Thorin parecía demasiado serio para ser él.

-Me has mentido. Durante todo este tiempo.

-¡No pretendía...!

-¿Qué he hecho?_ susurró.

Sentí como se me partía el corazón. No podía aguantar allí ni un momento más. Di unos pasos hacia atrás y me marché corriendo.

Thorin x Oc (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora