CALOR

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ENJI

El pelirojo abrio los ojos con lentitud. Su hija le sonreía ampliamente mientras lo observaba con total alegría aunque no sabia el porque

-Fu...

-Shhhh- Soltó ella colocando su dedo índice en los labios para luego señalar hacia el pecho del heroe de flamas

Enji casi sintió su corazón detenerse. Alli estaba su esposa, cómodamente dormida mientras se acurrucaba contra el fuerte cuerpo de su esposo en busca de calor, el pelirojo sintió la necesidad de abrazarla pero no se atrevía, no queria que ella despertara y se apartara de él

-¿Que hora es?- Pregunto en un susurro tan bajo que su hija apenas y alcanzo a oírlo

-Las cuatro de la mañana

-Deberías descansar

-Me gusta lo que estoy viendo- Respondió y su padre asintió entendiendo que la escena era extraña pero increíble, digna de conservarse en la memoria

Fuyumi se fue a su habitación despues de un rato dejando a sus padres en el sofá, Enji no sabia como termino acostado y menos como su esposa termino durmiendo sobre él pero no se quejaba, le gustaba tenerla asi y sin quererlo los recuerdos del tormentoso pasado lo invadieron en oleadas violentas, recordó cuando Rei temblaba de frío y él por conservarse orgulloso no le brindo ninguna ayuda, solo se limito a dormir sabiendo que ella no se acercaría a él por miedo... Ahora se sentia asqueado de esa actitud, ahora pagaría lo que fuera si al despertar la encontraba a ella entre sus brazos

-Enji- Murmuro ella entre sueños y fue en ese momento que el pelirojo se pregunto en que estaría soñando

¿Estaría soñando con el incidente de Shoto?, ¿con la muerte de Touya?, ¿con los golpes que él le daba?, si ese era el caso entonces no tenia sueños sino pesadillas que mas que eso eran los recuerdos de las heridas que no se han sanado por completo y que jamas podrian sanar

-Acepto- Volvió a murmurar y el heroe numero uno se quedo en shock

¿Acaso estaba soñando con el día en que se casaron?. Él no habia pensado mucho en eso aunque ahora que hace memoria, ella estaba preciosa, su cabello blanco y hermoso que recogía en un complicado peinado, sus ojos grises viendo los suyos antes de que se besaran por primera vez...lo frío que fue él al momento de besarla, solo fue un roce, algo rápido para que los demás no se quejaran por la falta del beso pero recuerda perfectamente la luna de miel, se esforzó por contenerse para no hacerle daño, ella gemía y cerraba los ojos como si pensara en otra cosa

-¿Enji?

Los ojos grises y los turquesa se encontraron ocasionando una extraña sensación en el pelirojo, sin darse cuenta habia abrazado a su esposa quien despertó para encontrarse con la escena mas rara de su vida pues su esposo jamas la habia abrazado de esa manera tan delicada

-Buenos dias- Dijo apartando sus brazos de ella pero rápidamente la volvió a abrazar al ver que la recorrió un leve temblor que seguramente era ocasionado por el frío

-¿Hace cuanto estas despierto?

No supo que contestar, llevaba casi una hora contemplándola y pensando en el pasado además de que le daba curiosidad la actitud de ella, ¿no le extrañaba encontrarse de esta manera con él?, ¿él significaba tan poco que ella ya no le tomaba importancia a la situación en que estaban?

-Hace poco

-Entiendo- Susurro y la temperatura corporal de Enji se disparo al ver que ella volvia a recostarse dejando su cabeza sobre su pecho. -¿Estas bien?, tu temperatura esta subiendo y tu corazón...

-Estoy bien- Dijo sintiendo sus mejillas enrojecer pues vio los nervios y el sonrojo en el rostro de su esposa

Ambos estaban incómodos y Enji queria que se lo tragase la tierra, queria tanto volver a estar asi con ella que su emoción le ganó a tal grado que su propio cuerpo lo traicionó, la incomodidad ahora palpable era gracias a la erección que el pelirojo tenia en sus pantalones y que su esposa obviamente habia notado

-Lo...lo siento- Susurro avergonzado tratando de pensar en otra cosa, lo que fuera para que la excitación lo abandonase

-Tran...tranquilo

-Parezco un adolescente- Se quejo sin poder controlar aun su sonrojo

-Es bueno, no muchos hombres se conservan asi de vigorizados a nuestra edad- Dijo y ella y se maldijo al sentir la nueva oleada de calor que recorrió el cuerpo de su esposo

Todoroki Enji tenia una gran erección y las palabras de su esposa no ayudaron en nada mas que en aumentar su deseo mas primitivo, el deseo de tenerla desnuda en su cama mientras la llena de placer. Apretó los dientes y se encontró con el rostro rojizo de su esposa, tan avergonzada e incomoda como él

-De...deberia ir a tomar una ducha fria

-Me parece bien- Dijo apartándose de él sin atreverse a verlo

Enji se levanto y se marcho a su habitación para darse una ducha de agua helada pero ni eso pudo calmar su ahora caliente situación asi que tuvo que recurrir a algo que su orgullo no le permitía pero no tenia opción. Lo hizo y lo hizo pensando en su esposa, pensando en sus palabras y por primera vez en mucho tiempo se encontró deseando los pechos que nunca toco, la intimidad que nunca saboreó, los labios que muy pocas veces se atrevió a sentir

Al terminar salio del baño con apenas una toalla de baño negra rodeando su cadera dejándo su trabajado torso al descubierto. Tomo un jean negro y una camisa blanca de mangas largas. Una vez listo salio del cuarto y bajo a la cocina encontrándose con su hija y su esposa

-Buenos dias papá- Dijo Fuyumi mientras revolvía algo en un tazón

-Buenos dias...Enji- Saludo su esposa sonrojándose un poco

-Bu...buenos dias

La incomodidad invadió la habitación a tal punto que Fuyumi busco su mejor excusa para ir a buscar algo que se habia quedado en su habitación dejando a sus avergonzados padres solos

-¿Resolviste tu...?

-Si- Respondió él bastante nervioso y ella solo asintió

-Yo...¿quieres algo de tomar?

-Si

Ella no tardo en prepararle un té y él lo bebió con gusto mientras la observaba moverse por la cocina. Sin querelo sus ojos viajaron desde su cabello hasta su trasero que ahora que lo pensaba estaba un poco mas grande, su cintura algo estrecha o al menos eso dejaba ver la camisa roja de mangas largas que llevaba puesta

-¿Cuando debo volver al hospital?- Pregunto girándose para verlo y encontrándolo algo desconsertado

-Mañana en la tarde

-Ya veo... ¿Que harás hoy?

-Mañana reanudo mi trabajo asi que tengo el día libre- Respondió dejando su taza vacía sobre la mesa

-Me gustaría recorrer la ciudad- Dijo ella tan de repente que no entendió la indirecta hasta despues de un par de minutos

-Despues del desayuno puedo llevarte al parque para que tomes un respiro, luego podemos ir al centro comercial para comprar algunas cosas que me encargo Fuyumi y despues podemos almorzar en algún restaurante

-Me gustaría ver la ciudad desde lo alto, ¿hay algun lugar que lo permita?

-No lo se, puede que si

-Que bien, entonces hoy sera un día muy entretenido- Agrego con una sonrisa que transmitía paz mientras su esposo se llenaba de una extraña alegría que queria salirse de su pecho

REDENCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora