MIA

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ENJI

Nunca es facil despedirse de aquella persona a la que amas y eso era justo lo que le sucedia a cierto pelirojo. No queria separarse de ella tan pronto y menos cuando su relación habia mejorado tanto...¿en serio habia mejorado?, no, realmente solo paso de ser algo neutro a algo lleno de incomodidad pero para Enji eso era un avance

-Enji, ¿estas bien?- Preguntó la albina y los ojos turquesa de su esposo no tardaron en fijarse en ella por un par de segundos

-Si, solo estoy pensando en un informe que me han enviado

-Oh... Si estas muy ocupado puedes dejarme aqui y pedirle a Fuyumi que...

-No- La interrumpió de manera rápida al tiempo que frenaba ante un semáforo en rojo. -No estoy ocupado, tranquila

La albina no dijo nada solo desvío su atencion hacia los locales de ropa que bien podrían ser de una marca reconocida. El heroe la observo por unos segundos y los pensamientos de querer abrazarla, de acariciar su cabello o de tener cualquier mínimo contacto lo invadieron como bombardeos a su cabeza, no podia tocarla, estaba prohibido hacerlo y ese era uno de sus peores castigos porque su cuerpo la reclamaba, su alma gritaba por ella y su corazón suspiraba desdichado

-Enji, puedes avanzar- Le dijo y justo en ese momento reacciono escuchando por fin los múltiples sonidos de bocinas que le presionaban para moverse

Acelero y decidió que no queria llegar tan pronto al hospital, asi que se dedico a pasar por todos los semáforos en rojo que encontraba, disfrutando del olor y la compañía de su esposa hasta que en el décimo semáforo ella soltó una risita que lo confundió

-¿Que?

-Na...nada- Dijo entre risas suaves que provocaban ternura al pelirojo

-Vamos Rei, dime, ¿que sucede?

-Es...es que parece que no quieres llegar al hospital...es como si quisieras pasar mas tiempo conmigo...pero me parece tan ridículo pensar en algo asi- Explico riendo y su esposo lo la observo neutro por un momento

-¿Y si no es tan ridículo lo que piensas?

La albina se quedo estática en su lugar, la risa poco a poco se fue apagando hasta que el auto quedó sumido en un completo silencio. Enji acelero antes de que el semáforo volviera a ponerse en rojo y se estaciono en una zona mas tranquila, apago el motor del auto y nuevamente reino el silencio

-¿Que...que quieres decir?- Pregunto por fin la mujer con el quirk de hielo

Enji subió las ventanillas polarizadas y suspiro cansado ante todo lo que su corazón le gritaba, ante todo lo que su mente le exigía y ante lo que queria escuchar aquella mujer de hermosa sonrisa

-Rei...- Hizo una pausa pues claramente esto no era facil. -No quiero que te marches tan pronto al hospital, yo...los chicos te necesitan, les hace bien que estés en casa

La albina lo observo por unos segundos y el heroe tuvo el impulso de besarla, sus labios lo tantaban a caer en aquel pecado que lo llevaría al infierno, que lo haría acabar con su familia porque estaba claro que su esposa no lo deseaba, ya no lo queria como hombre aunque la necesidad de su cuerpo mencionara lo contrario. Ella necesitaba contacto físico pero Enji sabia que no deseaba el suyo

-Siempre estaré para ellos- Dijo y un extraño sentimiento de trsuteza invadió al pelirojo porque obviamente el no era parte de los planes de su esposa

-Sera mejor que sigamos nuestro camino, los doctores se molestaran si me retraso

No dijo mas y se limito a emprender la marcha hasta el hospital, ya no buscaba retrasarlo mas de lo que se debía, solo queria dejarla alli y refugiarse en su oficina para calmar sus pensamientos melancólicos con trabajo. Nadie dijo que dejarla seria facil, menos aun cuando al acompñarla a su habitación se encontraron con un individuo indeseable

-Señora Todoroki, que bueno que esta de vuelta- Dijo el doctor a quien Enji odiaba con todo su ser

-Doctor Gojo, que bueno volver a verlo- Dijo Rei mientras ingresaba a la habitacion con los dos hombres siguiéndola

-Pensé que te quedarías un poco mas pero me hace feliz ver que no era asi

Enji lo queria matar, en serio queria prender en llamas la cara de ese niño hormonal que estaba pretendiendo a su mujer, porque aunque le doliera a quien le doliera ella seguía siendo SU mujer, sabia que era egoísta e incluso un poco machista ese pensamiento pero no podia evitarlo, ese niño despertaba lo peor que habia en el

-No se puede además los chicos ya tienen que seguir con sus labores y Enji tiene que trabajar- Dijo la mujer mientras observaba a su esposo y le hacia una señal para que se sentara junto a ella en la cama y asi lo hizo

-Ya veo...oh, ¿donde estan mis modales?. Buenos dias, señor Todoroki- Saludo con burla el joven doctor ocasionando que Enji frunciera el entrecejo y desviara la mirada. -Mañana en la noche organizaran una pequeña reunión para los pacientes, sera un baile sencillo pero creo que podria ser divertido...

-Mañana tenemos una cena- Respondió el pelirojo con el enfado destilando su voz

-¿Es asi?- Interrogo el joven a la albina pero sin apartar su mirada burlona del mayor

-Asi es, mañana tengo una cita con Enji- Dijo la mujer tomando la mano de su esposo entre las suyas

El heroe bajo la temperatura corporal de su cuerpo para no lastimar a su esposa y hizo todo lo posible por no ruborizarse en ese momento. El doctor no dijo nada aunque Enji noto la mirada recelosa que lanzo a sus manos unidas

-Bueno, tengo que ver a unos pacientes, nos vemos... Rei- Dijo para luego salir de la habitación dejando a un pelirojo mas que furioso

-Lo odio- Gruño con la mandíbula tensa

-¿Porque?

-Solo te pretende...

-Enji- Lo llamo ella riendo y los ojos turquesa se fijaron en los grises. -No te preocupes, tu ego y orgullo no serán manchados...

-Lo que siento son celos Rei- Confeso al darse cuenta de lo equivocada que estaba su esposa quien lo observaba atónita. -No quiero que nadie se acerque a ti...porque...

¿En serio se lo iba a decir?, no, no lo haría, porque seria demostrarle sus sentimientos y ella tendría la libertad de pisotearlos o incluso reprocharselo, lo merecía, si, pero no cuando ahora y no cuando sus manos aun sujetaban la suya

-Debo irme, por favor...cuidate- Menciono antes de ponerse en pie y caminar hacia la puerta

-Enji, lo de la cena...

-Pasare por ti a las siete, hablare con tus doctores para el permiso

-Bien- Murmuro con calma mientras caminaba hacia su esposo y se plantaba frente a él. -Gracias por todo, fueron unos dias increíbles

Y los ojos turquesa se abrieron ante la sorpresa, su cuerpo se tenso y por un instante todo en él dejo de funcionar correctamente al sentir los cálidos labios de su esposa en su mejilla, un contacto simple pero con tantas emociones que lo dejaron aturdido por unos instantes

-Rei- Murmuro y sin pensarlo demasiado y guiándose por sus instintos tomo el rostro de la albina entre sus grandes manos y lo acerco al suyo

Sus labios se juntaron con timidez, los labios de la mujer eran cálidos y suaves, como todo en ella eran tan tranquilos y transmitían tanta paz pero los de su esposo eran calientes, simplemente calientes e intensos, se estrechaban contra los contrarios y se apartaban lo justo para que su lengua suave pero caliente entrara en el juego, recorriendo el labio inferior pidiendo permiso

-Enji- Susurro la albina algo agitada mientras sus manos se colocaban suavemente en el pecho su esposo

-No me rechaces, no ahora...por favor

Y nuevamente se besaron, esta vez con mas intensidad, la lengua del mayor lastimaba ligeramente a la de su esposa pero ese dolor era uno increíblemente soportable, uno que la hacia sentir deseada por el hombre al que aun amaba. Los pulgares del heroe acariciaron sus mejillas antes de que él diera por terminado el beso

-Lo siento- Dijo y salio de manera rápida de la habitación dejando a su esposa excitada y confundida

REDENCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora